El cambio de emperador
fue un gran alivio para el Senado después de la represión que había sufrido
durante el Principado de Domiciano. Nerva garantizó nada más ascender al trono
el fin de los juicios por traición, puso en libertad a muchos senadores
encarcelados y concedió la amnistía a aquellos otros que se encontraban en el
exilio. Igualmente restituyó las propiedades confiscadas a sus respectivas
familias. A pesar de todo también tuvo una relación cordial con la facción
senatorial favorable a Domiciano.
Para ganarse al pueblo y
al ejército concedió importantes donativos al mismo tiempo que anuló algunos
impuestos y otorgó beneficios fiscales a las provincias.
Tomó también medidas
para aliviar la crisis de los agricultores de Italia con su lex agraria que contemplaba la compra de
tierra para el Estado para su posterior distribución. También comenzó a poner
en práctica el programa de los alimenta
que consistía en que el Estado concedía préstamos de dinero de
particulares a cambio de la hipoteca de
una parte de sus tierras; los intereses anuales obtenidos de esos créditos se
destinaban a la manutención de niños y niñas de condición libre.
Todos estos gastos
supusieron pronto una gran carga para el Estado, por lo que Nerva se vio
obligado a constituir una comisión especial para reducir gastos. Se suprimieron
sacrificios religiosos, juegos y otros dispendios innecesarios. Por otro lado,
se obtuvo dinero a partir de la subasta de las propiedades de Domiciano y de la
fundición de sus estatuas de oro y plata. Nerva prohibió que se realizaran
esculturas suyas en esos materiales.
Debido a la brevedad de
su Principado los proyectos arquitectónicos de Nerva fueron escasos y se
centraron en reparaciones de carreteras y acueductos. Asimismo levantó un
granero, la Horrea Nervae y un
pequeño Foro iniciado por Domiciano.
No obstante, y a pesar
de su esfuerzo, algunas facciones seguía siendo fiel a Domiciano. La Guardia
Pretoriana no consideró suficiente los donativos y exigió la muerte de los asesinos
del emperador, algo a lo que Nerva se negó. Expulsó al prefecto Tito Petronio
Secundo y lo reemplazó por Casperio Eliano. Así y todo, la situación degeneró
en una crisis. En el 97 una conspiración encabezada por Cayo Calpurnio Craso
Frugi Liciniano fracasó. Nerva volvió a negarse a matar a los instigadores de
la muerte de Domiciano, presionado por el Senado.
En octubre del 97 la
tensión llegó a su culmen cuando la Guardia Pretoriana tomó el Palacio Imperial
y tomó como rehén a Nerva. Éste se vio obligado a satisfacer sus exigencias:
entregar a los asesinos del anterior emperador. Nerva salió ileso pero su
posición sufrió un gran golpe. Nerva comprendió en ese momento que su situación
era insostenible sin un heredero fuerte que complaciera al Senado, al ejército y
al pueblo.
¿Tito no había puesto a fin a los juicios por traición?
ResponderEliminarSí, pero Domiciano los retomó. Saludos
ResponderEliminarPor lo visto intento poner en orden la casa....
ResponderEliminarSii, pero la politica romana es muy compleja. Saludos
EliminarCayo Calpurnio......tiene un nombre muy largo ¿equivale a nuestro nombre y apellido?
ResponderEliminarLos romanos tenian praenomen, nomen y cognomen. Este a veces era mas largo. Mas o menos coml dices, nombre y apellidos. Saludos
EliminarCuriosa la lex agraria; coincide con los planes quinquenales de Stalin, al que por cierto copió Franco, la compra de tierras por parte del Estado y su repartición entre los agricultores con dificultades económicas. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarEn la historia todo esta escrito y se repite una y otra vez. Saludos
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