domingo, 17 de noviembre de 2019

La muerte de Popea Sabina

“Ojalá muera antes de hacerme vieja”. Frase de Popea Sabina
Dión Casio. Historia Romana, 62,28,1.

Supuesto retrato de Popea Sabina, Siglo I d.C., París, Museo del Louvre
Fuente: De Desconocido - Marie-Lan Nguyen (2007), Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2201731

Una nueva desgracia esperaba a Nerón el año 65: la muerte de Popea Sabina. Dos años antes, la emperatriz había dado al emperador una hija, Claudia, que murió con sólo 4 meses. De nuevo embarazada, la emperatriz murió antes de dar a luz, por lo que la pérdida de Nerón fue doble. Aunque también se ha acusado a éste de ser el responsable de su muerte al propinarle una patada durante una sonora pelea, lo cierto es que no está demostrado y el mismo Tácito reconoce que no pretendía hacerle daño pues “estaba ansioso de hijos y prendado de amor de su esposa” (Anales, XVI, 6, 1).
El dolor de Nerón fue desmesurado, tanto que no permitió su cremación. “El cuerpo no fue incinerado según la costumbre romana, sino que, conforme a la de los reyes extranjeros, es embalsamado y colocado en el túmulo de la familia Julia. Eso sí, se le hicieron exequias oficiales, y el propio Nerón pronunció su elogio en la Rostra alabándola por su belleza y por haber sido madre de una niña divina, así como por otras prendas de la fortuna, aunque como si todas fueran virtudes” (Anales, XVI, 6, 2). Dión Casio añade en su Historia Romana (Libro 63) que Popea fue declarada diosa con el título de Venus Sabina.



Nerón y Popea Sabina en una moneda de la época

Continúa Tácito que “la muerte de Popea, si bien acogida con muestras externas de dolor, resultó grata a los que tenían memoria a causa de su impudor y de su saña” (Anales, XVI, 7, 1). No obstante, para el emperador fue un golpe durísimo.
Aunque era incapaz de superar la pérdida, al año siguiente (66 d.C.) Nerón volvió a contraer matrimonio con una mujer muy similar a Popea: Estatilia Mesalina, que como aquella era bella, estilosa e inteligente, pero a pesar de compartir aficiones con él fue incapaz de llenar el hueco dejado por su antecesora. Después de probar con algunas prostitutas que se le parecían, encontró al doble perfecto en un chico, un eunuco al que llamaba Esporo Sabino al que obligaba a peinarse, vestirse y maquilarse como la difunta emperatriz. “Paseó a este Esporo, ataviado con las galas de las emperatrices y llevado en litera, por las audiencias y mercados de Grecia, y más tarde en Roma por las Sigilares cubriéndole de besos a cada instante” (Suetonio, Vida de Nerón, 28,2).

1 comentario:

  1. Wow....... Qué loco...... Ese Nerón....... Ufas pobre muchacho
    :C

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