La columna de Trajano
fue el gran monumento que debía perpetuar la conquista de la Dacia. Destaca no
sólo por su belleza plástica sino por su gran originalidad al ser la primera
vez que el arte romano crea algo totalmente nuevo, insistiendo en la nueva
modalidad de relieve iniciada en el Ara Pacis, tan genuinamente romana: el
relieve histórico, aunque ahora por primera vez se separa del arte helenístico,
predominando la solemnidad romana de exaltar al Imperio.
Se relatan las dos
guerras dácicas basándose en la crónica De Bello Dacico, hoy perdida.
La columna fue
inaugurada el 12 de mayo del año 113 y consta de un largo friso helicoidal que
rodea todo su fuste. Mide 29,78 metros sin contar el pedestal y la estatua que
la culmina, si se incluyen éstos rondaría los 40 metros. La forman 18 bloques
colosales de mármol de Carrara. La base está decorada en tres de sus lados por
armas en bajorrelieve. El último lado presenta una inscripción que recuerda que
la columna tiene la misma altura que la colina antes de la restructuración de
Trajano. En las esquinas aparecen 4 águilas que sostienen una guirnalda de laurel.
En su interior se colocaron las cenizas de Trajano y su esposa Plotina. A
partir de esta sala se inicia una escalera de caracol que conduce hasta la
cima.
El friso historiado
continuo se extiende a través de 200 metros enrollándose alrededor del friso 23
veces como si fuera un rollo de papiro, y muestran entre 100 y 150 escenas una
2.500 figuras. La altura del friso crece a medida que se sube para corregir la
deformación causada por la perspectiva. Los episodios más relevantes se
representan cronológicamente, de forma ascendente. Culminaba en una escultura
de Trajano reemplazada en el siglo XVI por una figura de bronce de San Pedro.
La narración está
organizada con intenciones cronísticas. Se intercalan escenas de las batallas
con otras de marcha y de construcción de campamentos e infraestructuras. Las
escenas están ambientadas en contextos con rocas, árboles o construcciones
según lo que se quiera narrar, refiriéndose a escenas concretas acaecidas y no a la fantasía del autor. Todo
el relieve estaba policromado lo que le imprimía una gran expresividad.
La figura de Trajano
está representada unas 60 veces, en diferentes acontecimientos: supervisando la
construcción de campamentos, a la cabeza de la columna en marcha, haciendo
sacrificio a los dioses, hablando a los soldados o recibiendo la sumisión de
los prisioneros, entre otras escenas. Su representación es siempre realista y
expresa, con gestos medidos, miradas fijas y composiciones bien construidas que
muestran su actitud y habilidades militares, exenta de capacidades sobrehumanas
o elementos aduladores.
Las imágenes están
reunidas unas entre sí por un ritmo acelerado de acción, cuyo verdadero
protagonista es el valor del ejército romano.
La realización de la
columna requirió una técnica compleja y una gran coordinación entre todos los
artistas que intervinieron en su ejecución. El estilo del relieve es muy bajo
para no alterar la línea arquitectónica de la columna.
El realismo predomina
en la narración y el único elemento simbólico es la personificación del
Danubio, que invita a los romanos a pasar. No obstante, la representación del
espacio es poco naturalista y el autor presta poca atención a la perspectiva,
aunque la combinación de líneas diagonales y verticales aporta gran dinamismo.
En él, y en las escenas de acción llenas de dinamismo y el naturalismo de la
figura humana se observa la influencia griega, pero la narración es totalmente
romana así como las abundantes y precisas referencias al paisaje y los detalles
realistas.