Augusto,
a pesar de no ser uno de los personajes más mediáticos de la antigua Roma, es
sin duda alguna una de las personalidades más influyentes de todos los tiempos.
Cartel de Mostra Augustea
della Romanitá. Celebrada para celebrar el bimilenario del nacieminto de Augusto. 1937. Roma
Fuente: https://anabases.revues.org/604
Ya en su propia época se
le consideraba como uno de los mejores gobernantes que había tenido la Ciudad
Eterna, habiendo sido aceptado su sistema de gobierno sin demasiadas objeciones y, él
mismo, fue tomado como modelo de buen Príncipe. De ahí que se volviera
costumbre que en la fórmula para nombrar a un nuevo emperador se le deseara que
fuera mejor que Trajano y más afortunado que Augusto (en referencia en la mala
fortuna que tuvo a la hora de la sucesión). Aun así tenía sus detractores, como
Tácito que lamenta por encima de todo el
final de la República. En la actualidad es el emperador más amado por la propia Roma, que no dudó en celebrar por todo lo alto el bimilenario tanto del nacimiento como de la muerte del hombre que puso los cimientos de su eternidad.
El divino Augusto fue
venerado hasta la cristianización del Imperio romano. Al haber nacido
Jesucristo durante el Principado en la Edad Media se tendió a asociar la Pax
Augustea con la Pax Cristiana.
También en el período
moderno los políticos han tratado de buscar paralelismo entre su propio tiempo
y el de Augusto: como por ejemplo el Directorio francés que surgió en Francia
tras el régimen del terror de los Jacobinos durante la Revolución Francesa o
Napoleón Bonaparte que se inspiraba para sus retratos heroicos en los del primer
emperador.
En el siglo XX, el nuevo
fascismo italiano encendió una verdadera fiebre por Augusto, pues Mussolini
pretendía devolver a Italia su preponderancia sobre el resto de las naciones
restaurando el Imperio romano y recuperando el control del Mediterráneo.
Napoleón Bonaparte.
Copia en bronce de la escultura de Antonio Cánova. Principios del siglo XIX. Pinacoteca de Brera. Milán 2009
En cuanto a la
historiografía contemporánea, aunque en muchas ocasiones se muestra crítica
antes las sombras del joven triunviro sin escrúpulos sediento de poder que no
dudó en firmar las proscripciones, junto a Marco Antonio y Lépido tras el
asesinato de César, en general resalta los méritos de Augusto como político y
administrador cuando estuvo asentado en el poder, siendo un Padre de la Patria
entregado a su pueblo y amable que dejó a su muerte los cimientos del continente
europeo. Al mismo tiempo, elogia los logros de la Pax Augusta que permitió
reconstruir muchos territorios devastados y fundar otros nuevos donde aún hoy
brilla su legado.
En esta línea de
reconocimiento, Michael H. Hart posicionó a Augusto en el puesto 18 en la
clasificación de los personajes más importantes de la historia que realizó en
su libro Los Cien, en el que el autor
estadounidense elaboró un ranking donde se incluyen las figuras más relevantes del
mundo según el número de personas en las que influyó, en qué grado, durante
cuánto tiempo o cuántos de sus logros han quedado en pie. Augusto es el primer
gobernante de la lista por delante de Alejandro Magno (en el puesto 33) o Julio
César (en el 67), los dos únicos personajes europeos que en la antigüedad
llevaron a cabo gestas parangonables a las suyas.
Cartel de la Muestra sobre Augusto en commemoración del bimilenario de su muerte. Roma. 2014
En este blog he ido desgranando tantas
otras cosas vinculadas a Augusto aún presentes en nuestras vidas: el mes de Agosto, la festividad
del 15 de agosto (Ferragosto
en Italia), su mención en la Evangelio
de San Lucas, etc. lo que pone de manifiesto su enorme influencia dos mil años
después
Muchos fueron los artículos dedicados a mi
emperador durante el año 2014 conmemorando el bimilenario de su muerte. Me
quedo con el publicado por el diario El País titulado “Lecciones de Augusto
para un mundo en crisis”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/11/06/babelia/1415264706_716396.html
Antes de finalizar quiero una vez más
expresar mi solidaridad y mi intenso amor hacia un pueblo italiano nuevamente
herido por la violencia sísmica que ha vuelto a poner de rodillas los días 26 y
30 de octubre a muchas localidades del centro de Italia que han quedado
devastadas. En esta ocasión, afortunadamente no ha habido víctimas mortales,
pero los habitantes de Norcia, Castelluccio, Visso, Castelsantangelo sul Nera,
Preci y Ussita entre otros lo han perdido todo. Los que hasta hace una semana
eran unos preciosos pueblos italianos hoy sólo son montañas de escombros
formadas por los cascotes de un patrimonio histórico único.
Estos nuevos terremotos se han sentido con relativa intensidad en mi
amada Roma que, aunque de manera leve, ha visto dañadas tres de sus joyas
arquitectónicas: la columnata de la basílica de San Paolo Fuera le Mure, la de San Lorenzo y la
cúpula de Sant'Ivo alla Sapienzza, obra del genial arquitecto barroco, Francesco
Borromini. Afortunadamente a esta hora no se han apreciado daños importantes en las áreas
arqueológicas de la capital, sin duda alguna las más frágiles, a la vez
que las más valiosas; no obstante, en las zonas del Coliseo pendiente de restauración las fisuras ya existentes se han ampliado. Esperemos que pronto cese la mala racha y que Italia, encabezada
como siempre por Roma, pueda volver a levantarse para mostrar al mundo el esplendor
del legado histórico artístico más impresionante del mundo.
Grietas en los arcos del Pórtico de San Paolo