domingo, 23 de diciembre de 2018

Feliz Navidad y Año 2019

              De nuevo nos encontramos a las puertas de un año nuevo y como siempre me gusta mirar a atrás y analizar los momentos buenos y malos del año que se va. Tengo que decir que en lo que respecta a la arqueología romana ha sido muy positivo.
Para empezar desde el mes de abril hemos podido disfrutar del nuevo recorrido habilitado en el Foro romano y que me permitió realizar uno de mis grandes sueños: visitar las casas de mis queridísimos Augusto y Livia, que tanto deleite me proporcionaron en mi maravillosa visita a Roma del mes de mayo.


Sala de los Pinos en la Casa de Augusto. Siglo I a.C. Roma. 2018

              El otro lugar que nunca dejará de asombrar es Pompeya, según mi opinión el hito más grande de la arqueología junto al descubrimiento de la tumba de Tutankamon. Tras años de abandono y degradación que tuvieron su culmen cuando en el año 2010 se derrumbó la Casa de los Gladiadores, la ciudad vesubiana está viviendo una nueva edad dorada: a las reaperturas de espacios realizadas durante el año 2017, se han unido en el 2018 otras nuevas restauraciones e increíbles descubrimientos, gracias al desarrollo del Gran Proyecto Pompeya financiado por fondos europeos y del estado italiano.
              Uno de los grandes logros ha sido el reinicio de las excavaciones en el área casi inexplorada conocida como regio V, en la que están sacando a la luz numerosos frescos de gran calidad artística como el Príapo de la Casa de Júpiter (el segundo de esta característica hallado en la ciudad en la que el dios pesa su miembro viril como símbolo de virilidad y fertilidad) o la representación más sensual jamás hallada del mito de Leda y el Cisne.


Príapo de la Casa de Júpiter


Leda y el cisne. Pompeya

Leda y el cisne. Pompeya

              Otro importantísimo descubrimiento ha sido el de una inscripción que desmonta la teoría aceptada desde siempre de que el Vesubio estalló el 24 de agosto del año 79 d.C, tal y como se había interpretado de la lectura de una carta de Plinio el joven (superviviente de la tragedia). La inscripción está datada a 16 días de las calendas de noviembre, o sea, lo que coincidiría aproximadamente sobre el 24 de octubre de ese año 79.
Y por último el 21 de diciembre llegaran otras asombrosas reaperturas de espacios hasta hora no visitables, como el regalo de navidad más hermoso; entre éstas destacan el Santuario de Isis, la Casa del Ancla y sobre todo la maravillosa Casa de la Fuente Grande.


Templo de Isis. Siglo II a.C. Pompeya


Casa de la Fontana Grande. Siglo I a.C. Pompeya


Casa de la Fontana Grande. Siglo I d.C. Pompeya


Casa del Ancora. Pompeya

Mosaico de entrada que da nombre a la Casa del Ancora. Pompeya

No se puede pedir más… el legado romano palpita más vivo que nunca, de hecho el Coliseo se ha coronado una vez más como la primera maravilla del mundo en la clasificación que anualmente realiza Triadvisor, ocupando las excavaciones de Pompeya el cuatro lugar.
Desde aquí deseo una Feliz Navidad a todos los lectores del blog y un magnífico 2019, en el que espero acabar el año recordando que el que el gran hito arqueológico fue la anhelada reapertura al público del Mausoleo de Augusto. Sólo así podrá él descansar en paz, sabiendo que su toda su obra está a salvo. Volvemos en enero.

Fuente: https://notizie.tiscali.it/regioni/campania/articoli/neve-napoli-vesuvio-imbiancato-00001/


lunes, 17 de diciembre de 2018

Claudio en su faceta de escritor

Durante su difícil adolescencia en el seno de la familia imperial, Claudio (ignorado por casi todos sus ilustres parientes) se volcó en la investigación histórica dando lugar a una vasta producción literaria que nadie se tomó muy en serio. Es una lástima que no haya llegado hasta nosotros ninguna de sus obras, pero por las fuentes antiguas sabemos que fue muy prolífico y que sus historias abarcaron desde los tiempos antiguos al Principado de Augusto (en el que vivió hasta su juventud).
Sus creaciones principales fueron una historia de los etruscos junto con un diccionario del idioma de esta enigmática civilización, 8 libros sobre la historia de Cartago y un curioso libro sobre el juego de dados. Escribió también una Defensa de Cicerón contra los libros de Asinio Galo. Asimismo Suetonio indica que firmó una autobiografía en 8 volúmenes, idea que recogió el genial Robert Graves para crear su mítica novela Yo, Claudio. Suetonio subraya que éste último libro era de escritura elegante aunque de contenido absurdo, según su opinión.
En cuanto a la historia romana tomó como punto de partida el asesinato de César para después continuar con la Pax Augusta, pero lo abandonó porque tanto su madre Antonia como su abuela Livia censuraron muchos pasajes de la obra, poniendo coto a su libertad de expresión. Así y todo completó 41 tomos.


