sábado, 23 de septiembre de 2017

Augusto...2080 años después


Cartel del Bimilenario. Detalle del Augusto de Prima Porta. Siglo I d.C. Roma. Museos Vaticanos
Fuente: Takashi Okamura. www.amazon.es

Un día como hoy, hace 2080 años, en una casa ubicada en la ladera del Palatino vino al mundo un niño, en una familia muy rica pero de origen oscuro. Cuando su padre lo recogió del suelo, reconociéndolo así como hijo suyo, recibió el relativamente modesto nombre de Cayo Octavio. Sin embargo, el precioso bebé de ojos grises azulados y cabello dorado, era nada más y nada menos que el sobrino nieto del hombre más poderoso de la tierra: Cayo Julio César, y por ese motivo, desde que abrió los ojos al mundo se supo que estaba predestinado a la más grande de las gestas: seguir la estela de Rómulo para hacer inmortal el bien más preciado que aquel legó al mundo: Roma y su cultura.
En estos días, diversas circunstancias me han llevado a pensar mucho en Augusto y a reflexionar sobre la inmensa mediocridad de la mayoría de los que hoy en día detentan el poder, ya sea a nivel local o en las más altas esferas de los gobiernos; por eso, observando las turbulencias que en la actualidad sacuden cada día al solar que otrora fue su Imperio, la grandeza del Príncipe permanece intacta, aún después de más de dos milenios de su paso por este mundo. Pues él, a pesar de los errores que su naturaleza humana le llevó a cometer, sigue siendo el más grande político, porque al mismo tiempo fue el más incansable trabajador, pues infatigablemente estuvo al pie del cañón como el más humilde de sus ciudadanos, hasta el último día de su vida, a fin de garantizar la paz y prosperidad a su pueblo, para mayor gloria de Roma.


Restos de la Casa natal de Augusto en el Palatino. Roma
     Una Roma que sabe que sigue siendo la ciudad de la antigüedad que mejor ha envejecido gracias a los sólidos pilares que para sostenerla construyó su hijo predilecto. Por eso, se vuelca cada día en la conservación de su legado. Así, la Ciudad Eterna espera con gran expectación la finalización de las obras que le devolverá el lugar de descanso de su eterno Padre de la Patria.
Para hacer más corta la espera diversas iniciativas se están encargando de que el monumento esté presente cada día. Una de ellas es la publicación de unas fotos, de gran valor histórico, que recogen la historia del monumento durante este siglo XX. 

Giuseppe Garibaldi en 1875en un banquete en su honor dentro el Mausoleo cuando se usaba de anfiteatro

El mismo banquete de 1875

Vista del interior en 1936. Al fondo la cúpula de la Basílica de los Santos Ambrosio y Carlos

1936: Demolición del teatro construido sobre las ruinas del Mausoleo

Las fotografía son propiedad de Roma Ieri e Oggi.

5 comentarios:

  1. Hola:
    Ya me parecía a mi raro que el Mausoleo estuviera abandonado durante 2.000 años. Así que fue reconvertido en teatro, no tenía ni idea. Supongo que después lo dejaron con la forma de pirámide escalonada con jardines y árboles.
    Bueno, a ver como queda y me doy una vuelta por allí ☺

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  2. yo creo que ha tenido varios usos a lo largo de la historia. No sabía que uno de ellos fue el teatro. Es curioso, porque los edificios suelen conservar en parte su destino aun cambiando, templo romano pasa a iglesia, iglesia a mezquita, etc. Un Mausoleo es un caso muy especial, afortunadamente el de Augusto no ha desaparecido totalmente como el de Alejandro.

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  3. Os dejo un extracto de mi primera reseña sobre el Mausoleo sobre su devenir histórico. "Una vez saqueado y expoliado fue convertido en una fortaleza medieval en el siglo XII por parte de la familia Colonna, después fue un jardín renacentista, un anfiteatro, un Auditorium para representaciones teatrales (con una capacidad entre 3000 y 3500 espectadores) e incluso una plaza de toros en el siglo XVIII. Entre 1936-1938, Benito Mussolini ordenó demoler todos los edificios que rodeaban la imponente tumba para intentar devolverle su estructura original".
    Como veis muchos han sido a los usos a los que se destinó la tumba y, como dices, lo importante es que haya llegado hasta nuestros días y que pronto podremos recuperarlo. Un saludo a los dos!

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  4. Demasiado, entre tus viajes y tanto romano, cómo para retener todo. Un saludo

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