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domingo, 26 de octubre de 2014

La Villa de Livia en Prima Porta


       “A Livia Drusila un águila dejó caer desde lo alto en su regazo una gallina de extraordinario candor que portaba en el pico una rama de olivo con sus semillas. Los arúspices la indujeron a criar al ave con su prole y de plantar la rama y custodiarla religiosamente. Esto ocurrió en la Villa de los Césares que domina el río Tíber junto a la novena milla de la Via Flaminia que por ese motivo es llamada “Ad Gallinas” y en ella nació prodigiosamente un bosque. Enseguida Cesar Octavio en sus triunfos comenzó a llevar en la mano una rama y en su cabeza una corona con el laurel de aquel bosque, y así hicieron todos los emperadores” .
                                                                               Plinio. Historia Natural, XV

Colina de Prima Porta dominada por la Villa de Livia. L. Prosseda

Sobre una colina al norte de Roma en un paisaje idílico desde el que se domina todo el valle del Tíber se conservan aún los restos de la villa de la más famosa emperatriz de Roma nombrada por Plinio, Suetonio y Dión Casio en sus libros. Aunque los tres autores dan por hecho de que Livia (tercera mujer del emperador Augusto) era la propietaria de la residencia, ninguno aclara si la heredó de su familia (la gens Livia Drusa) o de la familia de su primer marido (la gens Claudia). Lo que sí podemos afirmar es que Livia estaba muy vinculada a este lugar, donde se retiró tras la muerte de Augusto.
La villa, datada en la primera mitad del siglo I a.C.  está localizada en Prima Porta en el lugar en el que la antigua Via Flaminia confluía con la Via Tiberina. Fue excavada en 1863, año en el que allí se encontró la celebérrima escultura de Augusto con armadura militar arengando a las tropas. En la actualidad aparece rodeada de altos pinos que la aíslan de los ecos de la moderna autovía que se ubica a los pies de la colina. Poco ha sobrevivido de la casa, pero su planimetría, claramente distinguible, sigue siendo impresionante.

Planimetría de la Villa realizada mediante Láser-escaner

Se alza en un amplio terreno aterrazado de unos 14000 m2 articulándose en dos sectores claramente diferenciados: el sudoeste donde se sitúa la zona residencial junto a un gran complejo termal y el noreste con un área cuadrangular igualmente amplia destinada a jardín dominado por el bosque de laurel. 

Restos del muro exterior

Los edificios residenciales ocupan la gran terraza central; lo componían un sector privado, uno de representación con grandes estancias dispuestas en torno al peristilo y el sector destinado a los huéspedes que giraban en torno a una gran sala edificada sobre la sala semisubterránea que albergaba la joya de la villa: el triclinio estivo. Al norte se halla el complejo termal con dos piscinas de agua caliente y otra al aire libre (Natalio) con pavimento a base de mosaicos blancos y negros decorado con pinturas del tercer estilo; más al sur se han excavado recientemente otras estancias en torno a un atrio con impluvium y restos de un lararium. La villa está delimitada por el lado prominente del Tiber por un robusto muro de contención.

Via de acceso a la Villa

El ingreso a la residencia está señalizado por una franja de mármol travertino que lleva hasta una doble puerta a través de la cual se accede a un pequeño vestíbulo y al atrio decorado con un mosaico que sobre fondo negro reproduce los muros de la ciudad alrededor del estanque del impluvium central. El atrio fue reconstruido en el siglo III d.C, no obstante se sitúa entre dos núcleos de época augustea. Desde aquí un pequeño vestíbulo decorado con mosaicos permitía el acceso tanto al apartamento privado como al gran jardín cuadrado que estaría delimitado por un doble pórtico de columnas. Hacia éste se abrían varias salas: algunas alcobas (cubiculo) cuyas ventanas colocadas estratégicamente permitían la contemplación del jardín desde la cama y en el centro una sala abierta (exedra) que exhibía en una franja en forma de serpentina la única decoración musivaria policroma encontrada hasta ahora en la villa. Desde el lado meridional del pórtico se podía acceder al peristilo. En esta zona se ubicaba también un jardín privado más pequeño en el que Livia cultivaba plantas medicinales.