Claudio. Siglo I d.C. Roma. Museos Vaticano

Claudio escribió influenciado por el gran historiador romano Tito Livio. Un rasgo común en todas sus obras era el gran detallismo en la narración, lo que en ocasiones podía cansar al lector, pero que demuestran sus grandes conocimientos sobre multitud de temas históricos. De hecho, en su política puso de manifiesto la gran admiración que sentía por Julio César intentando llevar a cabo, durante su Principado, muchos de los proyectos interrumpidos por la muerte del dictador.
Sin embargo, debido a la opinión que sus contemporáneos tenían de él, no tuvo mucha suerte en la difusión de su obra. Cuenta Suetonio que “la primera vez que la confió a un auditorio numeroso, a duras penas consiguió acabar de leerla, pues él mismo enfriaba a cada paso su propio ardor. En efecto, al comienzo de su lectura, la obesidad de uno de sus asistentes hizo que se rompieran varios asientos, y este hecho dio lugar a que estallaran las risas; luego, incluso cuando se calmó el alboroto, no podía dejar de recordar a cada instante el incidente, lo que volvía a provocar las carcajadas” (Vida de Claudio, 41, 1). Por circunstancias de este tipo, continúa Suetonio, que siendo ya emperador “dio constantemente lecturas públicas [de lo que escribía] recurriendo a los servicios de un profesional” (Vida de Claudio, 41, 2).
Escribió también dos historias en griego: la de los tirrenos, en 20 volúmenes, y la de los cartagineses (ya mencionadas). “Por este motivo, se añadió al antiguo Museo de Alejandría otro nuevo que llevaba su nombre, y se estableció que todos los años, en una fechas determinadas, se leyeran, como en un auditorio, en uno la historia de los tirrenos, y en el otro la de los cartagineses, por entero y alternándose lectores” (Suetonio. Vida de Claudio, 42, 2).
Las fuentes también hablan de que Claudio inventó tres letras nuevas y siendo emperador logró que se generalizara su empleo. No obstante, cayeron en desuso a su muerte por no considerarse necesarias. Dos de ellas, cumplían la función de las actuales Y y W.

Letras Claudias
Fuente: De Desconocido - English Wikipedia[1], Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2914092

domingo, 9 de diciembre de 2018

Conclusiones finales del Principado de Claudio


Claudio. Siglo I d.C. Roma. Museos Vaticano

A pesar de la opinión negativa que sus contemporáneos tenían de Claudio, tal y como ponen de manifiesto las principales fuentes antiguas, la historiografía moderna no duda en considerarlo, independientemente de sus errores, como un buen emperador, corriente a la que me adscribo. Según mi opinión, el desprecio que sentían por él la mayoría de sus coetáneos nacía de la incapacidad de digerir que los gobernara alguien a quien consideraban inferior debido a sus problemas físicos: cojera, tartamudez, etc.
En primer lugar, Claudio demostró ser más sabio que muchos de sus iguales al haber conseguido sobrevivir a los sangrientos reinados de Tiberio y Calígula, en los que tantos hombres y mujeres que se consideraban más inteligentes que él, perecieron.
Por otro lado, según las fuentes antiguas fue autor de una vasta producción literaria, tanto en latín como en griego, siendo definido por las mismas como culto y erudito. Éstas inciden en que solía citar con frecuencia versos de Homero, algo de lo que no podían jactarse la mayoría de personas de su época.
Asimismo, amplió las fronteras del imperio con la conquista de Britania y realizó importantes obras de ingeniería para paliar las hambrunas que asolaban a la población muy frecuentemente; entre éstas destacan la ampliación del Puerto de Ostia, que pretendía  favorecer el abastecimiento de grano, y las obras de desecación del lago Fucino que permitieron un mayor aprovechamiento de las tierras aptas para el cultivo.
A quienes lo acusaban de débil y fácilmente influenciable por sus libertos y mujeres,  les respondió dividiendo las funciones administrativas entre varias personas, con el deseo de mermar la influencia del liberto imperial Calixto, tan poderoso durante el Principado de Calígula y, al principio, no prescindible debido a su eficaz control de la maquinaria de la Administración. Cuando alguno cambió no afectó a la dirección política lo que deja claro que las decisiones las tomaba el emperador.


