“Cuando ejercía mi decimotercer consulado,
el Senado, el orden ecuestre y el pueblo romano entero me designaron Padre de la Patria y decidieron que el
título había de grabarse en el vestíbulo de mi casa, en la Curia y en el Foro de
Augusto, así como en las cuadrigas que, con ocasión de un senadoconsulto, se
habían erigido en mi honor”.
Augusto. Res
Gestae Divi Augusti. 35
Pasado el desconcierto inicial que suscitó la renuncia de
Tiberio a seguir ejerciendo cargo público alguno al servicio del Estado, Augusto
siguió gobernando su Imperio, aliviado porque un año después de este hecho, su
nieto mayor Cayo asumió la toga virilis
cuando cumplió 15 años (en el año 5
a .C.) lo que suponía que se convertía en un hombre de
pleno derecho. Ese mismo año fue nombrado princeps
iuventutis (Príncipe de la
Juventud ) siendo reconocido también miembro honorario del orden
ecuestre. Ambos títulos eran de nueva creación y eran más bien simbólicos,
destinados a aumentar su prestigio, pues no implicaban poder ni responsabilidad
real.
Poco más se sabe de los asuntos públicos durante
estos años. Augusto se vio obligado a mandar a otros generales a liderar sus
ejércitos, como es el caso de Lucio Domicio Enobarbo, casado con su sobrina
Antonia Mayor, a quien le dio el mando de Germania. Aunque prefería dar el control de
sus ejércitos a miembros de su familia, esto no siempre era así.
Augusto Legislador. Siglo I a.C. París. Museo del Louvre
Fuente: http://imperioromanodexaviervalderas.blogspot.com.es/2014/10/cayo-julio-cesar-octavio-augusto.html
También se supone que durante este periodo el
emperador viajó poco, pues temía dejar Roma desprotegida al no contar con un
colega de gobierno de plena confianza, por lo que las delegaciones extranjeras
tenían que acercarse hasta la capital del Imperio para entrevistarse con él.
Múltiples eran las peticiones que le llegaban y que ahora tenía que atender en
solitario. Por ejemplo en esta época las comunidades de Asia, asoladas por
continuos terremotos le pidieron una exención de impuestos. Augusto les
permitió no pagar impuestos durante dos años abonando él mismo de su dinero la
suma equivalente al Estado. Gestos como este ponen de manifiesto la gran
generosidad que siempre manifestó el Príncipe hacia sus súbditos más
necesitados. De ahí que fuera tan amado y respetado.
En los años 4 y 3
a .C. Augusto reformó el procedimiento por el cual un
gobernador provincial podía ser procesado, por extorsión u otros abusos de
poder, más rápidamente al mismo tiempo que se establecieron más asentamientos
de militares veteranos.
Sin embargo, el año 2
a .C. comenzó muy bien. Augusto ocupaba el consulado por
decimotercera vez y Lucio César asumió la toga virilis. Fue nombrado
augur y al igual que su hermano, Príncipe de la Juventud. El
emperador cada vez confiaba más en sus adorados muchachos, y veía dichoso como
empezaban a contraer cada vez mayores responsabilidades. No había mayor
felicidad para él saber que el futuro de Roma estaba asegurado en la
continuación de la sangre Julia.
Lucio César. Siglo I a.C. Cuenca. Museo
Ese mismo año se inició una campaña popular para conferir a
Augusto el título de Pater Patriae (Padre de la Patria ), el mayor honor que
se podía dar a un gobernante romano, pues se había asignado en muy raras
ocasiones. Los dos últimos que lo habían ostentado habían sido Julio César
(tras la batalla de Munda) y Marco Tulio Cicerón (cuando descubrió la Conspiración de
Catilina). Pero ninguno de ellos fue concedido con tanta rotundidad y apoyado
por todos los estratos de una sociedad romana que valoraba la estabilidad
traída por el Príncipe gracias a su dedicación absoluta a velar por el
bienestar del Estado, independientemente de cuál hubiera sido su
comportamiento, a veces dictatorial, en sus inicios, cuando solo era un joven
ansioso de vengar la muerte de su padre adoptivo asesinado de una manera tan
vil, cuya supervivencia era muy cuestionable. Con su trabajo incansable durante
30 años, ahora el pueblo y el Senado lo veían como un paterfamilia universal que había traído a Roma la paz y la
prosperidad tan añorada tras décadas de guerras civiles.
Copia del Augusto de Prima Porta ante los restos del Foro de Augusto. En el pedestal se lee la incrispción "PATER PATRIAE". Roma 2013
De hecho el 5 de febrero en una sesión del Senado, fue Valerio
Mesala en una sincero discurso (un senador que había luchado contra Augusto en
Filipos y que siguió a Marco Antonio hasta Egipto para después pasarse al bando
del entonces Octavio en Accio) quien se dirigió al antaño enemigo en estos
términos: “¡Qué todas las bendiciones y
el divino favor caigan sobre ti y tu familia, César Augusto! De este modo
también suplicamos una perpetua buena fortuna para la república y alegría
permanente para nuestra ciudad. El Senado y el Pueblo de Roma te saludan como
Padre de la Patria ”.
El Príncipe (con 61 años) se emocionó hasta tal punto con la distinción que por primera vez en su vida se le llenaron
los ojos de lágrimas en público al contestar: “Padres del Senado, finalmente he logrado mi mayor ambición. ¿Qué mas
puedo pedir a los dioses inmortales, excepto poder gozar de vuestra aprobación
hasta el día de mi muerte?”. (Suetonio. Vida
de Augusto. 58.2). Anteriormente Augusto había rechazado el título ofrecido
por una delegación del pueblo. El trabajo de una vida, daba sus frutos al ser
reconocido de este modo por la totalidad de la sociedad romana.
Al poco tiempo, el 12 de mayo de ese mismo año2 a .C. para culminar los
festejos se inauguró la joya arquitectónica del Principado, el gran Foro de Augusto presidido por el Templo de Marte Vengador, que celebraba en mármol el
liderazgo de su emperador y la gloria de Roma. Para tal ocasión, Cayo y Lucio
presidieron carreras de caballos y participaron en juegos troyanos junto con el
más pequeño de sus hermanos, Agripa Póstumo (de 10 años). Asimismo se celebraron
juegos de gladiadores y la matanza de 36 cocodrilos a mano de cazadores
profesionales en un pequeño lago creado para tal fin en el Circo Flaminio.
Reconstrucción del Foro de Augusto. Siglo I a.C.
Fuente: Roma Capitale
Al poco tiempo, el 12 de mayo de ese mismo año
Sin embargo, el
espectáculo más grandioso que tuvo lugar fue una naumaquia, es decir una gran
batalla naval, la de Salamina entre persas y atenienses, para la cual se excavó
al lado del Tíber un lago artificial de 550 metros de largo por 365 metros de
ancho. En la contienda participaron
3.000 hombres, 30 trirremes y birremes perfectamente equipados y muchos otros
barcos pequeños. Al igual que en la batalla real vencieron los atenienses. No
está claro si la batalla fue real o simulada; si bien es cierto que Augusto
prohibió los combates a muerte, también es raro que no corriera algo de sangre,
tan habitual en los espectáculos romanos.
La Naumaquia. Ulpiano Checa. 1894. Colmenar de Oreja. Museo Ulpiano Checa
Fuente: «La naumaquia-Ulpiano Checa» de Poniol60 - Trabajo
propio. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:La_naumaquia-Ulpiano_Checa.JPG#/media/File:La_naumaquia-Ulpiano_Checa.JPG
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