Al igual que con otras
facetas de su vida privada, Claudio tampoco fue muy afortunado en el amor.
Según Suetonio “sentía una gran pasión
por las mujeres, y no tuvo ninguna relación homosexual” (Vida de Claudio, 33, 2). Esto fue usado
a veces en su contra pues los historiadores antiguos lo acusan en muchas
ocasiones de estar sometido a sus esposas.
Claudio. Siglo I d.C. París, Museo del Louvre
Fuente: De Desconocido - Jastrow (2006), Dominio público,
Antes de su primer
matrimonio estuvo prometido dos veces: una con su prima Emilia Lépida (que no
llegó a realizarse por cuestiones políticas) y con Livia Medulina (que murió de
manera súbita el mismo día de la boda). Después de esto estuvo casado en cuatro
ocasiones.
Su primera esposa fue
Plaucia Urgulanila, familiar de una amiga íntima y confidente de su abuela
Livia. De esta unión nació Claudio Druso (que murió siendo aún niño). Claudio
se divorció de Urgunalia por adulterio y porque se sospechaba que había
cometido un asesinato. Tras el divorcio, Urgulanila tuvo una hija, a la que
Claudio repudió por considerarla hija de uno de sus libertos.
Poco después, Claudio se
casó con Elia Petina (alrededor del año 28) hermana de Sejano, quien ansioso de
fortalecer lazos con la familia imperial fue el máximo promotor de esta unión.
A la caída del prefecto del pretorio, Claudio se divorció de Elia, con quien
tuvo a su hija Antonia.
Su tercer matrimonio fue
aún más infortunado, su nueva esposa era una muchachita de 15 años,
descendiente también de Augusto a través de Antonia la mayor (primera hija de
su hermana Octavia con Marco Antonio): Valeria Mesalina, de excepcional belleza
y cegada por la ambición. Mesalina estaba muy ligada al círculo de Calígula. Aceptó
casarse con Claudio, pues su familia estaba arruinada y no gozaba de prestigio
político. Lo sedujo con promesas de amor, que cautivaron a un escéptico
Claudio, tras dos matrimonios fallidos. “Cuando
un cincuentón no muy inteligente y no
muy atrayente se enamora de una muy atrayente y muy inteligente muchacha de
quince años, por lo general tiene muy malas perspectivas” (Robert Graves, Yo Claudio, XXXII).
Mesalina y Británico. Siglo I d.C, París, Museo del Louvre
Fuente: De Desconocido - Ricardo André Frantz (User:Tetraktys), 2005, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2306515
Al poco tiempo dio dos
hijos al emperador: Claudia Octavia (en el año 39-40) y el posteriormente
conocido como Británico (en el año 41). Manipuladora y depravada, Mesalina usó
el poder que tenía sin ningún tipo de escrúpulos para lograr sus fines, siendo
atraer a su lecho a hombres de cualquier estrato social su primera prioridad.
Las fuentes antiguas afirman que Mesalina era ninfómana. Relatan incluso que
estando Claudio en Britania, organizó un concurso en Palacio para constatar que
mujer era capaz de tener relaciones con más hombres. El gremio de prostitutas
envió a su más reputada meretriz, Escilas, que perdió ante la lascivia de la
emperatriz que superó la cifra de 25 hombres antes del amanecer. Claudio era
ajeno a todo, hasta que la pasión de Mesalina por el cónsul Cayo Silio,
precipitó la caída de la emperatriz. Ambos tramaron derrocar a Claudio y usurpar
el trono imperial. Claudio fue informado por sus libertos y Mesalina fue
mandada ejecutar.
Tras otra amarga
desilusión, Claudio “afirmó ante la
asamblea de los pretorianos que era su propósito permanecer célibe, puesto que
los matrimonios le salían mal, y que si no lo cumplía, estaba dispuesto a
aceptar la muerte de sus propios manos” (Suetonio. Vida de Claudio, 26, 2). Sin embargo, al poco tiempo estaba
pensando en nuevos enlaces. Sobre la mesa había varias candidatas: su segunda
esposa, Elia Petina, Lolia Paulina (que fuera esposa de Calígula) y la que a
finalmente se convertiría en emperatriz, Agripina la menor, hija de su hermano
Germánico y hermana de Calígula. Ésta “aprovechando
su derecho a besarlo y las múltiples ocasiones que tenía de mostrarse tierna
con él, le hizo enamorarse de ella a base de caricias” (Suetonio. Vida de Claudio, 26, 3). El Senado hubo
de decretar que se permitiera este
matrimonio entre tío y sobrina, prohibido hasta entonces por
considerarse incestuoso. Quizás también influyera en Claudio el hecho de querer
reforzar su siempre débil posición con un miembro de la familia Julia, bisnieta
de Augusto y madre del único descendiente varón del divinizado emperador, el
entonces conocido como Lucio Domicio (futuro emperador Nerón). Agripina fue
consiguiendo de Claudio todo lo que deseaba: casó a Nerón con su hija Octavia y
logró que Claudio adoptase a Lucio Domicio, en detrimento de Británico.
Camafeo conmemorativo de la boda entre Claudio y Agripina la menor con Germánico y Agripina la mayor Siglo I d.C. Viena. Kunsthistorisches Museum.
Fuente: http://www.romeandart.eu/es/arte-emperador-claudio.html
Fuente: http://www.romeandart.eu/es/arte-emperador-claudio.html
Los últimos meses de
vida de Claudio, la relación de éste con Agripina se fue deteriorando, por lo
que el emperador empezó a replantearse su elección de heredero. Esto convierte
a Agripina en la máxima sospechosa del envenenamiento de Claudio a través de un
plato de setas, como afirman por unanimidad los historiadores antiguos. De ser
así, su última esposa fue la peor de todas pues le costó la vida.
Nerón joven. Siglo I d.C. Museo del Palazzo Massimo alle Terme. Roma 2018.
Fotografia propiedad de Francisco Javier Díaz Benito
Pobre Claudio !!!!!!!!
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