Emperador Claudio. Siglo I d.C. Nápoles. Museo Archeologico Nazionale

También influyó Claudio en conceder la ciudadanía romana a muchos más habitantes del Imperio que sus predecesores; él era consciente de que los territorios más allá de Italia no sólo estaban para soportar una gran carga impositiva sino que también debían beneficiarse de las ventajas de ser ciudadanos.
En cuanto a sus mujeres, mostró debilidad sobre todo por Mesalina, aunque no dudó en ejecutarla cuando se sintió traicionado. Sin embargo en su relación con Agripina y su preferencia por Nerón primó por encima de todo el deseo de dejar un heredero de la gens julia y fuerte a su muerte, que él presentía cercana debido a sus grandes problemas de salud. Su mayor preocupación en sus últimos años era dejar una Roma estable, sin correr riesgos de nuevas guerras civiles. De hecho cuando Británico estaba a punto de alcanzar la mayoría de edad, el emperador dio muestras de querer favorecerlo a él y prescindir de su mujer e hijastro, algo que no le permitieron.

domingo, 2 de diciembre de 2018

La divinización de Claudio

“Comenzando luego por hacer ostentación filial, [Nerón] enterró a Claudio con un magnífico funeral, hizo su elogio fúnebre y lo incluyó entre los dioses”
Suetonio. Vida de Nerón, 9.

Camafeo que representa la Apoteosis de Claudio. Siglo I d.C. París. Cabinet des Medailles
Fuente: Di I, Sailko, CC BY 2.5, 


              Una de las primeras medidas de Nerón tras acceder al trono imperial fue la de decretar la divinización de Claudio, quizás movido por el deseo de legitimar su posición como divus filius. Según Tácito “se celebra un solemne funeral semejante al del divino Augusto, tratando Agripina de rivalizar con la magnificencia de su bisabuela Livia” (Anales, XII, 69, 3). No obstante, continúa Tácito afirmando que no se leyó el testamento del difunto temiendo que la preferencia de éste hacia Nerón en detrimento de Británico soliviantara a las masas. Este hecho es prueba fehaciente de los muchos romanos que preferían a Británico, y que sabían las intenciones de Claudio de volver a cambiar el testamento, algo que impidió su asesinato.
              Así, Claudio se convirtió en el tercer romano mortal tras Julio César y Augusto en subir a los altares. Este hecho demuestra que no lo debió hacer tan mal pues el Senado y el Pueblo no lo hubieran permitido de haber sido considerado nefas (como en el caso de Calígula). No obstante, el culto a Claudio no tuvo tanta difusión como el de sus dos predecesores.
        Contribuyó a ello, la venganza planeada por Séneca, que nunca disimuló su aborrecimiento por Claudio, al escribir su obra “Apocolocyntosis divi Claudi”, es decir, “La Calabacificación del divino Claudio” una sátira escrita en prosa en la que se burlaba del ascenso de Claudio a los altares, pues el título parece referirse la divinización de la estupidez, demostrando claramente lo que le parecía a Séneca el asunto.
              La obra narra la muerte de Claudio, su ascensión a los cielos y el juicio de los dioses. Tras pasar por una serie de fases en las que se sacan a la luz todos los defectos del emperador, haciendo hincapié en su tartamudez y los errores cometidos durante su Principado, los dioses deciden que no lo consideran dignos de divinidad y lo condenan al Hades.



Claudio como Júpiter. Siglo I d.C. Museos Vaticano. Roma 2018

              Los motivos de Séneca son claros pues guardaba gran rencor hacia Claudio al haberlo desterrado, según él injustamente. El hecho de haberlo hecho volver del exilio no palió el rencor del filósofo como evidencia la obra. Es significativo que la misma no fuera censurada, lo que demuestra la falsedad de Nerón a la hora de haber ordenado la apoteosis. Otro significado que se atribuye a la sátira es que Séneca quería advertir que si se abusaba de las deificaciones el pueblo podía perder la fe en los dioses, porque si alguien tan despreciable como el consideraba a Claudio podía acceder a los altares, se devaluaba el sentido de la deificación. De hecho de 84 emperadores romanos, sólo 17 fueron deificados contándose entre ellos los considerados por la mayoría los mejores y más importantes.
“Aquí debo asentar lo que sucedió en el cielo en el décimo-tercer día de este año, el año que nos ha hecho penetrar en una nueva era tan gloriosa. Ni malicia ni favor para nadie. Está bien, ¿no es cierto? Si alguien me pregunta cómo obtengo mi información, bueno, en primer lugar, si no quiero contestar, no contestaré. ¿Quién me obligará a hacerlo? Soy un hombre libre, ¿no es cierto? Fui liberado el día en que murió un conocidísimo personaje, el hombre que hizo cierto el proverbio «o nacer emperador, o idiota». Sin embargo, si decido contestar diré lo primero que me surja a los labios. ¿Acaso los historiadores se ven obligados alguna vez a presentar testigos al tribunal, para jurar que han dicho la verdad? Aun así, si me fuese necesario llamar a alguien, llamaría al hombre que vio el alma de Drusila camino del cielo; jurará que vio a Claudio tomar el mismo camino, «con paso vacilante» (como dice el poeta). Ese hombre no puede dejar de observar todo lo que sucede en el cielo; es el Custodio de la Vía Apia, que, por supuesto, es el camino que tomaron Augusto y Tiberio cuando fueron a unirse a los dioses. Si se le pregunta en privado, dirá la misma historia, pero no hablará cuando haya mucha gente cerca. Es que desde que juró ante el Senado que había visto a Drusila subir al cielo, y nadie creyó la noticia, que por cierto era demasiado buena como para ser verdadera, ha jurado solemnemente no volver a contar nada de lo que ha visto... ni siquiera aunque vea asesinar a un hombre en la plaza del Mercado. Pero lo que él me contó yo ahora lo repito, y buena suerte para él” (Primer párrafo de La Calabacificación del divino Claudio. Traducción de Robert Graves, incorporada en Claudio el dios y su esposa Mesalina).

