Busto de Tito, siglo I d.C., Roma, Museos Capitolinos
Fuente: By Sailko - Own work, CC BY 3.0,
El breve Principado de
Tito (duró sólo dos años) se caracterizó por continuar la política de su padre,
aunque el nuevo Príncipe se mostró más moderado que Vespasiano pues no condenó
a nadie a muerte a pesar de sufrir varios intentos de conjura.
Tito se centró en
mejorar la calidad de vida de los ciudadanos: así promulgó un edicto
confirmando las donaciones de otros emperadores para que los ciudadanos no
tuvieran que volver a tramitar la misma petición. Además, suspendió los juicios
por traición y lesa majestad y expulsó de Roma a los delatores.
No hizo gastos
innecesarios y en cuanto a obras públicas finalizó e inauguró el edificio más
espectacular del mundo romano: el Anfiteatro Flavio. También construyó unas termas
para el pueblo junto a él: las Termas de Tito.
El Principado de Tito
fue bastante tranquilo en cuestiones bélicas. Aunque surgieron algunos
conflictos en Britania, Cneo Julio Agrícola, al mando de las legiones de las
islas acabó sometiendo todo el territorio britano, no tanto por su capacidad
militar sino por su habilidad para romanizarlo pacíficamente. Según Dión Casio,
Agrícola “fue el primero de los romanos que
descubrió el hecho de que Britania está rodeada por agua” (Historia Romana, LXVI, 20)
También tuvo que hacer
frente a varias conjuras; una muy curiosa surgió en las provincias del Este
capitaneada por Terencio Máximo, un asiático que se hizo pasar por Nerón pues
se parecía al último emperador julio claudio tanto en su aspecto como en su voz
e incluso tocaba la lira. Consiguió algunos seguidores, incluido el apoyo del
rey parto Artabano II, que estaba encolerizado contra Tito. No obstante,
Terencio fue ejecutado al desvelarse su verdadera identidad.
Vespasiano, Tito y Domiciano en una moneda
En Roma también hubo un
complot, en el que estuvo implicado el mismo Domiciano; Tito no tomo represalias
contra él. “A pesar de que su hermano no cesaba de conspirar contra él e incluso,
casi sin disimulo, soliviantaba a los ejércitos y preparaba la huida, no fue
capaz de matarle ni relegarle, sino, como había hecho desde el primer día de su
imperio, continuó declarándole compañero y sucesor suyo, pidiéndole a veces,
cuando se hallaban solos, entre súplicas y lágrimas, que consintiera al fin en
corresponder a su afecto” (Suetonio, Vida
de Tito, 9, 3).
Erupción de Vesubio. William Turner, 1817, New Haven, Centro Yale de Arte Británico
Sin embargo, el
Principado de Tito ha pasado a la historia por encadenar una serie de
catástrofes que mostraron aún más la generosidad y entrega del emperador: un
incendio grave en Roma, una pestilencia y el mayor desastre natural de la
Antigüedad: la erupción del Vesubio, que provocó la destrucción de Pompeya,
Herculano y Estabia. “En este cúmulo de
adversidades de semejante calibre mostró no sólo la solicitud de un Príncipe,
sino el cariño que sólo un padre puede demostrar ya consolando al pueblo por
medio de edictos, ya prestándole toda la ayuda de que era capaz. Eligió por
sorteo a unos ex cónsules para que se ocuparan de reconstruir Campania; los
bienes de las personas que habían fallecido en la erupción del Vesubio sin
dejar herederos los empleó en la reconstrucción de las ciudades siniestradas”
(Suetonio, Vida de Tito, 8, 3-4).
De todas las termas que existieron, de estas son de las que menos restos sobreviven no?
ResponderEliminarSii, pero tampoco quedan restos de las de Agripa, de las de Trajano...en fin lo que queda en Roma es solamente una muestra de la inmensidad de su patrimonio. Saludos
ResponderEliminar