A finales del año 88, el
gobernador de Germania Superior, Lucio Antonio Saturnino, se puso al frente de
dos legiones, la XIX Gemina y la XX Rapax, al mismo tiempo que estableció una
alianza con los germanos del norte del Rin para alzarse en armas contra
Domiciano. El origen de la revuelta parece estar en la oposición que existía hacia
la política del emperador de querer fortificar la frontera germana en vez de
atacar a las tribus fronterizas que daban problemas continuamente.
Saturnino fue aclamado
emperador por sus legiones. Domiciano reaccionó rápidamente y al frente de los
pretorianos se puso en marcha en dirección a Germania. Por otro lado, mandó al
futuro emperador Marco Ulpio Trajano a que se reuniese con él con la legión VII
Geminia que estaba en Hispania.
Un golpe de suerte
favoreció a Domiciano pues muchos germanos murieron al hundirse el hielo del
Rin mientras pasaban debido al peso del ejército. El resto de las huestes fueron
derrotadas por el gobernador de la Germania Inferior, Máximo Normano. En esa
batalla murió Saturnino. La revuelta había durado sólo 24 días. Las legiones de
Saturnino fueron enviadas a Iliria y las triunfantes generosamente
recompensadas.
Esta revuelta no fue tan
importante por sus resultados sino por el cambio que provocó en el carácter de
Domiciano que desde entonces se volvió sumamente desconfiado sintiendo un miedo
atroz a las conjuras y a ser asesinado. Para prevenir futuras situaciones
similares aumentó el estipendio de los soldados y buscó traidores y
conspiraciones por todas partes, que costaron la vida a algunos aristócratas.
Estas acciones, unidas a
la progresiva pérdida de poder experimentada desde que Domiciano accedió al
trono imperial, crearon en el Senado una firme oposición hacia el emperador. A
Domiciano no le gustaba la aristocracia, y no dudó en demostrarlo cada vez que
tuvo ocasión. Esta oposición concluyó con la Damnatio Memoriae aprobada por el Senado cuando Domiciano fue
asesinado; es decir, la condena de la memoria que se decretaba a los
considerados enemigos del Estado, lo que significaba que su nombre fuera
borrado de todas las inscripciones y todas sus estatuas destruidas hasta
eliminar cualquier vestigio de su Principado.
Ohhhh...........ya anticipas el final del emperador Domiciano !!!!!!!!! Qué penaaa !!!!
ResponderEliminarEstos senadores conspirando todos los días, si parece hoy mismo jajaja ☺
¿Y el circo Domiciano paaá cuándo??
Trajano aparece en el horizonte, qué bien. Estoy ansioso por leer más.
Gracias por estos artículos tan entretenidos y tan didácticos.
Aún queda algo de Domiciano, y el Estadio llegará pronto. A Trajano le dedicaré una atención más minuciosa, por ser según mi opinión el segundo mejor emperador romano, siempre después de Augusto por supuesto, y por ser español y sevillano. Gracias a ti! Saludos
EliminarResulta muy extraño que muchos germanos murieron al hundirse el hielo del Rin mientras pasaban debido al peso del ejército, cómo no previeron algo así. Gracias.
ResponderEliminarEl episodio del hielo, aunque no lo he especificado en el artículo, ocurrió cuando el contigente germano iba a unirse con las tropas de Saturnino. No sé cómo no lo pensaron, pero ocurrió así. Saludos
EliminarNo sabia esto de Saturnino, conspiradores que nunca faltaron, Gracias.
ResponderEliminarNunca faltaron. Ni siquiera el divino Augusto se libró de ellas. Saludos
ResponderEliminarMe encanta tu blog
ResponderEliminarTenes pagina de Facebook?
No tengo facebook, algún día me tendré que animar a abrirme una. Gracias por leerme. Saludos
ResponderEliminarCuanto tiempo tarde Trajano de ir desde León a Germania a reunirse con Domiciano?
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