domingo, 12 de abril de 2020

El Principado de Vespasiano


Vespasiano. Siglo I d.c. Nápolés. Museo Arqueológico
Fuente: Di Miguel Hermoso Cuesta - Opera propria, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=37409081

El nuevo emperador inició una novedosa línea en relación al ascenso al poder basada en la profesionalidad y la buena gestión. Compartió el poder con sus hijos Tito (que tenía 30 años cuando su padre obtuvo el cargo) y Domiciano (que contaba sólo 18). Por este motivo a veces es difícil diferenciar la política de uno y otros.
Vespasiano llevó a cabo desde el principio una serie de medidas para consolidar su poder. En el orden interno ofreció regalos a los ciudadanos y al ejército para evitar motines y reestructuró el orden senatorial y ecuestre reemplazando a sus enemigos por hombres afines a él. Así y todo, el Senado perdió capacidad política y se centró más en tareas administrativas. También realizó  una campaña propagandística sobre su predestinación al trono imperial  y una gran difusión de sus victorias militares través de las monedas.
Licenció a los pretorianos que habían servido a anteriores emperadores y los sustituyó por soldados de su ejército. Adoptó medidas para limitar  la relevancia que habían alcanzado los miembros de este cuerpo a nivel político destacando entre ellas el reclutar soldados en las provincias, disminuir el número de cohortes y situar a su hijo Tito como prefecto del pretorio.

Guardia pretoriana. Relieves del arco de Claudio. Siglo I d.C. París. Museo del Louvre

Otro cambio en la administración fue la sustitución en los altos cargos de los poderosos libertos imperiales por caballeros, muchas veces reclutados en las provincias. Los libertos comenzaron a ocupar puestos inferiores y de subordinados.
El Principado de Vespasiano se caracteriza sobre todo por la austeridad económica que la mayoría achaca a la tacañería del emperador. Sin embargo, algunos lo justifican diciendo que Vespasiano recuperó las maltratadas arcas del Estado, exhaustas tras los continuos despilfarros de Nerón. De hecho, Vespasiano comentó a los inicios de su Principado que necesitaba “cuarenta mil millones de sestercios para que el Estado pudiera sostenerse” (Suetonio. Vida del Divino Vespasiano, 16, 3).
Para conseguir ese dinero se vio obligado a incrementar el número de impuestos tanto en la capital como en las provincias. En relación a la agricultura, la actuación más significativa estuvo orientada a la recuperación para el Estado de tierras que estaban en manos de particulares sobre las que tenía el derecho de propiedad y, en segundo lugar, poner en explotación nuevas tierras, obtenidas por el control de nuevos dominios territoriales, como por ejemplo en el área renana que comenzaron ya a ser organizadas por Vespasiano.
Se perfeccionó también la gestión de los recursos mineros explotados directamente por el Estado. Se encarga la gestión de los mismos a libertos imperiales.
Vespasiano también suprimió la inmunidad concedida por Nerón a algunas ciudades griegas y recomendó a sus agentes fiscales exigir las obligaciones fiscales de la población.
Nuevo también fue el impuesto sobre los judíos tras la guerra judeo-romana: el diezmo que pagaban al Templo de Jerusalén pasó a ser un impuesto obligado para destinarlo al fisco.
Todas estas medidas y, sobre todo, una eficaz gestión fiscal propiciaron una mejora del Tesoro Público y de la economía en general.


Traslado del tesoro del Templo de Jerusalén. Relieve del Arco de Tito. Roma 2011

Así y todo, en la ciudad de Roma, Vespasiano trató de mantener el compromiso del poder con la plebe a través de las distribuciones gratuitas de alimentos, donativos extraordinarios de dinero y abundantes espectáculos públicos. Al mismo tiempo, tanto Vespasiano como sus hijos llevaron a cabo una gran tarea constructiva en Roma en la que además de reparar acueductos, templos y otros edificios públicos como el tabularium, pavimentaron las calles de Roma. También levantó el nuevo emperador unos grandes depósitos para el almacenamiento de víveres: los horrea Vespasiani. Construyó el Foro de la Paz y en el lugar donde se encontraba el lago de la Domus Aurea, junto al Coloso de Nerón inició la construcción del mayor anfiteatro del Imperio. Con esta política los Flavio dejaban clara su intención de dotar a Roma del mayor esplendor, algo que se pudieron permitir con los botines de guerra, sobre todo de la victoria sobre los judíos.


Foro de la Paz. Roma
Fuente: De Jordiferrer - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, 

A nivel provincial, Vespasiano, al contrario que sus predecesores, comenzó una política que incluía la atención continuada a las provincias para irlas equiparando progresiva y coherentemente a Italia.
Estuvo muy pendiente de todos los territorios del Imperio pero especialmente de Oriente y de Hispania.  Reorganizó Egipto para garantizar la llegada del trigo a Roma y adoptó otras medidas para pacificar Oriente, donde desde el año 66 se luchaba para acabar con la rebelión judía que comenzó Vespasiano y culminó Tito en el año 70, tras sitiar y conquistar Jerusalén. Implantó medidas económicas y fiscales que permitieron el crecimiento económico, pero que fueron impopulares y en algunos casos provocaron nuevamente sentimientos antiromanos en algunas ciudades como Pérgamo o Alejandría.
No obstante, la provincia más mimada por Vespasiano fue Hispania, donde concedió el Ius Latii para romper con los privilegios de los ciudadanos de Italia. Esta concesión permitía a muchas ciudades hispanas obtener la municipalidad, lo que conllevaba múltiples beneficios,  como permitir a las personas que accedían a una magistratura acceder a la ciudadanía romana, y no sólo él, sino todas las personas que estuvieran bajo su patria potestad.


Moneda con Vespasiano en el anverso y Tito y Domiciano en el reverso

Cada nuevo municipio se organizaba a semejanza de los de Italia y cada uno contaba con una ley que reglamentaba su funcionamiento.
El Ius Latii puso las bases para la integración en la ciudadanía romana de grandes masas de población hispana, lo que abrió las puertas a los futuros emperadores oriundos de esta provincia. También posibilitó que estas ciudades abandonaran su derecho local tradicional y se pusieran bajo las reglas del Derecho romano.

4 comentarios:

  1. Pues todo un estadista.... Reconecerle que, como dices saco a Roma de las guerras entre emperadores... Y recuperó la economía

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  2. Sí, hizo un buen trabajo, aunque no tenga tanto reconocimiento. Saludos

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  3. ¿El trigo siempre venía de Egipto? ¿De Hispania sólo aceite,vino y salsa de pescado?

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  4. La mayoría, sí venia de Egipto, por eso Augusto creó un protectorado que dependiera directamente del emperador para que Roma no pasara hambrunas. De Hispania fundamentalmente lo que apuntas y los minerales. Saludos

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