domingo, 1 de julio de 2018

La otra política exterior

              
Claudio. Siglo I d.C. Nápoles. Museo Arqueológico Nazional


             Además de la incorporación de Britania al Imperio Romano, Claudio reorganizó otras áreas del mismo.
              Por un lado quiso consolidar su posición en Mauritania, provincia anexada sólo unos años antes por Calígula, que había mandado asesinar al rey Ptolomeo, primo suyo como nieto también era de Marco Antonio. El pueblo no recibió de buen grado la muerte de su rey por lo que estalló una rebelión que duró dos años.

Ptolomeo de Mauritania. Siglo I d.C, París. Museo del Louvre

Claudio se volcó en la conversión del reino en una provincia, por lo que envió a Suetonio Paulino al frente de un ejército hasta los límites de Mauritania y más lejos aún, donde se encontraron árboles y todo tipo de animales nunca vistos hasta entonces que podían ser llevados a Roma para exhibirlos en espectáculos públicos.
Las tribus rebeldes fueron sometidas y Mauritania fue dividida en dos provincias imperiales: la occidental o Tingitana con su capital en Tingis (Tánger) y la oriental o Caesariensis con su capital en Caesarea (Cherchell). Al frente de cada una de ellas Claudio nombró gobernadores a procuradores del orden ecuestre.

Mapa de Mauritania y  Numidia

Al mismo tiempo anexó las provincias de Tracia, Nórico, Panfilia, Licia y Judea en la que fue la mayor expansión del imperio desde tiempos de Augusto.
          Para consolidar estas provincias, éstas recibieron contingentes de ciudadanos romanos,  que fueron asentados en colonias o municipios.

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