Vespasiano. Siglo I d.c. Nápolés. Museo Arqueológico
Fuente: Di Miguel Hermoso Cuesta - Opera propria, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=37409081
El nuevo emperador inició
una novedosa línea en relación al ascenso al poder basada en la profesionalidad
y la buena gestión. Compartió el poder con sus hijos Tito (que tenía 30 años
cuando su padre obtuvo el cargo) y Domiciano (que contaba sólo 18). Por este
motivo a veces es difícil diferenciar la política de uno y otros.
Vespasiano llevó a cabo
desde el principio una serie de medidas para consolidar su poder. En el orden
interno ofreció regalos a los ciudadanos y al ejército para evitar motines y
reestructuró el orden senatorial y ecuestre reemplazando a sus enemigos por
hombres afines a él. Así y todo, el Senado perdió capacidad política y se
centró más en tareas administrativas. También realizó una campaña propagandística sobre su
predestinación al trono imperial y una
gran difusión de sus victorias militares través de las monedas.
Licenció a los
pretorianos que habían servido a anteriores emperadores y los sustituyó por
soldados de su ejército. Adoptó medidas para limitar la relevancia que habían alcanzado los
miembros de este cuerpo a nivel político destacando entre ellas el reclutar
soldados en las provincias, disminuir el número de cohortes y situar a su hijo
Tito como prefecto del pretorio.
Guardia pretoriana. Relieves del arco de Claudio. Siglo I d.C. París. Museo del Louvre
Otro cambio en la
administración fue la sustitución en los altos cargos de los poderosos libertos
imperiales por caballeros, muchas veces reclutados en las provincias. Los
libertos comenzaron a ocupar puestos inferiores y de subordinados.
El Principado de
Vespasiano se caracteriza sobre todo por la austeridad económica que la mayoría
achaca a la tacañería del emperador. Sin embargo, algunos lo justifican
diciendo que Vespasiano recuperó las maltratadas arcas del Estado, exhaustas
tras los continuos despilfarros de Nerón. De hecho, Vespasiano comentó a los
inicios de su Principado que necesitaba “cuarenta
mil millones de sestercios para que el Estado pudiera sostenerse”
(Suetonio. Vida del Divino Vespasiano,
16, 3).
Para conseguir ese
dinero se vio obligado a incrementar el número de impuestos tanto en la capital
como en las provincias. En relación a la agricultura, la actuación más
significativa estuvo orientada a la recuperación para el Estado de tierras que
estaban en manos de particulares sobre las que tenía el derecho de propiedad y,
en segundo lugar, poner en explotación nuevas tierras, obtenidas por el control de nuevos dominios territoriales,
como por ejemplo en el área renana que comenzaron ya a ser organizadas por
Vespasiano.
Se perfeccionó también
la gestión de los recursos mineros explotados directamente por el Estado. Se
encarga la gestión de los mismos a libertos imperiales.
Vespasiano también suprimió
la inmunidad concedida por Nerón a algunas ciudades griegas y recomendó a sus
agentes fiscales exigir las obligaciones fiscales de la población.
Nuevo también fue el
impuesto sobre los judíos tras la guerra judeo-romana: el diezmo que pagaban al
Templo de Jerusalén pasó a ser un impuesto obligado para destinarlo al fisco.
Todas estas medidas y,
sobre todo, una eficaz gestión fiscal propiciaron una mejora del Tesoro Público
y de la economía en general.
Traslado del tesoro del Templo de Jerusalén. Relieve del Arco de Tito. Roma 2011
Así y todo, en la ciudad
de Roma, Vespasiano trató de mantener el compromiso del poder con la plebe a
través de las distribuciones gratuitas de alimentos, donativos extraordinarios
de dinero y abundantes espectáculos públicos. Al mismo tiempo, tanto Vespasiano
como sus hijos llevaron a cabo una gran tarea constructiva en Roma en la que
además de reparar acueductos, templos y otros edificios públicos como el tabularium, pavimentaron las calles de
Roma. También levantó el nuevo emperador unos grandes depósitos para el
almacenamiento de víveres: los horrea
Vespasiani. Construyó el Foro de la Paz y en el lugar donde se encontraba
el lago de la Domus Aurea, junto al
Coloso de Nerón inició la construcción del mayor anfiteatro del Imperio. Con
esta política los Flavio dejaban clara su intención de dotar a Roma del mayor
esplendor, algo que se pudieron permitir con los botines de guerra, sobre todo
de la victoria sobre los judíos.
Foro de la Paz. Roma
Fuente: De Jordiferrer - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0,
A nivel provincial,
Vespasiano, al contrario que sus predecesores, comenzó una política que incluía
la atención continuada a las provincias para irlas equiparando progresiva y coherentemente
a Italia.
Estuvo muy pendiente de
todos los territorios del Imperio pero especialmente de Oriente y de
Hispania. Reorganizó Egipto para
garantizar la llegada del trigo a Roma y adoptó otras medidas para pacificar Oriente,
donde desde el año 66 se luchaba para acabar con la rebelión judía que comenzó
Vespasiano y culminó Tito en el año 70, tras sitiar y conquistar Jerusalén.
Implantó medidas económicas y fiscales que permitieron el crecimiento
económico, pero que fueron impopulares y en algunos casos provocaron nuevamente
sentimientos antiromanos en algunas ciudades como Pérgamo o Alejandría.
No obstante, la
provincia más mimada por Vespasiano fue Hispania, donde concedió el Ius Latii para romper con los
privilegios de los ciudadanos de Italia. Esta concesión permitía a muchas
ciudades hispanas obtener la municipalidad, lo que conllevaba múltiples
beneficios, como permitir a las personas
que accedían a una magistratura acceder a la ciudadanía romana, y no sólo él, sino
todas las personas que estuvieran bajo su patria potestad.
Moneda con Vespasiano en el anverso y Tito y Domiciano en el reverso
Cada nuevo municipio se
organizaba a semejanza de los de Italia y cada uno contaba con una ley que
reglamentaba su funcionamiento.
El Ius Latii puso las bases para la integración en la ciudadanía
romana de grandes masas de población hispana, lo que abrió las puertas a los
futuros emperadores oriundos de esta provincia. También posibilitó que estas
ciudades abandonaran su derecho local tradicional y se pusieran bajo las reglas
del Derecho romano.
Pues todo un estadista.... Reconecerle que, como dices saco a Roma de las guerras entre emperadores... Y recuperó la economía
ResponderEliminarSí, hizo un buen trabajo, aunque no tenga tanto reconocimiento. Saludos
ResponderEliminar¿El trigo siempre venía de Egipto? ¿De Hispania sólo aceite,vino y salsa de pescado?
ResponderEliminarLa mayoría, sí venia de Egipto, por eso Augusto creó un protectorado que dependiera directamente del emperador para que Roma no pasara hambrunas. De Hispania fundamentalmente lo que apuntas y los minerales. Saludos
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