domingo, 3 de septiembre de 2017

Calígula, perfil de un psicópata

           "En mi opinión la naturaleza lo ha creado para demostrar cuán lejos puede llegarse al combinar un vicio incontenible con un poder ilimitado". 
Séneca

Busto de Calígula. Siglo I d.C. Nueva York. Museo Metropolitano
Fuente: https://hinocinte.blogspot.com.es/2016/10/los-excesos-del-emperador.html

Calígula es una figura con una personalidad sumamente compleja. A ello contribuye el hecho de que contemos con pocas fuentes antiguas fiables que nos hablen de él. Sólo han llegado hasta nuestros días la obra de dos autores contemporáneos al emperador: la de Filón de Alejandría que ofrece algunos detalles de los primeros momentos de su gobierno y algunas obras de Séneca. Éste último, sí proporciona algunos datos sobre la personalidad del sucesor de Tiberio, pero no pueden ser considerados objetivos pues sabemos que el filósofo cordobés fue acusado de formar parte de una conspiración contra la vida de Calígula y que por ello estuvo a punto de ser ejecutado en el año 39. El resto de obras coetáneas al emperador, juzgadas como muy críticas o excesivamente aduladoras, se han perdido. Así y todo sirvieron de base de inspiración a otros escritores en años posteriores.
De este modo, la mayor parte de los datos sobre la vida de Calígula que conocemos proceden de Suetonio y Dión Casio que vivieron 80 y 180 años después que aquel, respectivamente. La objetividad de éstos también se considera dudosa al ser ambos patricios que habían perdido mucho poder con la consolidación del sistema imperial. Desgraciadamente, los capítulos de los Anales de Tácito dedicados al gobierno de Calígula no se han conservado. Una verdadera lástima pues se trata del más justo de los historiadores clásicos. Sí se han conservado en esta obra en cambio los datos sobre el emperador durante el gobierno de Tiberio. Algunos fragmentos parciales sobre Calígula también los encontramos en obras de Flavio Josefo o Plinio el Viejo, pero ninguno de ellos da una visión favorable del tercer César.
Aunque está claro que Calígula no fue precisamente un modelo de buen gobernante, ¿hasta qué punto se han exagerado los hechos de su vida y los actos de crueldad a él atribuidos?. Intentaré con los datos de los que dispongo trazar un perfil de su personalidad lo más ecuánime posible.

Busto de Germánico: Siglo I d.C. París. Museo del Louvre. Fotografia proiedad de Obra de  Marie_Lan Nguyen

Como ya he ido apuntando en anteriores reseñas, Calígula fue el tercer hijo varón del matrimonio formado por Germánico (nieto de Livia) y Agripina la mayor (nieta de Augusto), mujer pasional y de fuerte carácter que acompañaba a su marido en todas las expediciones. Por este motivo, mientras sus hermanos mayores se educaban en Roma, el pequeño Cayo César se crió entre las legiones de su padre, convirtiéndose en la mascota de las mismas. Con sólo 1 año, su madre lo vestía con traje de soldado y con unas minúsculas cáligas idénticas a las que calzaban los militares, de ahí que los legionarios lo apodaran tiernamente Calígula, o sea pequeña cáliga, botitas. Tan encariñado estaban los rudos soldados con el crio que cuando tras la muerte de Augusto las legiones de Germania se amotinaron, Germánico para protegerlo lo envío a la Galia junto con su madre embarazada. Las tropas aceptaron entregar a los promotores del motín a cambio de que Calígula permaneciera con ellos, algo a lo que Germánico accedió. “[Los soldados] respondieron a su discurso [de Germánico] confesando que sus reproches eran justos, y suplicando que castigaran a los culpables, perdonara a los extraviados y los guiara contra el enemigo; que hiciera volver a su esposa, que retornara aquel niño criado por las legiones, y no fuera entregado como un rehén a los galos. El regresó de Agripina lo excusó por la inminencia de su parto y del invierno; vendría su hijo, y el resto sería cometido de ellos mismos” (Tácito. Anales, 44, 1). Tengo que señalar que ya adulto, el hijo de Germánico aborrecía que lo llamaran Calígula.