lunes, 26 de noviembre de 2018

La muerte de Claudio

“Los principales presagios de su muerte fueron la aparición de un cometa, la caída de un rayo sobre la tumba de su padre Druso, y el hecho de que ese mismo año habían muerto la mayor parte de los magistrados de todas las categorías. Pero al parecer tampoco él ignoró ni ocultó cuál había de ser su última hora; al menos dio varios indicios de ello. En efecto, al designar a los cónsules, no nombró a ninguno para los meses posteriores a aquel en que murió; en la última reunión del Senado a la que asistió, exhortó a sus hijos encarecidamente a la concordia y encomendó su juventud a los senadores en términos suplicantes; finalmente, en la última instrucción que llevó a cabo en un tribunal anunció una y otra vez, aunque los que lo oían rechazaron este presagio funesto, que había llegado al fin de su vida mortal”.
Suetonio. Vida de Claudio, 46

Claudio. Siglo I d.C. Museos Vaticano. Roma 2018

Durante el último año de su vida, Claudio dio muestras evidentes de desear cambiar sus planes sucesorios, pues Británico se acercaba a la mayoría de edad. Sin embargo, tres meses antes de que llegara este momento, el emperador cayó enfermo. Semanas antes su principal protector Narciso había salido de viaje hacia el Sur de Italia buscando un clima más cálido que le permitiera recuperarse de un fuerte ataque de gota.
El Senado fue convocado y se ofrecieron múltiples votos a los dioses rogando por la recuperación del César. No obstante, todo fue inútil, el 13 de octubre Claudio moría en su cama del Palatino. Aunque ese año había asolado Roma una fuerte epidemia de fiebre, la opinión pública, tal y como recogen los historiadores antiguos, no tiene ninguna duda, de que Claudio fue asesinado por orden de su esposa. Así y todo circularon varias versiones: que Agripina había encargado a una famosa envenenadora que contaminara un plato de setas (uno de los manjares favoritos de Claudio), que ante la indigestión que le provocaron las setas había convencido al médico de su esposo que le introdujera un pluma impregnada en veneno en la garganta, etc. La afirmación de Nerón meses después de que las setas debían ser la comida de los dioses porque habían permitido a Claudio convertirse en un dios (Dión Casio, Historia romana, 61) parece confirmar estas teorías.

Moneda que representa a Claduio y Agripina
Fuente: Di Classical Numismatic Group, Inc. http://www.cngcoins.com, CC BY-SA 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=29719072

“Agripina, que desde tiempo atrás estaba decidida al crimen, aprovechando con presteza la ocasión que se le ofrecía (la ausencia de Narciso) y no faltándole servidores para el caso, deliberó sobre el veneno a elegir: uno súbito y de efecto precipitado denunciaría el crimen; si escogía uno lento que lo fuera minando, era de temer que Claudio, cerca de la muerte y dándose cuenta del engaño, volviera al amor de su hijo. Quería algo especial, que le perturbara la mente y dilatara su muerte. Se elige como artífice de tal obra a una mujer a la que llamaban Locusta, recientemente condenada por envenenamiento y largo tiempo tenida como uno de los instrumentos del reino. Por el ingenio de aquella mujer fue preparado el veneno, y suministrado por Haloto, uno de los eunucos, que solía servir y probar los manjares” (Tácito, Anales, 66).
No obstante, continúa Tácito “quedo todo tan pronto al descubierto que los historiadores de aquellos tiempos cuentan que el veneno se echó en una suculenta seta, y que la fuerza de la poción no se sintió inmediatamente, ya fuera por la estupidez de Claudio, ya porque estuviera borracho; también parecía que una descomposición de vientre lo había salvado. Con ello se aterrorizó Agripina y, como temía lo peor, despreciando la desaprobación de los presentes, emplea la complicidad del médico Jenofonte, la cual ya se había preparado. Éste, como si tratara de ayudar a los esfuerzos de Claudio por vomitar le clavó en la garganta, según se cree, una pluma mojada en veneno, no ignorando que los grandes crímenes se acometen con peligro y se rematan premio” (Anales, 67).