Atrio con impluvium



Mosaico blanco y negro

Mosaico en blanco y negro

Pavimento con mosaico

Mosaico polícromo en forma de serpentina

Bajo la zona más próxima al peristilo se extiende el más espectacular hallazgo en la villa junto con la escultura del Príncipe: las pinturas murales que decoraban la sala subterránea identificada como triclinio estivo (comedor de verano) o ninfeo. Tuve la suerte de visitarlas por primera vez en 2011 en el Museo de la Termas (donde fueron trasladadas en 1951 tras sufrir un bombardeo en la segunda Guerra Mundial) y quedé profundamente conmocionada pues nunca antes había visto pinturas romanas tan delicadamente bellas aun cuando estaban expuestas en la fría sala de un museo en lugar de su enclave original. En aquel se situaban bajo una gran bóveda que permitía que una difusa luz iluminara los frescos que reproducen un exuberante y fresco jardín. Heinrich Brunn escribía tras el hallazgo en el siglo XIX: “En la estación estiva y en las horas meridionales ni la sombra de los arboles bastaba para ofrecer una suficiente protección contra el ardor del sol. Se sentía la necesidad de un lugar más fresco, pero al mismo tiempo permanecía el deseo de no privarse de la amenidad del campo. Este es el motivo de que se haya plantado un jardín bajo tierra” (Boletín del Istituto di Corrispondenza Archeologíca. Roma. 1863).


Triclinio estivo en 1942


Algunas especies vegetales del Triclinio de Villa Livia
Fuente: Museo de las Termas. Roma 2013


      Así, en las paredes de la sala se escenifica un jardín con plantas ornamentales y frutales, animado por pájaros y flores. En la parte baja un pequeño muro de mármol delimita todo el conjunto;  en las pequeñas exedras centrales que se abren en el mismo se coloca un árbol aislado: abetos, una encina y un pino, mientras arbustos a una distancia regular crecen delante del murete. Entre las diferentes especies botánicas que se muestran intencionadamente en todo su esplendor de flores y frutos ignorando el momento de la estación, se distinguen árboles de alto tronco tales como abetos, cipreses, pinos, alcornoques y encinas; arboles frutales como membrillos, granados y palmas de dátiles; además se representan arbustos variados entre los que se identifican adelfas, arrayanes, boj y laureles a los que se unen diversas especies de flores (rosas, amapolas, crisantemos, violetas y flores de lis), acantos y helechos. Aporta una nota pintoresca y de color la presencia de pájaros (se han reconocido hasta 69 especies diferentes) que revolotean entre los árboles o comen furtivamente de los frutos.


Pinturas del Triclinio estivo. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2013

Detalle. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2011

Detalle. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2011

Detalle. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2011


     El artista sugiere la profundidad espacial, como es usual en la pintura romana, diferenciando con colores vivos y contornos netos los elementos colocados en primer plano, del fondo difuminado que parece envuelto por una sutil niebla. La plasticidad se obtiene a través de rápidas pinceladas claras sobre las superficies curvas de los frutos, los troncos o sobre los nervios o puntas de las hojas. Cierra la composición por encima del cielo azul, sobre el cual se recortan las copas de los árboles, una franja irregular de color marrón que parece indicar una protuberancia rocosa sobre la cual crecen árboles y flores. Para las personas que comían allí era como estar en el interior de una gruta. En contraste, la bóveda estaba decorada con casetones en estuco pintados alternativamente: unos con el fondo azul y victorias aladas sobre candelabros, otros con el fondo blanco y parejas de figuras.


Pinturas del Triclinio estivo. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2011

Detalle. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2011

Detalle. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2011

Detalle. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2011

Detalle. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2011

        Este triclinio estivo es una obra de arte de primerísimo nivel, que se adelanta a la pintura renacentista en quince siglos, una muestra más de la refinada elegancia del estilo de Livia, mujer sencilla pero de un gusto exquisito e insuperable como queda patente tanto en su villa como en las estancias destinadas a ella en la casa del Palatino que compartía con Augusto.


Detalle. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2013

Detalle. Siglo. I a.C. Museo de las Termas. Roma 2013

Otras importantes salas pintadas en la villa serían aquella decorada con animales enmarcados en recuadros y el pasillo cuadrangular ornamentado a base de elementos arquitectónicos y candelabros estilizados también enmarcados en recuadros sobre un precioso friso.


