miércoles, 22 de abril de 2020

Política exterior de Vespasiano: La guerra judaica


Vespasiano. Siglo I d.C., Florencia, Galería degli Uffizi


Los Flavios se mantuvieron fieles a la política de Augusto de mantener la paz en el Imperio y reducir los gastos militares. Vespasiano nada más asumir el poder absoluto licenció cuatro legiones  para sustituirlas por sólo tres.
Para abaratar costos, comenzó a reclutar soldados en áreas próximas a los campamentos. Además para dar rentabilidad al ejército, cuando los soldados no estaban inmersos en alguna campaña bélica fueron empleados en la construcción de vías, puentes y otras obras públicas.
Los principales focos de conflicto a los que tuvieron que hacer frente los Flavios durante el Principado de Vespasiano fueron la guerra galo-germánica, el asunto de Britania y la guerra judaica.
Como consecuencia de la participación de las legiones germanas en las guerras civiles que tuvieron lugar tras la muerte de Nerón, Julio Civil, líder de los bátaros, se levantó en el año 69 contra Vitelio pero pronto se le unieron algunos pueblos galos y germanos, lo que dio un espíritu nacionalista al ejército rebelde. Julio Civil inició una campaña abierta contra ciudades romanizadas obteniendo algunos éxitos iniciales. Vespasiano tuvo que destinar 8 legiones para aplacar el levantamiento. Petilio Cerial acabó con él durante el año 70. Posteriormente se tuvieron que realizar varias campañas en el Rin, incluso años después con Domiciano.

Britania en época Flavia
Fuente: De my work - Based on Frere's Britannia and Jones' & Mattingly's Atlas of Roman Britain — sources are cited in the image legendThe topographical map is from a sub-region of File:Uk topo en.jpg, with the copyright notice {{Bild-GFDL-GMT|migration=relicense}} and original date of 7 July 2006, copy made in 2008, with the annotations removed by myself., CC BY-SA 3.0, 

Por otro lado, en Britania también se vio perjudicado el orden a raíz de las guerras civiles. Vespasiano solucionó el problema nombrando gobernador de la región a su general de confianza, Petilio Cerial que acabó temporalmente con la revuelta. No obstante, la estabilidad no se conseguiría hasta el año 77 cuando fue nombrado gobernador Julio Agrícola, que no sólo mantuvo a raya a las tribus rebeldes sino que amplió el dominio romano hacia el norte, hasta las tierras bajas de Escocia.
Sin embargo, el conflicto que consagró a los Flavio fue la  guerra judaica, la primera de las tres importantes rebeliones de los hebreos de Judea contra el poder Imperial. Desde hacía un tiempo, la provincia se había convertido en una región muy turbulenta. El odio a Roma se había incrementado por los robos producidos en sus templos y por la insensibilidad de los romanos hacia su religión.
Los primeros éxitos de la revuelta, incluido la resistencia al sitio de Jerusalén y la batalla de Bet- horón, provocaron que Nerón enviara al general Vespasiano a la zona para sofocarla, algo que consiguió en parte en el año 68. La guerra de Judea fue concluida por su hijo Tito, que recibió bajo su mando un ejército de unos 40.000 hombres.


Tito. Siglo I d.C. Nápoles, Museo Arqueológico

El asedio de Jerusalén fue más duro de lo que Tito habría esperado. Al no poder romper la defensa de la ciudad en un solo ataque, el ejército romano se vio forzado a sitiarla, por lo que cortó el suministro de alimentos y agua a una ciudad abarrotada pues habían llegado peregrinos en centenares para la celebración de la Pascua judía. La gente moría por millares a causa del hambre y las enfermedades, pero los judíos no estaban dispuestos a rendirse y arrojaban desde arriba de las murallas a los pacifistas.
Tito recurrió también a la guerra psicológica desplegando todo el poder de su ejército delante de las murallas, y asimismo, apeló al ex prisionero judío Flavio Josefo (protegido de los Flavios) para que mediara en el conflicto. Josefo no tuvo éxito por mucho que intentó hacer razonar a sus compatriotas con frases como “Dios que hace pasar el imperio de una nación a otra, está ahora con Italia” (Guerra de los judíos V, 367), “¿Creéis que Dios permanece aún entre los suyos convertidos en perversos?” (Guerra de los judíos V, 413) o “nuestro pueblo no ha recibido nunca el don de las armas, y para él hacer la guerra acarreará forzosamente ser vencido en ella” (Guerra de los judíos V, 399).
El conflicto finalizó con la conquista de Jerusalén en el año 70, cuando los romanos derribaron las murallas de la ciudad, que fue saqueada y el templo incendiado, según Flavio Josefo contra la voluntad de Tito, que “deseando guardar la ciudad y conservar el templo, compelió a los rebelados a pedir la paz y concordia” (Guerra de los judíos, prólogo)
Dos legiones fueron transferidas al río Éufrates. Los últimos focos se opusieron a Roma por algún año más, lo que llevó al asedio de Masada en el año 73 y al segundo sitio de Jerusalén. Como castigo e indemnización de guerra, los judíos se vieron obligados a pagar al Fisco el diezmo que destinaban anualmente al Templo. Así y todo, los hebreos del resto del Imperio fueron siempre vigilados de cerca por los romanos.


Tito pasea en su carro triunfal. Relieve del Arco de Tito. Siglo I d.C., Roma 2011

Tito volvió a Roma en el año 71 disponiendo que los líderes del levantamiento (Simón y Juan) junto a otros 700 prisioneros fueran enviados a Roma para desfilar encadenados a su carro triunfal. A pesar de que el Senado decretó un triunfo para Vespasiano y otro para Tito, el emperador decidió celebrar un único triunfo para los dos.
La guerra judaica quedó eternamente inmortalizada en uno de los monumentos más hermosos del Foro romano, el arco que Domiciano construyó en honor de su hermano Tito que aún hoy se alza imponente sobre la Vía Sacra.


Arco de Tito, Siglo I d.C., Roma 2013

Pocos años después Vespasiano cerró las puertas del templo de Jano (permanecían abiertas siempre que Roma estaba en guerra) y el mundo romano estuvo en paz durante el resto de su Principado.

3 comentarios:

  1. Verdaderos líderes... Tanto él como Tito... Y una fortuna que ese arco que lleva su nombre haya sobrevivido.... Deberías dedicarle una entrada llegado el momento, saludos

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  2. Lo tengo en mente, pero como lo levantó Domiciano y, sigo un eje cronológico, aún tardaré en abordarlo. Como soy especialista en Historia del arte, disfruto mucho los artículos artísticos, además porque me acercan a Roma, al menos con el pensamiento cuando los estoy escribiendo. Un saludo

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  3. Gracias por la informacion.un saludo cordial

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