“¡Su rostro nunca aparecerá en las monedas!- entonó de pronto el
astrólogo con una voz aguda […]. El
adivino se tambaleó; Vespasiano puso unas cuantas monedas de cobre en la mano
mugrienta que tendió velozmente a pesar del aparente trance. Su vida es dulce,
dulce será su muerte. Los huesos ligeros como el carboncillo, el pelo fino…irá
con los dioses envuelta en púrpura: el César llora; ha perdido a su dama, el
verdadero reverso de su vida.”
La Carrera del Honor, Lindsey Davis, VI
Retrato de una joven poetisa hallado en Pompeya, Siglo I d.C., Nápoles, Museo Arqueológico Nacional
Fuente: https://www.elcuadrodeldia.com/post/151671070713/an%C3%B3nimo-pompeyano-retrato-de-una-joven-siglo
Cenis era una esclava de
Antonia la menor, madre de Claudio, conocida también por ser la concubina del
emperador Vespasiano. Era la encargada de la correspondencia de su dueña. Según
dicen redactó el documento, dictado por Antonia la Menor y
dirigido a Tiberio, que supuso la caída de Sejano. Antonia le pidió que por su
propia seguridad olvidara el contenido de ese texto a lo que Cenis respondió “Tus instrucciones señora son en vano;
porque no sólo recuerdo esto, sino también todo lo que me has dictado, lo llevaré
siempre en mi mente, y nunca podrá ser borrado” (Dión Casio. Historia Romana, LXVI, 14, 2). Por su
fidelidad fue liberada por Antonia y ejerció gran influencia durante el
Principado de Claudio.
De ahí que conociera al
entonces general Tito Flavio Vespasiano, convirtiéndose en su amante antes de
que él estuviera casado con la madre de sus hijos. Gracias a su posición cercana
a los emperadores, Cenis apoyó la carrera política de Vespasiano. Éste no lo
olvidó, y cuando enviudó tomó a Cenis de concubina, llevándola con él al
Palacio Imperial al ser nombrado emperador “Después
de la muerte de su esposa, [Vespasiano]
reanudó sus relaciones con su antigua amante, Cenis, liberta y secretaria de
Antonia, y la consideró, incluso cuando ya era emperador, casi como su esposa
legítima” (Suetonio. Vida del Divino
Vespasiano, 3). Aunque nunca se casaron el emperador la tenía en gran
estima y se dejaba aconsejar a menudo por ella.
Busto de Vespasiano, Siglo I d.C, Copenhage, New Carleberg Glyptotek
“Señora, sólo hay dos cosas que no puedo hacer. Tú eres una liberta; no
se me permite casarme contigo. Por tanto, no puedo hacerte emperatriz. Nunca
serás Cenis Augusta; cuando estemos muertos el Senado no te invitará a que te
unas conmigo como diosa; ninguno de los dos nos tomamos eso en serio, y
sospecho que tampoco los dioses. Pero tú naciste esclava en aquel palacio;
ahora lo gobernarás. Tú, que fuiste una vez posesión del César, vivirás como un
César por derecho propio. No puedo darte títulos pero, mientras yo viva,
Antonia Cenis, Cenis, cariño mío, tendrás el estado, el lugar, la posición, el
respeto…Nada de rincones oscuros en los pasillos” (Vespasiano se dirige a
Cenis en La Carrera del Honor de
Lindsey Davis, XLIII)
Cenis realizaba incluso
actividades oficiales en nombre del emperador y llegó a acumular una gran
fortuna a través de los regalos recibidos por aquellos que querían acceder al
emperador.
“[…] Hago mención de ella [Cenis] a causa de su extrema fidelidad y porque
estaba dotada con la más excelente de las memorias. […] Y no sólo me parece una mujer notable por
este motivo, sino también porque Vespasiano disfrutaba tan en exceso de ella.
Esto le proporcionó la mayor influencia y amasó riquezas indecibles, al punto
que se pensó que él logró hacer dinero a través de ella, actuando Cenis como
intermediaria. Pues ella recibía grandes sumas de diversas procedencias, a
veces vendiendo gobernaciones, a veces procuradurías, generalatos o
sacerdocios, y hasta en ocasiones decisiones imperiales. Pues aunque Vespasiano
no mató nunca a nadie para hacerse con su dinero, sí que perdonó la vida a
muchos de los que se lo entregaron; y mientras que era Cenis la que recibía el
dinero, muchos sospechaban que era Vespasiano el que de buena gana le permitía
actuar así” (Dión Casio. Historia
Romana, LXVI, 14, 3).