Sala decorada con animales

Detalle

Detalle

Detalle

Detalle

Detalle

Reconstrucción del pasillo cuandrangular

En ocasión del bimilenario de la muerte de Augusto, el pasado mes de septiembre la Villa de Livia en Prima Porta ha sido reabierta al público así como el pequeño Antiquarium donde se exponen todos los descubrimientos arqueológicos hallados allí, incluida una réplica del Augusto de Prima Porta (el original se encuentra en los Museos Vaticanos). Según Suetonio al morir  Nerón (último emperador de la dinastía Julio-Claudia) “el bosque de laurel se secó y todas las gallinas de la finca murieron” (Suetonio. Vida de Galba. 1). De manera simbólica el sagrado laurel  ha sido replantado, así la memoria de Livia y de Augusto vivirán eternamente en ese lugar legendario.

El recién replantado bosque de laurel

                                            
 
Reapertura de la Villa de Livia

miércoles, 20 de agosto de 2014

Bimilenario en Roma (19/08/2014)

Ayer 19 de agosto, día exacto en el que se cumplían los 2000 años de la muerte de su emperador, Roma se volcó en los actos para recordar su memoria.
En primer lugar, el Ara Pacis Augustae abrió sus puertas a partir de las 21 horas para volver a mostrar con un espectáculo digital de luz realizado con efectos especiales sus colores originales. 


Por su parte, en el Foro de Augusto siguen las proyecciones “Foro de Augusto 2000 anni dopo” que continuarán iluminando el emblemático lugar hasta el 27 de septiembre.


Mausoleo de Augusto. Roma 2005

Asimismo, se organizaron visitas en grupos reducidos al Mausoleo de Augusto, cerrado al público desde hace años, que puso sin duda la nota negativa del día, pues no sólo se siguen demorando los inicios de la restauración del monumento sino que a causa de la rotura de una tubería, precisamente ayer, amaneció con su foso anegado. Una pena pues hubiera sido excepcional poder reinaugurarlo precisamente este 19 de agosto y que todo el mundo que quisiera hubiera podido rendir su homenaje particular al Príncipe en su última morada. Esperemos que lo ocurrido sirva como aviso y que muy pronto empiecen las obras que devuelvan su esplendor tanto al magnífico monumento como a la plaza que lo antecede que lleva el nombre del emperador. Tal y como él se merece.
        Las celebraciones en honor de Augusto continuarán durante todo el año en la Ciudad Eterna. Los días 30 y 31 de agosto se presentará en los Mercados de Trajano el espectáculo “Tyrtarion” en el que alumnos de la Academia Vivarium Novum recitarán en latín poemas de Virgilio, Horacio, Ovidio y Catulo.
En el mes de septiembre, desde del día 18 se podrá visitar un Museo Palatino renovado y a partir del 24, la Exposición “Le chiavi di Roma. La città di Augusto” permitirá un recorrido por la Roma del Príncipe.
Pero el regalo más extraordinario a Augusto en este año, será la reapertura de nuevas salas de su casa en el Palatino totalmente restauradas a partir del 18 de septiembre. De este modo, se podrán contemplar las salas privadas del ala occidental entre las que se incluyen la Sala de los Pinos, la Sala de las máscaras y, por primera vez, la Sala de las Perspectivas, denominada así por el juego de elementos arquitectónicos pintados sobre sus muros. Asimismo, abrirá sus puertas al público, la Casa de Livia, que mostrará al mundo los maravillosos frescos vegetales del triclinio.
Precisamente, en la Villa de la primera emperatriz en Prima Porta también se han realizado intervenciones, habiéndose vuelto a plantar el bosque de laurel cultivado por ella que se convirtió en el símbolo de la dinastía Julio-Claudia. 


