Augusto (Brian Blessed) contempla con pesar los bustos de Cayo y Lucio ya fallecidos en un fotograma de la serie Yo, Claudio, 1976
A pesar del profundo golpe
que le supuso la muerte de Cayo y con ella el hundimiento de sus planes
dinásticos, Augusto encontró aún fuerzas para reorganizar la familia y buscar
una alternativa satisfactoria que solventara el dilema de la sucesión.
Con el convencimiento claro
que no era lo que él hubiera deseado para regir el destino de su amada Roma,
buscó la solución que permitiera una mayor continuidad. Y así, el 26 de mayo
del 4 d.C. Augusto adoptó a Tiberio, que con 45 años se convirtió en Tiberio
Julio César. Ciertamente era el miembro de su familia con más experiencia de
gobierno y un competente militar, aunque tuvo que ser difícil para el Príncipe
anteponer sus cualidades a la animadversión que sentía hacia su hijastro. De
hecho no dudó en afirmar que su decisión obedecía a “razón de Estado” (Suetonio. Vida
de Tiberio, 21,3). Por eso, previamente, había obligado al hijo de Livia a
adoptar al hijo mayor de su hermano Druso, Germánico (de 19 años), digno
heredero de las virtudes de su padre y al que Augusto adoraba tanto como a su
malogrado progenitor. Esto lo hizo a pesar de que Tiberio tenía un hijo propio,
Druso menor (nacido de su matrimonio con Vipsania). Éste último contraería
matrimonio con Livila (la otra hija de su tío Druso y viuda de Cayo César).
Augusto, a pesar de la circunstancias, confiaba en que el trono imperial
acabara siendo ocupado por su propia descendencia pues al año siguiente casaría
a Germánico con su nieta Agripina la
Mayor (cuarta hija de Agripa y Julia).
Cayo Julio César Germánico. Siglo I d.C. París. Museo del Louvre
Al mismo tiempo adoptó al
hijo pequeño de Agripa y Julia, Agripa Póstumo, para no irritar a la facción
Juliana. No sabemos los motivos por lo que Augusto nunca trató a Póstumo del
mismo modo que a sus hermanos mayores. Incluso en este momento tan delicado no intentó acelerar
su carrera pública. Nada dicen las fuentes sobre la actitud del emperador hacia
su nieto menor, que hubiera debido ser el primero en la línea sucesoria tras la
muerte de sus hermanos, tan venerados por Augusto desde
su nacimiento.
Tiberio César. Siglo I d.C. Copenhage. Gliptoteca
Tiberio recibió la tribunicia potestas por diez años
elevándolo a la posición que sólo había gozado Agripa. Igualmente recibió imperium para emprender una campaña
militar en Germania, hacía donde partió enseguida. Aunque la estabilidad de la
zona seguía siendo importante, hay quien dice que Augusto alejó a Tiberio para
evitar de algún modo tener que tratarlo cotidianamente. No obstante, Tiberio
visitaba Roma con frecuencia pues según Dión Casio “temía que se aprovechase de
su ausencia para mostrar su preferencia por otro” (Historia Romana. 55, 27, 5). A pesar de que las cartas que se
conservan de estos años entre Augusto y Tiberio son cordiales, la desconfianza
entre ambos era palpable.