Claudio (Derek Jacobi) ingiere la seta que acabaría con su vida en un fotograma del serie Yo, Claudio, 1976

De esta manera tan cruel abandonó Claudio este mundo; un buen emperador no valorado adecuadamente en su época. Los historiadores posteriores han aceptado por unanimidad el asesinato pues no se ha encontrado ningún argumento que lo desmienta.

lunes, 19 de noviembre de 2018

La caída de Narciso

Narciso era el liberto imperial más cercano a Claudio de todos los que formaban parte de la corte imperial. En las fuentes clásicas se le describe como aquel destinado a la correspondencia. Hombre muy influyente, fue el gran artífice de la caída de Mesalina e incluso de dictar su sentencia de muerte, ante las vacilaciones del emperador.
Desaparecida la emperatriz, Narciso alcanzó la cima de su poder pues recibió de Claudio muchos honores. No obstante, fracasó al presentar a Claudio la propuesta de nueva esposa al sugerir a Elia Petina (que ya había estado casada con el César y no era de su agrado).

Claudio (Derek Jacobi), Palas (Bernard Hepton) y Narciso (John Cater) en un fotograma de la serie
Yo, Claudio, 1976

El ascenso de Agripina llevó parejo el del otro liberto imperial, Palas, cuya estrella empezó a ascender cuando propuso a la hija de Germánico como nueva esposa imperial. La posición de Narciso empezó a tambalearse pero aún le quedaba mucho ascendiente sobre Claudio, a quien era absolutamente leal. Para fortalecerse frente al otro bando de Agripina, Narciso se unió al círculo de Británico, a pesar de que el joven no lo tenía en gran estima al haber sido el causante de la muerte de su madre.
Con Agripina se enfrentó en múltiples ocasiones, siendo el altercado más sonoro entre ellos durante la inauguración de las obras de drenaje del Lago Fucino (que el liberto había supervisado y que no obtuvieron los resultados esperados). La emperatriz lo acusó de haberse apropiado de fondos públicos de manera indebida a lo que Narciso le contestó reprochándole su desmedida ambición.
La posición de Narciso cada vez era más precaria, aunque seguía contando con la confianza de Claudio, a quien trataba de mantener con vida a toda costa, sabiendo con seguridad que lo seguiría en la muerte, tal y como lo había hecho en vida. Por eso, planeó acabar con Agripina, buscando pru
ebas que presentar a Claudio de la infidelidad de ésta con el liberto Palas.

Agripina la menor, siglo I d,C., Copenhage, Ny Carlsberg Glyptotek 

“Se contaba que Narciso sospechando más y más de Agripina, había declarado entre sus íntimos que era segura su propia perdición tanto si alcanzaba el poder Británico como si lo obtenía Nerón, pero que el César había contraído con él tales méritos que dedicaba su vida a servirlo; que él había  hecho convictos a Mesalina y a Silio; que habría otra vez las mismas causas de acusación si imperaba Nerón; que si el sucesor era Británico, el Príncipe no tenía nada que temer. Decía, sin embargo, que toda la casa estaba trastornada por las intrigas de aquella madrastra, y que el callarlo sería mayor crimen que haberlo hecho con la impudicia de la anterior esposa; aunque, añadía, tampoco ahora faltaba la impudicia al tener a Palas como amante, para que nadie dudara de que consideraba su honra, su pudor, su cuerpo, todo, como de menos valor que el reinar. Repitiendo éstas y parecidas palabras abrazaba a Británico implorando para él la fuerza de la edad lo antes posible, tendía las manos ya a los dioses ya a él mismo diciéndole que debía crecer, expulsar a los enemigos de su padre y vengarse también de los asesinos de su madre” Tácito, Anales, Libro XII, 65).
Debido a tantas preocupaciones, Narciso cayó enfermo de gota. Agripina convenció a Claudio para que lo enviara a Campania, a Sinuesa, una estación termal famosa por la salubridad de sus aguas para recuperarse. El emperador no se  daba cuenta de que firmaba su sentencia de muerte al mismo tiempo que dejaba marchar a Narciso, su más fiel protector.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Británico

