martes, 12 de mayo de 2020

Antonia Cenis

“¡Su rostro nunca aparecerá en las monedas!- entonó de pronto el astrólogo con una voz aguda […]. El adivino se tambaleó; Vespasiano puso unas cuantas monedas de cobre en la mano mugrienta que tendió velozmente a pesar del aparente trance. Su vida es dulce, dulce será su muerte. Los huesos ligeros como el carboncillo, el pelo fino…irá con los dioses envuelta en púrpura: el César llora; ha perdido a su dama, el verdadero reverso de su vida.”
La Carrera del Honor, Lindsey Davis, VI

Retrato de una joven poetisa hallado en Pompeya, Siglo I d.C., Nápoles, Museo Arqueológico Nacional

Cenis era una esclava de Antonia la menor, madre de Claudio, conocida también por ser la concubina del emperador Vespasiano. Era la encargada de la correspondencia de su dueña. Según dicen redactó el documento, dictado por Antonia la Menor y dirigido a Tiberio, que supuso la caída de Sejano. Antonia le pidió que por su propia seguridad olvidara el contenido de ese texto a lo que Cenis respondió “Tus instrucciones señora son en vano; porque no sólo recuerdo esto, sino también todo lo que me has dictado, lo llevaré siempre en mi mente, y nunca podrá ser borrado” (Dión Casio. Historia Romana, LXVI, 14, 2). Por su fidelidad fue liberada por Antonia y ejerció gran influencia durante el Principado de Claudio.
De ahí que conociera al entonces general Tito Flavio Vespasiano, convirtiéndose en su amante antes de que él estuviera casado con la madre de sus hijos. Gracias a su posición cercana a los emperadores, Cenis apoyó la carrera política de Vespasiano. Éste no lo olvidó, y cuando enviudó tomó a Cenis de concubina, llevándola con él al Palacio Imperial al ser nombrado emperador “Después de la muerte de su esposa, [Vespasiano] reanudó sus relaciones con su antigua amante, Cenis, liberta y secretaria de Antonia, y la consideró, incluso cuando ya era emperador, casi como su esposa legítima” (Suetonio. Vida del Divino Vespasiano, 3). Aunque nunca se casaron el emperador la tenía en gran estima y se dejaba aconsejar a menudo por ella.


Busto de Vespasiano, Siglo I d.C, Copenhage, New Carleberg Glyptotek

“Señora, sólo hay dos cosas que no puedo hacer. Tú eres una liberta; no se me permite casarme contigo. Por tanto, no puedo hacerte emperatriz. Nunca serás Cenis Augusta; cuando estemos muertos el Senado no te invitará a que te unas conmigo como diosa; ninguno de los dos nos tomamos eso en serio, y sospecho que tampoco los dioses. Pero tú naciste esclava en aquel palacio; ahora lo gobernarás. Tú, que fuiste una vez posesión del César, vivirás como un César por derecho propio. No puedo darte títulos pero, mientras yo viva, Antonia Cenis, Cenis, cariño mío, tendrás el estado, el lugar, la posición, el respeto…Nada de rincones oscuros en los pasillos” (Vespasiano se dirige a Cenis en La Carrera del Honor de Lindsey Davis, XLIII)
Cenis realizaba incluso actividades oficiales en nombre del emperador y llegó a acumular una gran fortuna a través de los regalos recibidos por aquellos que querían acceder al emperador.
“[…] Hago mención de ella [Cenis] a causa de su extrema fidelidad y porque estaba dotada con la más excelente de las memorias. […] Y no sólo me parece una mujer notable por este motivo, sino también porque Vespasiano disfrutaba tan en exceso de ella. Esto le proporcionó la mayor influencia y amasó riquezas indecibles, al punto que se pensó que él logró hacer dinero a través de ella, actuando Cenis como intermediaria. Pues ella recibía grandes sumas de diversas procedencias, a veces vendiendo gobernaciones, a veces procuradurías, generalatos o sacerdocios, y hasta en ocasiones decisiones imperiales. Pues aunque Vespasiano no mató nunca a nadie para hacerse con su dinero, sí que perdonó la vida a muchos de los que se lo entregaron; y mientras que era Cenis la que recibía el dinero, muchos sospechaban que era Vespasiano el que de buena gana le permitía actuar así” (Dión Casio. Historia Romana, LXVI, 14, 3).
¿Qué opinaban los hijos de Vespasiano de esta unión entre su padre y una antigua esclava?. Tito, que según las fuentes era una persona encantadora, mantuvo una relación cordial con Cenis. Por su parte, el hijo menor del emperador, Domiciano, la trató siempre con desprecio, llegando a humillarla en más de una ocasión tendiéndole la mano para que se la besara. “[Domiciano] desde su juventud mostró un carácter extremadamente soberbio, llegando incluso a ser insolente y en no guardar en absoluto el menor comedimiento en sus actos y en sus palabras; y así cuando en cierta ocasión Cenis, la concubina de su padre, a su regreso de Istria le ofreció como tenía por costumbre, su mejilla para que la besara, él le tendió la mano” (Suetonio. Vida de Domiciano, 12, 3)
Roma, no obstante, aceptó a Cenis sin más inconvenientes y con naturalidad.
“Vespasiano recordaba al astrólogo del teatro Balbo que dijo que el rostro de ella nunca aparecería en las moneda […]. Al pensar en todas las acicaladas señoras que aparecía en las monedas (Mesalina con los tiesos rulos amontonados en la enorme y gorda cabeza, […] o peor, Agripina) se alegró. Cenis nunca se vería mezclada con tan desagradable compañía. Además ningún grabador sería capaz de captar su carácter. […]. Sin embargo, el hombre del tenderete lo sabía: ella era el auténtico reverso de su vida” (La Carrera del Honor, Lindsey Davis, XLIII).
En algún momento del año 74, Cenis falleció dejando nuevamente viudo a Vespasiano. Como ella poseía una gran casa en Roma con sus propios esclavos, éstos le dedicaron un epitafio a su muerte en la que la reconocían como Optima Patrona.