Agripina la mayor y Calígula. Detalle del Gran Camafeo de Francia.19 d.C. París. Gabinete de Medallas 

No sólo la legión sino las masas populares adoraban al encantador chiquillo por lo que era aclamado cada vez que pisaba las calles de Roma o de cualquier lugar donde se encontrara con su padre. En estos hechos, según mi opinión, está el origen del carácter caprichoso y narcisista de Calígula pues desde su infancia fue excesivamente mimado y adulado, más allá de lo que un niño de tan tierna edad podía comprender. No encontramos en las fuentes indicios de que Germánico o Agripina pusieran freno a la inmensa popularidad de su hijo.
A medida que fue creciendo y que las desgracias de sus familiares más cercanos acabaron con su idílica vida, conduciendo los últimos años de su infancia y su adolescencia hacia una existencia desequilibrada, su carácter fue volviéndose cada vez más enigmático. Aparentemente no le afectó la muerte de su padre (acaecida en trágicas circunstancias cuando sólo contaba 7 años) ni la de su madre y hermanos (condenados por Tiberio). Calígula incluso después de tanto sufrimiento se comportaba de manera dócil y cortés. Esto se acentuó durante la etapa en la que fue llevado a vivir a Capri con Tiberio. Cuenta Suetonio que durante estos años no expresó jamás queja alguna, ni demostró que le afectara en lo más mínimo el infortunio de sus familiares. Incluso cuando Tiberio lo ponía a prueba era con él sumamente servicial. Ello dio lugar a que se dijera de él que nunca hubo esclavo mejor para peor amo, y que, desde entonces, fuera considerado un maestro en las artes del disimulo. Pero Tiberio conocía la verdadera naturaleza de su carácter.

Busto de Calígula. Siglo I d.C. Copenhage. Carsberg Glytotek Museum

Ya siendo emperador, las escasas fuentes de las que disponemos coinciden que en los inicios de su gobierno Calígula se comportó como un buen Príncipe. No obstante en el otoño de 37 d.C. a los pocos meses de su ascenso al trono sufrió una grave enfermedad que estuvo a  punto de costarle la vida. Aún hoy no está clara la naturaleza de la misma. Algunos autores afirman que sufrió una encefalitis, es decir una inflamación del cerebro causada por alguna infección. Otras hipótesis apuntan a alguna enfermedad venérea, hipertiroidismo o epilepsia.
Filón de Alejandría opina que fuese cual fuese la enfermedad que padeció Calígula se debió al cambio en los hábitos de su vida al ser aclamado emperador. Sostiene que pasó de una existencia relativamente tranquila y saludable a la práctica de todo tipo de excesos. “Había cambiado su alimentación no hacía mucho (cuando todavía vivía Tiberio era más ordinaria y por eso más sana, por una dieta de lujo; vino puro en abundancia, golosinas, apetito insaciable con el vientre lleno, baños calientes intempestivos, vómitos inmediatos seguidos de nuevas borracheras, glotonería renovada” (Legatio Ad Gaium. 14).
Lo cierto es que cuando se recuperó de la enfermedad empezó a experimentar desórdenes mentales que hasta ahora no se habían puesto de manifiesto, evidenciando un carácter violento desconocido para todos. El insomnio que padecía acrecentaban sus ataques de ira y crueldad, pues según Suetonio “no dormía más de tres horas, y éstas ni siquiera con un sueño tranquilo” (Vida de Calígula. 50, 3).

Busto de Calígula. Siglo I d.C. Copenhage. New Carlsberg Glyptotek. Fotografia propiedad de S. Sosnovskiy

Regis F. Martín en su obra Los doce Césares. Del Mito a la Realidad siguiendo una teoría del alemán J. Lucas se inclina más por afirmar que Calígula poseía el perfil de un psicópata pues según éste “Los psicópatas se caracterizan por una pérdida de la capacidad de autodeterminación, por movimientos instintivos violentos y  descoordinados, por una curiosa perversión o degeneración del principio moral (no conocen esa molesta angustia que impide las malas acciones), por problemas de temperamento, de costumbres y de sentimientos, en particular el sentimiento del amor; por último, por la ausencia de esfuerzos por integrarse socialmente y un desconocimiento del orden de los valores que presupone la vida en comunidad”. Continúa afirmando Martín que “la psicopatía explica también el gusto por lo desmesurado, la ausencia de límites claros entre el bien y el mal, la fuente tendencia al narcicismo y el marcado deseo de ser admirado por los demás”. Todas estas patologías se pueden apreciar en las descripciones sobre Calígula que han llegado hasta nosotros. Según Suetonio una de las frases favoritas del emperador era “No hay nada en mi naturaleza que exalte o apruebe más que mi adriaptesia” (desfachatez, falta de pudor o indiferencia por sus actos). (Vida de Calígula, 29,1). Por su parte Filón de Alejandría afirmó que Calígula “era un hombre carente de cualquier sentimiento humano, joven, innovador, provisto de un poder exento de controles. Y la juventud unida a un poder absoluto cuando sigue inclinaciones incontroladas es más difícil de combatir” (Legatio Ad Gaium. 190).
A ello se unía la promiscuidad sexual y la inmensa influencia que tenía sobre él la monarquía teocrática, caracterizada por la ausencia de límites, el autoritarismo y el gusto por hacerse ensalzar. Nuevamente Suetonio nos relata que “ante una amonestación de su abuela Antonia, como si no bastara con desobedecerla Calígula contestó: recuerda que todo me está permitido y con todas las personas” (Vida de Calígula, 29,1).
A todos estos rasgos del carácter del emperador hay que añadir que Calígula a pesar de ser tan osado era sumamente cobarde. Tenía mucho miedo a las tormentas y una obsesión casi paranoica por su seguridad pues temía que podía ser asesinado.
Martin no considera de ningún modo que Calígula estuviera loco o fuera un demente pues no hay constancia de que jamás perdiera la consciencia de la realidad.