Tiberio Claudio César Británico, fruto del matrimonio entre el emperador Claudio y Valeria Mesalina nació en el año 41 d.C., algo más de un mes después de que su padre ocupara el trono imperial. Automáticamente se convirtió en el heredero de Claudio pues el otro hijo varón de Claudio, de un anterior matrimonio, había muerto hacía años.
Claudio recibió al pequeño con gran entusiasmo, por lo que mandó emitir un sestercio conmemorativo de su nacimiento en el que exaltaba el acontecimiento como la gran esperanza de su dinastía (en el anverso aparecía la frase Spes Augusta). Tras vencer a los britanos, Claudio rechazó para sí el título de Británico pero lo aceptó para su hijo, quien a partir de entonces se conoció de dicha forma.

Sestercio conmemorativo del nacimiento de Británico
Fuente: De LaurenCole de la Wikipedia en inglés, CC BY-SA 3.0, 

La caída en desgracia de su madre (cuando contaba sólo 7 años) le supuso un alejamiento de su padre que en algún momento se llegó a plantear la paternidad del joven, debido a la promiscuidad de su madre.
Cuando Claudio contrajo matrimonio con Agripina accedió adoptar a Nerón por dos motivos: porque al sentirse Claudio enfermo quería dejar un heredero sólido y de más edad y porque de esta manera su heredero sería inequívocamente de sangre Julia. La posición de Nerón se afianzó cuando contrajo matrimonio con Octavia, la otra hija de Claudio y Mesalina.

Británico. Siglo I d.C. Roma. Museos Vaticano

En un espectáculo celebrado en aquellos días, Nerón desfiló con atuendo triunfal mientras Británico llevaba aún  la ropa infantil, dejando claro al pueblo el lugar que ocupaba cada uno de ellos en la línea sucesoria. Británico, a pesar de su corta edad, no asumió de buen grado su desplazamiento a favor de Nerón, lo que se puso de manifiesto en múltiples enfrentamientos con su nuevo hermano, al que se dirigía frecuentemente llamándolo por su nombre de nacimiento, Domicio, lo que equivalía a no reconocerlo como miembro de la gens Claudia. Nerón, por su parte, lo acusó en alguna ocasión de no ser hijo legítimo del emperador.
Tras las quejas de Agripina, Claudio mandó ejecutar al preceptor de Británico nombrando otro afín a ella. Del mismo modo todos los que sentían algún sentimiento compasivo hacia el joven fueron relegados. No obstante, aquellos contrarios a Agripina y Nerón, encabezados por el liberto imperial Narciso, se agruparon en torno al hijo natural de Claudio.
Sin embargo, cuando faltaban 6 meses para que Británico vistiera la toga viril, Claudio empezó a dejar entrever que estaba reconsiderando su postura en cuanto a su sucesión, cada vez más hastiado de las intrigas de Agripina y de la petulancia de Nerón. “Hacía el final de su vida [Claudio] había dado algunas muestras inequívocas de que se arrepentía de haberse casado con Agripina y de haber adoptado a Nerón; así, cierto día en que sus libertos mencionaban con alabanza una instrucción que había llevado a cabo la víspera, y en la que había condenado a una mujer acusada de adulterio, exclamó que también en su caso los hados habían dispuesto que todas sus esposas fueran impúdicas, pero no inmunes” (Suetonio. Vida de Claudio, 43).

Británico y Nerón. Siglo I d.C.Afrodisias (Turquía)

Continúa narrando Suetonio el acercamiento a su hijo Británico “Un momento después, al salirle al encuentro  Británico, le abrazó estrechamente y le exhortó a crecer con la promesa de rendirle cuenta de todos sus actos, prosiguiendo, además, en griego: el que te ha herido, te curará, y cuando, a pesar de que era todavía impúber y muy pequeño, decidió darle la toga viril, ya que su estatura lo permitía, añadió: para que al fin el pueblo romano tenga un verdadero César” (Vida de Claudio, 43). Acto seguido Claudio redactó su testamento.
              Pero la suerte de Británico quedó marcada cuando meses después (en octubre del año 54 d.C) Claudio moría ante fuertes rumores de envenenamiento. A su muerte siguió la de Narciso, por lo que el adolescente se quedó aislado y solitario en la corte de su rival, que alcanzó el trono sin oposición alguna. De ninguna manera se cumplió el deseo de Claudio de que ambos gobernaran.
Cuando surgieron los primeros enfrentamientos entre Agripina y su hijo, la emperatriz usó a Británico para intimidar al nuevo César. Así, meses antes de cumplir 14 años, y después de haber sufrido numerosas humillaciones durante los 4 meses que sobrevivió en la corte de Nerón, aquel que había nacido para gobernar el mundo, murió abandonado por todos. La versión oficial es que había sufrido un ataque de epilepsia, pero  lo que muchos pensaban es que Nerón lo había envenenado. Corría el 15 de febrero del año 55 d.C.

