La sucesión de Nerva se produjo sin incidentes, pues su hijo adoptivo Trajano era muy admirado y respetado por todos los estratos de la sociedad romana. Fue su sobrino segundo, Adriano, entonces tribuno a su servicio, quien le comunicó el fallecimiento de su antecesor.
Trajano,
que tenía 45 años, continuó en las fronteras del Rin y del Danubio y no se
desplazó inmediatamente hacia Roma. Se dedicó en primer lugar a sustituir a
algunos hombres que no eran de su confianza, a castigar a los pretorianos que
se rebelaron contra Nerva, por lo que rebajó a la mitad el donativo que
celebraba su subida al trono imperial.
Una de sus primeras actuaciones fue mejorar las comunicaciones en Germania e inició la construcción de un limes (límite fronterizo) para asegurar las tierras del lado derecho del Rin.
Sólo entonces, cuando dejó todo el territorio del Rin bajo su estrecho control partió hacia la capital, donde entró triunfalmente dos años después de su nombramiento como emperador. Tanto el pueblo como el Senado lo recibieron con gran entusiasmo.
Durante
su presentación en el Senado, Plinio le dedicó un famoso panegírico en el que
pedía más implicación del Senado en la política romana, algo que él concedió,
enviando a muchos senadores a gobernar provincias romanas, aunque conservó un
control muy fuerte sobre los asuntos de las mismas para evitar abusos y
malversación de fondos, castigando a muchos de ellos, corruptos, que se habían
aprovechado de la debilidad de Nerva.
Querido
por todos, el ascenso de Trajano supuso el fin de la primacía de Italia como
país de origen de los gobernantes del Imperio, abriendo las puertas del trono
imperial a las provincias como Itálica, lugar donde empezó la aventura del
primer emperador hispano.
A
pesar de ser uno de los emperadores más justos y correctos, un militar genial y
de haber llevado a cabo uno de los programas constructivos más imponentes de la
Antigua Roma, Trajano no es lo suficientemente reconocido ni en Roma (donde le
ha pasado factura el hecho de no ser romano) ni en España, pues siendo uno de
los personajes más importantes de la historia de este país, creo que no se le
da un reconocimiento de la talla de su obra. En 2017 se celebraron 1900 años de
su muerte, hecho que pasó casi desapercibido, aunque se organizó una exposición
en Roma y un Congreso en su Sevilla natal.
Tal vez no sea reconocido ni en Sevilla ni en Roma, pero en América si es ampliamente conocido, de hecho, en Argentina es el único gobernante extranjero en tener una estatua
ResponderEliminarEso es maravilloso, que la fama de Trajano trascienda hasta territorios que él ni siquiera conoció. Gracias por la información. Buscaré esa escultura, para publicarla cuando tenga ocasión. Un saludo
EliminarTrajano... Fue tan grande que hasta Dante busco su redención. Saludos
ResponderEliminarSii...inmenso...Saludos
ResponderEliminarTrajano, el emperador militar por excelencia que consiguió la máxima expansión de Roma. Gracias por el blog.
ResponderEliminarSi hubiera ascendido al trono más joven, no sabemos dónde habría llegado. Gracias a ti por leerme
EliminarPara mí el furor del pueblo romano con la ascensión de Trajano, es comparable con el que tuvo Calígula en su momento, la diferencia es que Trajano no desilusionó ni por un segundo a Roma. Saludos.
ResponderEliminarEfectivamente Un saludo
EliminarCuando dice que castigó a los pretorianos rebeldes, ¿Quiere decir que los mató o qué hizo?
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