Busto de Calígula. Siglo I d.C. París. Museo del Louvre.
 Fotografía propiedad de Bill Storage, Laura Maish, John Pollini y Nick Stravrinides

En cuanto a la apariencia física de Calígula hay igualmente una gran diferencia entre las descripciones que han llegado hasta nosotros realizadas por distintos autores y sus representaciones en esculturas y monedas. En la misma línea las descripciones de su físico son totalmente negativas. Dice Suetonio que “era de gran estatura, de tez muy pálida y cuerpo desproporcionado; tenía el cuello y las piernas excesivamente delgados, los ojos y las sienes hundidos, la frente ancha y ceñuda, y el cabello ralo, pero en la coronilla estaba totalmente calvo, aunque por lo demás era muy velludo” (Vida de Calígula, 50,1). Séneca cuenta por su parte que poseía “una tez pálida y repelente que dejaba ver la locura, ojos torvos emboscados bajo una frente de vieja  y un cráneo pequeño salpicados por algunos pelos mal puestos. Añadidle a esto una nuca enmarañada, la delgadez de sus piernas y el gran tamaño de sus pies” (Sobre la constancia del sabio, 18,1). Hay que tener en cuenta que Séneca odiaba fervientemente a Calígula y que Suetonio se basó en su testimonio. Algunos autores actuales basándose en el parecido que presenta la imagen del emperador retratada en las monedas con el de su madre Agripina (mujer de gran belleza) indican que se ha exagerado hasta lo grotesco la imagen de Calígula para ajustarla a su carácter. Algo a lo que también han hecho alusión algunas fuentes es a la fijeza de su mirada lo que incrementaba la sensación de crueldad de la misma.

Moneda con Calígula en el anverso y Agripina la Mayor en el reverso

Por otro lado, su forma de vestir, muy próxima al estilo oriental, también era motivo de escándalo pues seguramente había heredado ese gusto de su bisabuelo Marco Antonio “A menudo se mostraba en público con mantos cubiertos de adornos y de piedras preciosas, una túnica provista de mangas y luciendo brazaletes; en ocasiones vestido de sedas y ataviado con una cíclada (prohibida a los varones en 16 d.C.); y una veces en sandalia o conturnos, otras con las botas de los correos, y otras, en fin, con chinelas de mujer” (Vida de Calígula, 52,1).
Independientemente de todo lo que se ha escrito sobre el emperador, Calígula poseía grandes dotes intelectuales siendo un gran orador. No obstante, como era envidioso del talento de otros, gustaba desprestigiar a Homero, a Virgilio y sobre todo a Séneca de cuyos escritos decía que eran meros ejercicios de efecto, sólo arena sin sal.  No obstante su gran afición eran los juegos, sobre todo las carreras en el Circo. Le gustaba montar en carro y combatir con diferentes armas. Del mismo modo sentía una desmedida afición por el canto y el baile que practicaba en público con frecuencia. Estos hobbies estaban muy mal vistos por la nobleza.
Como en todos los actos de su vida, era muy visceral también en sus simpatías y escasos afectos. No dudaba en besar en público a su actor o auriga favorito al mismo tiempo que los cubría de oro. A ellos se unía el desmesurado amor que sentía por su caballo, el famosísimo Incitato o por encima de todos por su hermana Drusila. A pesar de que contrajo matrimonio 4 veces sólo sintió cierto afecto por la última de sus esposas, Milonia Cesonia, mujer de orígenes humildes, mayor que él y de escasa belleza. Con ella tuvo su única hija, llamada Julia Drusila como recuerdo a su difunta hermana.


Posible escultura de Calígula a lomos de Incitato. Siglo I d.C. Londres. Museo Británico

6 comentarios:

  1. ya están aquí los romanos...bien!!!!!!!!!!!!!

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  2. Sii, poco a poco vamos recuperando todas las rutinas y mis romanos no podían ser menos, jjj

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  3. Lo curioso es que en la mayoría de estatuas de Calígula de adulto, este tiene una expresión de enojo y crueldad ¿Será coincidencia?

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    1. Aunque idealizadas las esculturas romanas son siempre retratos, por tanto normal que reflejen la personalidad de Calígula. Un saludo

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