"Mientras exista el Coliseo existirá Roma; si cae el Coliseo caerá Roma... y si cae Roma caerá el mundo"
Una obsesión me perseguía desde mi más tierna infancia, cuando siendo sólo una niña fantaseaba entre las galerías del anfiteatro de Mérida o de Itálica sintiendo crecer en lo más profundo de mi ser el germen de una gran pasión por la arqueología romana. En medio de mis sueños, una imagen se repetía una y otra vez, aquella del más legendario anfiteatro del mundo. Mi anhelo de llegar hasta él se materializó por primera vez en agosto de 1996 cuando contaba con 21 años, y entonces entendí que toda una vida merecía la pena sólo por sentir lo que yo sentí aquel día.
Antiguo proverbio romano
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/01/album/1467381494_483289.html#1467381494_483289_1467382667
Una obsesión me perseguía desde mi más tierna infancia, cuando siendo sólo una niña fantaseaba entre las galerías del anfiteatro de Mérida o de Itálica sintiendo crecer en lo más profundo de mi ser el germen de una gran pasión por la arqueología romana. En medio de mis sueños, una imagen se repetía una y otra vez, aquella del más legendario anfiteatro del mundo. Mi anhelo de llegar hasta él se materializó por primera vez en agosto de 1996 cuando contaba con 21 años, y entonces entendí que toda una vida merecía la pena sólo por sentir lo que yo sentí aquel día.
Aún cuando rechazo
cualquier tipo de violencia y sé que no me hubiera gustado asistir en la
antigüedad a los espectáculos que tenían lugar sobre su arena, ningún lugar en
el mundo logra sobrecogerme ni emocionarme más. El Coliseo es Roma y
perdiéndome entre su majestad llegó a la absoluta convicción de que nada como
él expresa el sueño de eternidad de una ciudad que nació para ser inmortal.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/01/album/1467381494_483289.html#1467381494_483289_1467382667
Cada vez que viajo hasta Roma
reservo un hotel lo más cercano posible a él pues vaya a donde vaya, y a la
hora que sea, cada día de estancia debo dedicar aunque sólo sean
unos instantes a contemplarlo, ya sea de noche, al amanecer, cuando el sol más
aprieta o bajo la lluvia. Y para empaparme de él cuando estoy lejos, su
incomparable silueta preside el salón de mi casa, atrapada en una preciosa
acuarela pintada en exclusiva para mí. Así, no me permito dejar de mirarlo ni
un solo día de mi vida aunque nos separen más de 2.000 kilómetros .
Si bien el Coliseo se
inauguró 65 años después de la muerte del divino Augusto, la culminación de la
limpieza y restauración, que han mantenido semiocultas parcialmente las
maravillosas arcada de su fachada durante tres largos años, merece que le
dedique unas palabras, pues el Coliseo no es sólo el monumento más importante
de Italia sino que es el símbolo más
sublime de la civilización romana y un legado de toda la humanidad. Nunca,
desde aquellos primeros juegos inaugurales de 79 d.C., habían resplandecido
tanto los mármoles travertinos que cubren esta joya arquitectónica,
sencillamente perfecta en sus 19.000
m2 de extensión.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/01/album/1467381494_483289.html#1467381494_483289_1467382667
La restauración, que ha
costado 25 millones de euros, sufragados en su totalidad por el empresario
italiano Diego Della Valle, dueño de Tod´s, fue presentada el pasado 1 de
julio. Las labores continuarán aún durante dos años más en el interior, donde
se pretende cubrir en su totalidad la arena para poder organizar sobre ella
eventos culturales. Aunque el Coliseo fue concebido para
ofrecer espectáculo, este proyecto no me convence en absoluto, por lo que prefiero posicionarme con los críticos del mismo pues como ellos pienso que es someter a mayor
riesgo a una estructura sumamente frágil. Pero en este mundo ya sabemos que el
marketing y la manera de incrementar los ingresos priman por encima de todo.
Cómo si no fuera suficiente ser uno de los monumentos más visitados del mundo con sus casi 6.000.000 de visitantes al año que
dejan en las arcas romanas unos 33 millones de euros anuales.
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