domingo, 4 de noviembre de 2018

El ascenso de Nerón


Claudio. Siglo I d.C. Museos Vaticano. Roma 2018

Claudio, a instancias de Agripina, y empujado por el pensamiento de que le quedaban pocos años de vida y por el deseo de dejar un heredero fuerte, volcó todo su interés en asegurar el futuro del hijo de aquella,  Lucio Domicio.
Su primer paso en este sentido fue adoptar al joven en el año 50 d.c. Lucio Domicio pasó a llamarse entonces Claudio Nerón César Druso, colocándose en el primer puesto de la sucesión, a pesar de que Claudio tenía un hijo propio, el pequeño Británico. En la Antigua Roma, los hijos adoptados tenían el mismo estatus que aquellos naturales, por ello el hijo de Agripina al ser el  mayor se convirtió en el principal candidato a heredar el trono imperial.


Nerón adolescente. Siglo I d.C. San Petesburgo. Museo del Hermitage

Así, en el decimoquinto cumpleaños de Nerón (un año antes de lo que marca la tradición) se le permitió  asumir la toga viril, entrando así de lleno en la mayoría de edad. Después de la ceremonia típica en la que el niño entregaba su toga praetexta, su bulla y sus juguetes a los dioses lares, Nerón aprovechó la ocasión para realizar grandes donativos al pueblo y a los pretarianos. Por influencia del prefecto Afranio Burro (a quien Agripina había colocado en ese puesto) el joven desfiló por las calles de Roma al frente de los pretorianos.
A partir de entonces, Nerón no desaprovechó la oportunidad de dejarse ver ante las masas, siempre que era posible, presidiendo algunos juegos o algún acto público en los que solía exhibir toda la pompa imperial.


Detalle de una escultura de Británico junto a su madre Mesalina. Siglo I d.C. París. Museo del Louvre
Fuente: De Desconocido - [1] by Gautier Poupeau (La case photo de Got, [2],July 31, 2006, CC BY 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1367855

         Tanta arrogancia del joven levantó las suspicacias de Británico (que aún vestía la toga infantil), por lo que un día en una discusión entre ambos le llamó Domicio para recordarle quien era su verdadero padre. Nerón muy ofendido acudió a su madre, y ésta directamente a Claudio quien por insistencia de su mujer destituyó a todos los preceptores de Británico, siendo el principal tutor mandado ejecutar por conspirar contra Nerón. La misma Agripina nombraría en adelante a los preceptores de su hijastro.
Para dar más solidez a la posición de Nerón, Agripina consiguió que en el año 53 éste contrajera matrimonio con Claudia Octavia, la hija de Claudio. No obstante, este matrimonio anunciaba que sólo quedaba un año para que Británico cumpliera la mayoría de edad, por lo que Nerón no podía estar tranquilo pues su hermanastro tenía muchos seguidores tanto fuera como dentro del Palacio Imperial, siendo el principal valedor dentro de Palacio, el liberto Narciso, quien siempre había tenido una fuerte rivalidad con Agripina.

domingo, 28 de octubre de 2018

Porta Maggiore


Porta Maggiore
Fuente: De Livioandronico2013 - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, 

La zona donde se ubica la Porta Maggiore (el Esquilino) es donde convergían 8 de los 11 acueductos que abastecían Roma. Uno de los que finalizaban su recorrido allí, el Acqua Claudia (iniciado por Calígula y concluido por Claudio en el año 52 d.C.) acababa en forma de doble arcada, lo que le daba un aspecto de monumental arco de triunfo en el punto donde confluían la Via Labicana y la Via Praenestina. De ahí que en el año 272 d.C., el emperador Aureliano lo incluyera en sus murallas como puerta, siendo conocida desde entonces como  Porta Praestina o Labicana.
El ático de la puerta se divide en 3 partes por finos canales, correspondiendo lo dos de arriba al Acueducto Anio Novus y el de abajo al de Claudio. Sucesivas inscripciones en las dos fachadas del ático recuerdan a Claudio, a Vespasiano y a Tito (estos últimos restauraron los acueductos en los años 71 y 82 d.C.). Ya en el siglo V d.C., Arcadio y Honorio añadieron un bastión más avanzado. Al mismo tiempo abrieron dos puertas (por debajo de la cuales transcurrían la Via Labicana y la Via Praenestina. Esta última estructura fue demolida por Gregorio XVI, quien quería devolver el aspecto original a la puerta. Desde entonces recibió el nombre de Porta Maggiore, probablemente por ser un paso obligado hacia la Basílica de Santa Maria Maggiore.



