Busto de Nerón, Siglo I d.C., Ropma, Museos Capitolinos
Fuente: https://es.toluna.com/opinions/2731814/54-en-Roma,-Ner%C3%B3n-de-16-a%C3%B1os-de-edad-es-proclamado
Tras el incendio de Roma,
Nerón tuvo que enfrentarse a dificultades financieras por los enormes gastos
que supusieron la reconstrucción de la capital y la edificación de la Domus Aurea. A los nobles se le gravó
con nuevos impuestos y se le expropiaron propiedades, por lo que el descontento
era constante entre las clases senatoriales.
A principios del año 65
d.C., un gran número de senadores y caballeros se unieron para acabar con la
vida de Nerón. A ellos se agregaron algunos pretorianos, incluido uno de los
jefes de ese cuerpo militar, Fenio Rufo, hombre de gran honestidad y rectitud,
que ayudó a multiplicar el número de conspiradores y poetas como Lucano. Sin embargo, no pretendían
volver a instaurar la República sino que su objetivo era reemplazar a Nerón por
un nuevo emperador. Entre los miembros más influyentes participantes en la conjura
se encontraba Cneo Calpurnio Pisón, descendiente de aquel otro Pisón que casi
50 años antes estuvo supuestamente implicado en la muerte de Germánico, abuelo
de Nerón. Pretendían entronizar a Pisón, quien contraería matrimonio con una de
las hijas de Claudio que aún vivía, para legitimizar su vínculo con Augusto.
Un primer proyecto
planeaba que el asesinato tuviera lugar en la villa que Pisón poseía en Baias,
pero éste se negó porque no quería atentar contra las leyes de la hospitalidad
y porque consideraba que el crimen debía hacerse en público y no en acto
privado. Entonces decidieron apuñalar a Nerón el 19 de abril, durante los
juegos de Ceres que tendrían lugar en el Circo Máximo, mientras Pisón estaría
siendo presentado a los pretorianos por Fenio Rufo.
Sin embargo, un liberto
de uno de los conjurados, Flavio Escevino, delató a su amo. Otro conspirador,
Antonio Natal también fue denunciado. Ambos fueron torturados por separado por
lo que incriminaron a numerosas personas, entre las que se encontraba el poeta
Lucano, e incluso Séneca, aunque la implicación de éste no está demostrada
totalmente.
La muerte de Lucano. José Garnelo. 1887, Madrid, Museo del Prado
Pisón, al igual que la
mayoría de los conjurados, se suicidó cortándose las venas. Algunos otros como
Fenio Rufo o Flavio Escevino fueron ejecutados mientras que amigos y familiares
de los acusados fueron condenados al exilio. Lucano también se quitó la vida,
del mismo modo que Séneca y Petronio, acusado por Tigelino quien estaba celoso de su
influencia sobre el emperador. No se ha podido demostrar la culpabilidad de
estos dos últimos.
Nerón nombró a Nifindio
Sabino prefecto del pretorio, con una reputación tan terrible como la de su
colega Tigelino, que prolongaron para su provecho el clima de terror imperante.
A pesar de la represión,
había quedado claro que Nerón no gozaba del apoyo de la clase senatorial, algo
que ya no recuperaría en los años restantes de su Principado.
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