martes, 31 de marzo de 2020

Perfil de Vespasiano

“Se le consideraba emperador sólo por su supervisión de los asuntos públicos, mientras que en todos los demás aspectos era democrático y vivía en igualdad de condiciones que sus súbditos”.
Dión Casio. Historia Romana, Libro LXV, 11, 1)

Tito Flavio Vespasiano. Siglo I d.C. Museo Pushkin. San Petesburgo

Tito Flavio Vespasiano descendía de una familia del orden ecuestre que alcanzó el rango senatorial durante la dinastía Julio-Claudia. Nació el 17 de noviembre del año 9 d.C. y murió el 23 de junio del año 79.
Fue nombrado cónsul en el año 51 y empezó a ganar fama como comandante militar, destacando en la invasión de Britania al mando de la Legio II Augusta. En el año 66, Nerón lo envío a Judea a poner orden en la zona debido a una revuelta surgida de las tensiones entre griegos y judíos. Sus éxitos militares le hicieron granjearse el favor de las tropas que lo proclamaron emperador el 1 de julio del año 69, cuando contaba con 60 años de edad; fue corroborado por el Senado en diciembre de ese mismo año tras vencer a Vitelio.


Retrato de Vespasiano. Siglo I d.C. Roma, Museos Capitolinos

Contrajo matrimonio con Flavia Domitila, de origen africano y que consiguió la ciudadanía romana después de nacer. Con ella engendró a sus tres hijos: Tito, Domiciano y Domitila. Perdió a su mujer y a su hija antes de proclamarse emperador, pero no volvió a casarse; en cambio reanudó sus relaciones con una antigua amante, Cenis, liberta de Antonia (madre del emperador Claudio), a la que se consideró como esposa legítima, aun cuando no se casó nunca con ella. Cenis acumuló una gran riqueza e influencias, tanto que algunos pensaban que el emperador la usaba para enriquecerse más.
De carácter sencillo, nunca ocultó la mediocridad de sus orígenes. Según los historiadores clásicos era de buen carácter y campechano, muy dado a acabar sus conversaciones con algún dicho gracioso, pues era muy ocurrente. Le gustaban las bromas incluso si iban dirigidas a su persona. También comentan que no era rencoroso ni propenso a vengar las ofensas y enemistades. Además cuentan que era una persona muy prudente.
El gran defecto que todos destacan de él es su avaricia y tacañería. Instauró nuevos impuestos, incluso uno que llamó mucho la atención sobre la orina. “Al reprocharle su hijo Tito que hubiera ideado incluso un impuesto sobre la orina, le puso ante las narices la suma que había obtenido del primer pago de este impuesto, preguntándole si le desagradaba el olor; y al responder aquél que no, replicó “pues ha salido de la orina” (Suetonio. Vida del divino Vespasiano, 23, 3). Hay que decir al respecto  que los bataneros y los curtidores empleaban la orina en su oficio, por lo que era muy requerida. Además, continúa Suetonio que “esta insaciable avaricia era innata en él, tal como se lo echó en cara un viejo boyero que, al serle negada la libertad gratuita que le pedía entre súplicas una vez llegado Vespasiano al poder, exclamó que una zorra podía cambiar de pelo, pero no de costumbres” (Vida del divino Vespasiano, 16, 3). Otra anécdota que cuenta al respecto Dion Casio es que “cuando algunas personas votaron para erigirle una estatua que costaba un millón, extendió la mano y dijo: Dame el dinero, éste es su pedestal” (Historia Romana, Libro LXV, 14, 5). Continúa Dión Casio diciendo que “aunque Vespasiano no mató a nadie por dinero,  sí salvó la vida de muchos que lo dieron” (Historia Romana, Libro LXV, 14, 4).


Vespasiano. Siglo I d.C. Roma. Museo de las Termas
Fuente: Di Carole Raddato from FRANKFURT, Germany - Vespasian, from Minturnae (Minturno, Italy), 69-79 AD, Palazzo Massimo alle Terme, Rome, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=37882033

No obstante, también fue generoso con quien debió serlo “extraordinariamente liberal con todo tipo de personas, completó el censo a los senadores, concedió a los consulares carentes de recursos un subsidio de 500.000 sestercios anuales, reconstruyó, dotándolas de mejores condiciones, un gran número de ciudades de todo el Imperio que habían sufrido los efectos de terremotos o de incendios, y fomentó ante todo los talentos y las artes” (Suetonio. Vida del divino Vespasiano, 17).
Según Dión Casio vivió muy poco en el Palacio Imperial y pasó su mayor tiempo en los Jardínes de Salustio donde seguía reuniéndose con sus amigos y con cualquiera que quisiera verlo, y otras veces acudía él a visitar a sus amigos íntimos. Igualmente acudía con asiduidad al Senado y mantenía buenas relaciones con sus miembros. Si no podía acudir, enviaba a alguno de sus hijos para que leyeran sus comunicaciones. Igualmente se encargaba personalmente de impartir justicia en el Foro.
En cuanto a su físico según Suetonio era de talla proporcionada, robusto y su gesto parecía que siempre estuviera haciendo un gran esfuerzo, como se aprecia en sus retratos, que a diferencia de los emperadores de la dinastía Julio- Claudia representan a un hombre no a un dios. Gozó de gran salud toda su vida. 

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. A ver q nos ofrecen. Artísticamente dos joyas impresionantes: el Arco de Tito y mi maravilloso Coliseo. Un saludo

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