Agripa Póstumo.
Siglo I d.C. París. Museo del Louvre
Marco Vipsanio Agripa nació en
Las circunstancias de la
vida de Póstumo son extrañas, pues nunca gozó de las atenciones y honores que
desde bien pequeños recibieron sus hermanos varones. Con 10 años debutó al
igual que ellos lo hicieron a su edad en los juegos troyanos que tuvieron lugar
durante los festejos para la inauguración del Foro de Augusto. Y después, nada
más se sabe de él hasta su adopción.
Augusto (Brian Blessed) y Póstumo (John Castle). Fotograma de la serie Yo, Claudio. 1976
Poco dicen las fuentes al
respecto, aunque algunos historiadores romanos lo definen como grosero y
violento. Tácito dice de él que era “un
muchacho carente, desde luego, de cualquier clase de aptitudes y de una
fortaleza física que le producía un orgullo estúpido pero inocente de cualquier
infamia” (Anales. I, 3, 4-5). Su
carácter era colérico, pero no sabemos si era fruto de una enfermedad mental.
Lo que si es cierto es que Augusto lo tenía apartado de la alta política.
Incluso retrasó la ceremonia en la que Póstumo asumió la toga virilis, por lo que no se convirtió en hombre legalmente hasta
los 17 años. El emperador no le nombró Príncipe de la Juventud ni le concedió
ningún privilegio, siendo muy significativo que la muerte de sus hermanos no lo
situara en el primer puesto en la línea de sucesión, pues fue adoptado por
Augusto sólo a la vez que su antiguo padrastro, Tiberio. Quizás Augusto
presentía su muerte cercana y no quería ligar la suerte del Imperio a un joven
inexperto cuya integridad no estaba fuera de toda duda. Sin embargo, sorprende
la frialdad de Augusto hacia Póstumo ya que el emperador tenía la suficiente
paciencia para ser uno de los únicos miembros de la familia imperial capaz de
conmoverse ante la desdicha del joven nieto de Livia, Claudio, e intentar
facilitarle su integración en la familia divina. Extraña por tanto la insensibilidad hacia su propio nieto.
Isla de Planasia
(actual Pianosa) en la Toscana
Misteriosos también son los
motivos que llevaron a Augusto en el año 6 o 7 d.C. a desterrarlo a la diminuta
isla de Planasia mantenido bajo una estrecha vigilancia. La versión novelada de
Robert Graves en Yo, Claudio hace
referencia a un complot urdido por Livia que implicaba a Póstumo en una
violación, con la finalidad de acabar así con el último obstáculo de Tiberio en
la sucesión, “En efectos, Livia se había
impuesto de tal manera al ya decrépito Augusto, que éste relegó a la isla de
Planasia a su único nieto, Póstumo
Agripa. En cambio a Germánico, hijo de Druso, lo puso al frente de ocho
legiones junto al Rin” (Tácito. Anales.
I, 3, 4-6). Esta teoría está en consonancia con la línea de desprestigio
hacia la emperatriz iniciada por Tácito y carece totalmente de fundamento pues
en la antigua Roma la adopción otorgaba al hijo adoptado los mismos derechos jurídicos
que a aquellos naturales y así Tiberio, por edad, era legalmente el heredero de Augusto.
Igualmente improbable es la
historia tramada por Tácito que habla de un posterior arrepentimiento de
Augusto que habría visitado a Póstumo en Planasia para pedirle perdón y
restituirle su posición. De la misma vuelve a hacerse nuevamente eco Robert
Graves. Ambos cuentan que los planes del emperador quedaron interrumpidos a
causa de su muerte acaecida en 14 d.C.: “Se
había esparcido el rumor de que pocos meses antes de morir, Augusto se había hecho
llevar hasta Planasia a visitar a Póstumo, y que allí había habido por ambas
partes muchas lágrimas y señales de cariño, de donde parecía surgir la
esperanza de que el muchacho fuera devuelto al hogar de su abuelo” (Anales. I, 5, 1). Yo por mi parte pienso que no hay ningún indicio real para creer que Augusto (que se mostró tan inflexible ante las súplicas del pueblo romano cuando le
imploraba un indulto para su hija Julia) hubiera cambiado de opinión con respecto a su nieto, pues para tomar la determinación de desterrarlo, muy grave
debió ser el delito que cometió ante sus ojos.