Frescos de la Villa de Livia en Prima Porta. Roma 2011

sábado, 28 de diciembre de 2013

Augusto de Prima Porta

Siglo I d.C. Roma. Museos Vaticanos


Augusto de Prima Porta. Roma 2015

         Sin lugar a dudas, ésta es mi pieza favorita de la exposición, no sólo por su belleza y por evocar la máxima expresión del poder imperial, sino por lo que siempre ha significado para mi. Desde el momento en que la vi por primera vez ojeando un libro de historia me enamoré del mundo y la civilización romana. Y éste es uno de los hechos que ha marcado mi vida.
La escultura fue encontrada en 1863 en la Villa que Livia, la esposa del emperador, poseía en Prima Porta, en las afueras de Roma y a la que se trasladó tras enviudar en el 14 d.C. Ya en el momento del descubrimiento las crónicas de la época narraban que “había sido hallada una de las más bellas e interesantes esculturas  que en este género se podían contemplar”.


Descubrimiento del Augusto de Prima Porta

La obra en mármol que ha llegado hasta nosotros es una copia privada, perteneciente a Livia. Se data aproximadamente en el 20 d.C., unos 6 años después de la muerte de Augusto. El original en bronce coronaba el Mausoleo del mismo.
Representa al emperador como Imperator, con vestidura militar (coraza y paludamentum) arengando las tropas, simbolizando el triunfo absoluto.
  La figura está inspirada en el Doríforo de Policleto del siglo V a.C. presentado el mismo contrapposto y escorzo de aquella. En la exposición se han colocado las dos juntas por primera vez en la historia.

 Doríforo de Polícleto
Fuente:http://historiarrc.blogspot.com.es/2012/09/el-doriforo-de-policleto.html 

No se puede concretar la edad del emperador porque esta escultura no encarna a un hombre, ni siquiera a uno rejuvenecido, personifica a un héroe, lo que lo coloca por encima de cualquier semblanza humana. Su rostro sereno y atemporal, cuya mirada se pierde en el infinito, refuerza esta visión. Se nos muestra descalzo y acompañado de Eros, hijo de Venus, antepasada de la gens Julia, cabalgando sobre un delfín, lo que acentúa su carácter divino.

Detalle frontal del rostro. Roma 2011

Detalle de perfil del rostro
Fuente: Takashi Okamura. www.amazon.es

Detalle de Eros. Roma 2011

Detalle del pie descalzo. Roma 2011

La coraza que porta es uno de los más bellos ejemplos del relieve romano y encierra una gran simbología. En la parte central de la misma se representa el momento en que  Fraates IV, rey de los partos, devuelve las águilas, insignias perdidas por las legiones romanas en el campo de batalla en el 53 a.C. La figura que las recibe puede tratarse de la diosa Roma, pues tiene claramente formas femeninas y aparece acompañada por una loba. A los lados la representación alegórica de Hispania y la Galia, ambas en actitud de derrota, al ser los últimos territorios pacificados por Augusto. En la parte superior nos encontramos el Cielo y la Aurora, que montada en su carro personifica el nuevo amanecer que supuso el Príncipe para la ciudad de Roma y en la inferior, la Tierra que abraza a dos niños que podrían tratarse de Rómulo y Remo. Flanqueando a la tierra aparecen los dioses Apolo y Diana cazadora, muy vinculados a la figura del emperador. Todo ello en una perfecta simbiosis para ensalzar a Augusto imperator.


Detalle de la coraza. Roma 2011

Detalle del paludamentum. Roma 2011

La parte posterior de la coraza no presenta relieves. Sin embargo la original también estaba decorada. Por los restos de pintura encontrados en la escultura en mármol se sabe que era policromada, como la mayoría de las esculturas clásicas.




En la actualidad existen múltiples copias de esta obra maestra repartidas por diferentes lugares vinculados de una u otra manera a la figura de Augusto. En la misma Roma se levanta una copia en bronce en la Via de los Foros Imperiales delante del Foro del emperador. En España existen copias en Mérida (Emerita Augusta), Zaragoza (Caesaraugusta), Astorga (Asturica Augusta), Gijón (Gegionem), Tarragona (Tarraco)...
Aunque ya había tenido el placer de contemplarla en dos ocasiones en los Museos Vaticanos, admirarla en le Scuderie del Quirinale ha sido una experiencia sin igual pues me ha ofrecido una visión peculiar: con una iluminación distinta y colocada a ras de suelo he podido por primera vez  rodearla en sus 360 grados. Matices diferentes y sugestivos para una misma imagen, la representación inmortal de un dios.