Si bien los judíos
fueron fuertemente grabados con impuestos, ninguna fuente contemporánea resalta
la existencia de juicios o ejecuciones por conflictos religiosos. Sin embargo,
otros estudiosos, sobre todo aquellos especializados en la Biblia ponen de
manifiesto que el Libro del Apocalipsis fue escrito durante el Principado de
Domiciano como reacción a la intolerancia religiosa del emperador, que se hacía
llamar así mismo “Dominus et Deus”
(Señor y Dios). El trasfondo también se evidencia en el grafito encontrado en
el Pedagogium del Palacio Imperial
que se burla de los cristianos al mostrar un crucificado con cabeza de burro.
No
obstante, estas supuestas persecuciones se refirieron más a las represalias
ordenadas por Domiciano contra los senadores, entre los que estaban Flavio
Clemente y su esposa, Flavia Domitila, que era también sobrina del Emperador.
Ambos fueron acusados de ateísmo y de haber adoptado prácticas judaicas. Flavia
Domitila fue desterrada a una isla. Tanto Clemente como Fabia Domitila fueron
considerados mártires por la iglesia pero la historiografía moderna los engloba
más como víctimas de represalias políticas.
Por su parte, el
historiador Eusebio comenta que el conflicto social narrado en el Apocalipsis,
escrito por San Juan, refleja la política del emperador de destierros y
ejecuciones contra los cristianos, pero parecen haberse exagerado. Él mismo en
su Historia de la Iglesia cita a
varios autores como Melito de Sardis y Tertuliano que afirmaban que Domiciano
era como Nerón, pero más inteligente, porque sus persecuciones se redujeron a
simples destierros cristianos, entre ellos el del Apostol Juan a Patmos. ¿Qué
hubiera impedido a Domiciano a llevar al
martirio a un apóstol de Cristo? A pesar de ello, Eusebio no da mucho crédito a
esas afirmaciones y prefiere seguir los dictados de Orosio que vivió en el
siglo V y que dice que Domiciano emitió edictos y una persecución general y
cruel.
Pero ni siguiera los
historiadores romanos contrarios a Domiciano recogen estas persecuciones.
Plinio por ejemplo en una Carta a Trajano le comenta que nunca estuvo presente
en juicios contra cristianos en tiempos de Domiciano.
De nada de esto hay
evidencia arqueológica ni siquiera en la numismática de la época como tampoco la
hay, salvo una alusión de Suetonio, del título adoptado por el emperador de “Dominus et Deus”. Si Domiciano se
autoproclamaba así lo lógico es que hubiera
aparecido como tal en las alusiones a él y en sus monedas.
Al haber tan pocas pruebas y falta de consenso la conclusión final a la que han llegado muchos historiadores es que se trate sobre todo de represión sobre personas simpatizantes del judaísmo que intentaban evitar el Fiscus Judaicus (impuesto que debían pagar todos los judíos) pero que ninguna legislación de la época recoge ninguna medida específica contra los cristianos.