Claudio. Siglo I d.C. Nápoles. Museo Arqueológico Nazional
Además de la incorporación de Britania al Imperio Romano, Claudio reorganizó otras áreas del mismo.
Por
un lado quiso consolidar su posición en Mauritania, provincia anexada sólo unos
años antes por Calígula, que había mandado asesinar al rey Ptolomeo, primo suyo
como nieto también era de Marco Antonio. El pueblo no recibió de buen grado la
muerte de su rey por lo que estalló una rebelión que duró dos años.
Ptolomeo de Mauritania. Siglo I d.C, París. Museo del Louvre
Claudio se volcó en la
conversión del reino en una provincia, por lo que envió a Suetonio Paulino al
frente de un ejército hasta los límites de Mauritania y más lejos aún, donde se
encontraron árboles y todo tipo de animales nunca vistos hasta entonces que
podían ser llevados a Roma para exhibirlos en espectáculos públicos.
Las tribus rebeldes
fueron sometidas y Mauritania fue dividida en dos provincias imperiales: la
occidental o Tingitana con su capital en Tingis (Tánger) y la oriental o
Caesariensis con su capital en Caesarea (Cherchell). Al frente de cada una de
ellas Claudio nombró gobernadores a procuradores del orden ecuestre.
Mapa de Mauritania y Numidia
Fuente: Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=781269
Al mismo tiempo anexó
las provincias de Tracia, Nórico, Panfilia, Licia y Judea en la que fue la
mayor expansión del imperio desde tiempos de Augusto.
Para consolidar estas provincias, éstas recibieron
contingentes de ciudadanos romanos, que fueron asentados en colonias o
municipios.
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