Marco Coceyo Nerva nació en el año 30 en Narni a 80 kilómetros de Roma, durante el Principado de Tiberio y sobrevivió al gobierno de 9 Césares a los que sirvió siempre diligente y discretamente desde su puesto como senador. Al igual que Vespasiano pertenecía a la nobleza procedente de Italia por lo que no formaba parte del patriciado genuinamente romano. Los miembros de su familia habían desempeñado altos cargos desde los tiempos de la República y estaba emparentado con la dinastía julio-claudia a través del matrimonio de un tío suyo con una bisnieta de Tiberio, en cuyo Principado fueron cónsules tanto su bisabuelo como su abuelo.
Poco se sabe de la
carrera pública de Nerva. Fue elegido pretor en tiempos de Nerón y jugó un
papel fundamental en desvelar al emperador la conjura de Cneo Calpurnio Pisón. Por
ello recibió grandes honores. Junto con Vespasiano formó parte del séquito de
Nerón y con posterioridad se quedó a cargo del pequeño Domiciano cuando su
padre Vespasiano y su hermano Tito partieron hacia el Este, habiendo quedado
huérfano de madre.
Nerva siempre se mantuvo
fiel a los Flavios por lo fue recompensado con su primer consulado en el año 71.
Nuevamente alertó a Domiciano sobre la conjura de Saturnino recibiendo entonces
su segundo consulado en el año 90.
Debido a la escasez de
fuentes escritas durante este período es muy poca información que se conserva
sobre Nerva. Lo que conocemos de él los debemos sobre todo gracias a Dión Casio
y a un fragmento que se ha conservado de Las
Historias de Tácito que describe su Principado como “el amanecer de una edad más feliz, pues Nerva mezcló finalmente
términos irreconciliables, la soberanía y la libertad”. Los escasos relatos
que han llegado hasta nosotros transmiten una valoración positiva del nuevo
emperador y alaban sobre todo su moderación y sabiduría. Sin embargo, Dión Casio
apunta que “Fronto, el cónsul, hizo
notar que peor que tener un emperador bajo el que a nadie se le permitía
hacer nada, era tener uno bajo el que a todos se le permitía todo” (Historia
Romana, Libro LXVII, 1).
En esa línea, la historiografía moderna considera que Nerva tenía buenas intenciones pero su debilidad dio lugar a un gobierno ineficaz que llevó al imperio al comienzo de una gran crisis, que se superó gracias a la adopción de Trajano.
Poco más se sabe del
perfil psicológico de Nerva, salvo que Dión incide varias veces en su avanzada
edad y en su frágil salud.