miércoles, 1 de agosto de 2018

Baelo Claudia

“Baelo es un puerto donde generalmente se embarca hasta Tingis, en Mauritania. También es un emporio y tiene fábricas de salazones”
Estrabón. Geografía. Libro III

Baelo Claudia se sitúa en un paraje conocido como Ensenada de Bolonia, a 22 kilómetros al noroeste de Tarifa (Cádiz). Su origen se remonta al siglo II a.C. y su existencia está muy ligada al comercio con el norte de África, pues era el principal puerto marítimo que enlazaba con Tánger.


Vista aérea de Baelo Claudia

Sus habitantes se dedicaban fundamentalmente a la pesca, la salazón de atunes y, sobre todo, a la producción de garum. Estas actividades tenían lugar durante los meses de verano, atrayendo a la ciudad numerosos trabajadores temporeros, hecho que define las características de algunos edificios. Aunque se conservan algunas estructuras de época de Augusto, la mayoría fueron construidas bajo el mandato de Claudio, quien le concedió la categoría de municipium a la colonia.



Una calle de Baelo Claudia


El trazado de la ciudad es uno de los más completos y mejor conservados de Hispania. Concebida con la habitual planta hipodámica de las ciudades romanas, en ella se distinguen las dos vías principales: el cardo máximo y del decúmano máximo.
El Foro (del que se conserva su pavimento original del siglo I d.C) constaba de pórticos en tres de sus lados, desde uno de los cuales se accedía a los principales edificios: los templos, la curia y otro que servía de sala de reuniones. Al fondo se situaba la Basílica, destinada a diversos fines, entre otros la impartición de justicia. A la izquierda se ubicaban las tiernas o tabernae. Una muralla reforzada con más de 40 torres rodeaba la ciudad. De ésta, se conservan algunas de las puertas de acceso.



Foro

En el sector occidental de la ciudad se localizaban el teatro, cuya estructura es aún hoy reconocible. Con aforo para 2000 personas, fue construido aprovechando una leve ondulación del terreno.
 Al pie del decúmano se levantaban las Termas, abastecidas al igual que el resto de la ciudad, del agua que traían cuatro acueductos.
Las distintas excavaciones han sacado a la luz parte de las fábricas donde se elaboraba el garum. Son perfectamente reconocibles en ellas las estancias de manipulación y preparado de la materia prima, así como las piletas donde se depositaba la producción a la espera de ser comercializada.



Fábrica de salazones

A finales del siglo I comienza su decadencia siendo destruida en el siglo II por un terremoto. Aunque se reconstruyó en el siglo III de nuestra era no tuvo el mismo esplendor
Desde esta ciudad costera me despido hasta septiembre. Feliz verano a todos los lectores.