Epitafio de Antonia Cenis
Fuente: De Rossignol Benoît - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6418862

Aunque se sabe poco de Cenis, los más importantes historiadores romanos la mencionan, lo que pone de manifiesto lo influyente que debió ser esta mujer, que sobrevivió a cuatro Césares y convivió con un quinto. Un éxito que consiguió gracias a su inteligencia, como deja patente Dión Casio, que destaca su memoria prodigiosa y capacidades. También da fe de su genuina personalidad el hecho de que Antonia la Menor le regalará la libertad. Por su parte, Vespasiano que podía haber tenido a cualquier mujer, volvió con ella, incluso no siendo ya una mujer joven ni especialmente bella (pues nada dicen las fuentes al respecto). Todo esto son vestigios de lo extraordinaria que debió ser Antonia Cenis, mujer que logró destacar en un mundo de hombres no siendo ni siquiera patricia.

9 comentarios:

  1. Wow, que gran articulo, no conocia esta historia, y estando relacionada con Claudio....que dicha que Roma y su historia siempre tienen algo nuevo que enseñarnos....a proposito de su epitafio...que bien conservado esta...sabes como llego hasta nosotros?

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  2. Yo tampoco conocía mucho de Cenis hasta que no leí el libro de Lindsey Davis y cuando empecé con Vespasiano la recordé. Sí, llevo toda la vida investigando la historia romana y siempre logra sorprenderme y enseñarme algo nuevo. Lo único que sé del epitafio es que se encontró en la misma capital casualmente en la cercanía de Porta Pía. Me alegro que te haya gustado. Un saludo

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  3. Muchas gracias por tan buena información. He leído el libro de L. Davis este verano y seguía pensando en la figura tan interesante de esta mujer. Realmente una historia difícil y bonita.

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  4. Sí, lástima que haya tan poca información sobre Cenis. Saludos

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  5. Recién he descubierto tu blog y a diario disfruto la lectura de tus artículos. Tu documentación y tu estilo revelan que eres una promesa como escritorar. Felicidades por tu extraordinarios textos.

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    1. Muchas gracias por los halagos, me ayudan a seguir adelante porque a veces me cuesta mucha dificultad sacar adelante los artículos. No me dedico a la escritura, este blog es únicamente fruto de mi amor por Roma y por Augusto y su legado. Un saludo

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  6. gracias por darnos este maravillosos personaje

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  7. La conocí en el libro de Lindsey Davis y me pareció interesante dedicarle un artículo a una de esas maravillosas mujeres un poco olvidada por los siglos. Un saludo

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  8. Confunde que aparezca el retrato de la poetisa pompeyana Sulpicia . Me encantó conocer a Cenis.
    Gracias

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