¿Qué opinaban los hijos
de Vespasiano de esta unión entre su padre y una antigua esclava?. Tito, que según
las fuentes era una persona encantadora, mantuvo una relación cordial con
Cenis. Por su parte, el hijo menor del emperador, Domiciano, la trató siempre
con desprecio, llegando a humillarla en más de una ocasión tendiéndole la mano
para que se la besara. “[Domiciano] desde
su juventud mostró un carácter extremadamente soberbio, llegando incluso a ser
insolente y en no guardar en absoluto el menor comedimiento en sus actos y en
sus palabras; y así cuando en cierta ocasión Cenis, la concubina de su padre, a
su regreso de Istria le ofreció como tenía por costumbre, su mejilla para que
la besara, él le tendió la mano” (Suetonio. Vida de Domiciano, 12, 3)
Roma, no obstante,
aceptó a Cenis sin más inconvenientes y con naturalidad.
“Vespasiano recordaba al astrólogo del teatro Balbo que dijo que el
rostro de ella nunca aparecería en las moneda […]. Al pensar en todas las acicaladas señoras que aparecía en las monedas
(Mesalina con los tiesos rulos amontonados en la enorme y gorda cabeza, […] o peor, Agripina) se alegró. Cenis nunca se
vería mezclada con tan desagradable compañía. Además ningún grabador sería
capaz de captar su carácter. […]. Sin
embargo, el hombre del tenderete lo sabía: ella era el auténtico reverso de su
vida” (La Carrera del Honor,
Lindsey Davis, XLIII).
En algún momento del año
74, Cenis falleció dejando nuevamente viudo a Vespasiano. Como ella poseía una
gran casa en Roma con sus propios esclavos, éstos le dedicaron un epitafio a su
muerte en la que la reconocían como Optima Patrona.
Epitafio de Antonia Cenis
Fuente: De Rossignol Benoît - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6418862
Aunque se sabe poco de
Cenis, los más importantes historiadores romanos la mencionan, lo que pone de
manifiesto lo influyente que debió ser esta mujer, que sobrevivió a cuatro
Césares y convivió con un quinto. Un éxito que consiguió gracias a su
inteligencia, como deja patente Dión Casio, que destaca su memoria prodigiosa y
capacidades. También da fe de su genuina personalidad el hecho de que Antonia
la Menor le regalará la libertad. Por su parte, Vespasiano que podía haber
tenido a cualquier mujer, volvió con ella, incluso no siendo ya una mujer joven
ni especialmente bella (pues nada dicen las fuentes al respecto). Todo esto son
vestigios de lo extraordinaria que debió ser Antonia Cenis, mujer que logró
destacar en un mundo de hombres no siendo ni siquiera patricia.
Wow, que gran articulo, no conocia esta historia, y estando relacionada con Claudio....que dicha que Roma y su historia siempre tienen algo nuevo que enseñarnos....a proposito de su epitafio...que bien conservado esta...sabes como llego hasta nosotros?
ResponderEliminarYo tampoco conocía mucho de Cenis hasta que no leí el libro de Lindsey Davis y cuando empecé con Vespasiano la recordé. Sí, llevo toda la vida investigando la historia romana y siempre logra sorprenderme y enseñarme algo nuevo. Lo único que sé del epitafio es que se encontró en la misma capital casualmente en la cercanía de Porta Pía. Me alegro que te haya gustado. Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias por tan buena información. He leído el libro de L. Davis este verano y seguía pensando en la figura tan interesante de esta mujer. Realmente una historia difícil y bonita.
ResponderEliminarSí, lástima que haya tan poca información sobre Cenis. Saludos
ResponderEliminarRecién he descubierto tu blog y a diario disfruto la lectura de tus artículos. Tu documentación y tu estilo revelan que eres una promesa como escritorar. Felicidades por tu extraordinarios textos.
ResponderEliminarMuchas gracias por los halagos, me ayudan a seguir adelante porque a veces me cuesta mucha dificultad sacar adelante los artículos. No me dedico a la escritura, este blog es únicamente fruto de mi amor por Roma y por Augusto y su legado. Un saludo
Eliminargracias por darnos este maravillosos personaje
ResponderEliminarLa conocí en el libro de Lindsey Davis y me pareció interesante dedicarle un artículo a una de esas maravillosas mujeres un poco olvidada por los siglos. Un saludo
ResponderEliminarConfunde que aparezca el retrato de la poetisa pompeyana Sulpicia . Me encantó conocer a Cenis.
ResponderEliminarGracias