La Porta Maggiore en las Murallas Aurelianas

       Actualmente luce como una puerta monumental en la zona oriental de las Murallas Aurelianas. Consta de dos vanos separados por pilares en los que se abren ventanas coronadas con frontones triangulares sostenidos sobre semicolumnas corintias. Está realizada en mármol travertino a base de sillares rústicos típicos del período de Claudio.

domingo, 21 de octubre de 2018

Las obras en el Lago Fucino


Garbado del Lago Fucino

El lago Fucino se encuentra en la provincia de L’Aquila, a unos 120 kms de Roma. Es el tercero de Italia por extensión. Debido al nivel irregular de sus aguas desde época romana ha sido objeto de numerosas intervenciones, pues sus crecidas causaban continuamente graves daños en los terrenos y cosechas cercanas, al mismo tiempo que favorecía el paludismo en la zona debido al estancamiento de las aguas.
Ya Augusto tuvo en mente un proyecto para drenar el lago, sin embargo, no lo llevo a cabo por su dificultad y el escaso éxito que auguraba. A pesar de ello, Claudio, ante la petición de uno grandes terratenientes que se comprometieron a pagar 2/3 de la obra,  e decidió a llevar a cabo la ardua tarea, pues uno de sus principales objetivos siempre había sido evitar la escasez de alimento en Roma; así, este proyecto se unió al ya llevado a cabo en el Puerto de Ostia.
Las obras se prolongaron durante 11 años, aunque pronto Claudio se dio cuenta del motivo de las reticencias de Augusto, pues la complejidad aumentaba cada vez que se excavaba más profundo. De todos modos no quiso abandonar y se vio obligado a ocupar a más de 30.000 hombres bajo la dirección de Narciso, el liberto imperial.

Gran tunel de desagüe del lago. Siglo I d.C.
Fuente: Di Claudio Parente - Opera propria, CC BY-SA 4.0, 

El trabajo consistió en construir una gran galería subterránea, que con su inclinación del 0.05% trasvasaría el agua sobrante hasta el rio Liris y desde allí acabaría en el Tirreno. A este enorme túnel acompañaban otros 30 más pequeños también excavados en la roca.
El año 52 se inauguró la gran obra de ingeniería con una naumaquia al estilo de la que celebró Augusto en un estanque cercano al Tíber. En este espectáculo se pronunció por vez primera la Famosa frase “Ave Caesar, moriturim te salutant! A lo que Claudio contestó “¡o no!” (Suetonio, Vida de Claudio, 21, 6). Los hombres lucharon tan valerosamente que se les eximió de darse muerte.
Al finalizar el espectáculo se hizo una inspección y se comprobó que el túnel no era lo suficientemente hondo, por lo que hubo que emplearse otros 4 meses de trabajo
Por fin llego el día esperado, se abrió la compuerta del enorme túnel ante una gran expectación; sin embargo, la profundidad del mismo tampoco fue suficiente y el agua acabó desbordándose y llevándose todo a su paso. A pesar de ello, pudo recuperarse un 40% de las tierras adyacentes. Sólo a mediados del siglo XIX se consiguió la desecación total del lago.

Salida del agua
Fuente: Di F.angelo - Opera propria, CC BY-SA 4.0, 

“Mas al término del espectáculo se abrió paso a las aguas. Y quedó de manifiesto la incuria con que se había realizado la obra, pues no era lo bastante profunda como para alcanzar el nivel más bajo del lago. El caso es que se dejó pasar un tiempo para hacer más hondo el túnel, y a fin de reunir de nuevo a la multitud se da un espectáculo de gladiadores, tras tender puentes para la lucha a pie. Incluso se ofreció un banquete junto al desagüe del lago, que fue ocasión de gran pánico para todos, porque la fuerza impetuosa de las aguas arrastraba lo que hallaba a su paso, haciendo temblar las zonas más alejadas y causando en ellas el terror con su retumbar y estrépito. Justo en tal momento, Agripina, aprovechando el miedo del Príncipe, acusa a Narciso, encargado de las obras, de codicia y de robos; mas él no se quedó callado, echándole en cara sus mujeriles apasionamientos y su excesiva ambición” (Tácito. Anales. XII, 57).
La rivalidad entre Agripina y Narciso se puso de manifiesto en todo su apogeo. La lucha por la sucesión de Claudio se hizo más encarnecida pues el liberto era el principal valedor de Británico contra Nerón.