Un desolado Augusto pide perdón a su nieto en Planasia. Fotograma de la serie Yo, Claudio. 1976
Póstumo sobrevivió a
Augusto sólo unos días pues en los momentos de confusión que se produjeron a la
muerte del emperador, un centurión de la guardia pretoriana viajó hacia
Planasia con la misión de asesinarlo, probablemente ordenada por Tiberio,
aunque éste lo negó tajantemente. Las fuentes apuntan a que quizás fuera Livia
quien diera la orden a sus espaldas para evitar conflictos entre las facciones
Julia y Claudia y que nada pusiera en duda la legitimidad de Tiberio. E incluso
hay quien sugiere que lo había dejado escrito el propio Augusto, algo que
descarto totalmente pues jamás ordenó la muerte de nadie de su familia y si
quería hacerlo no tenía ningún motivo para no haberlo ejecutado en vida. La
opción que me parece más plausible es la primera pues Tiberio albergaba un odio atroz
hacia su ex esposa Julia y sus
descendientes.
Ya muerto Póstumo, aún hubo
lugar para una historia más que envolviera en tinieblas la breve y dramática
vida del joven. Cuenta Tácito que tenía el nieto de Augusto un esclavo llamado
Clemente que se parecía a él mucho físicamente y que tras su fallecimiento se
hizo pasar por él haciendo creer a todos que el que había muerto era el
esclavo. Tiberio mandó apresarlo y que lo llevaran a su presencia. Mítico el
diálogo entre ambos que plasma Tácito: “¿cómo
has tenido el atrevimiento para fingirte Agripa?, le preguntó enfurecido el nuevo emperador. El supuesto Póstumo le
respondió con altanería “el mismo que tú para ser César”. Tiberio mandó
asesinarlo cruelmente dando rienda suelta al resentimiento que había ido acumulando
durante años de sentirse menospreciado.
“Aquel
mismo año la osadía de un solo hombre, y además esclavo, estuvo a punto de
afligir a la república con guerras civiles, si no fuera porque se acudió a
tiempo. Un siervo de Agripa Póstumo llamado Clemente, al saber el final de
Augusto concibió el plan de llegarse a la isla de Planasia y, tras apoderarse
por la fuerza o con engaño de Agripa, llevárselo a los ejércitos de Germania.
Impidió su intento la lentitud de la nave de carga en la que se embarcó; y como
entretanto ya se había perpetrado el asesinato de Agripa, decidiéndose por un
plan más grande y descabellado, robó sus cenizas y se dirigió a Cosa,
promontorio de Etruria, donde se escondió en un lugar ignorado hasta que le
crecieron el pelo y la barba, pues en edad y aspecto físico no era muy distinto
a su señor. Entonces, por medio de colaboradores, cómplices de su secreto, difunde
el bulo de que Agripa está vivo [….]. El rumor de que por gracia de los dioses
Agripa se había salvado se extendió rápido por Italia dándosele credibilidad en
la misma Roma [….]. (Tiberio) encargó prenderle y que lo
llevaran ante su presencia. Cuando le preguntó cómo se había convertido en
Agripa, se cuenta que le respondió: “del mismo modo que tú te convertiste en César” (Tácito. Anales. II, 40).
Busto de Tiberio. Siglo I d.C. Roma. Museos Vaticanos
Fotografía de Bill Storage y Laura Maish
Y todo eso ocurría en la civilizada Roma, qué no pasaría en la salvaje Hispania...pues como ahora jajajaja ☺
ResponderEliminarHola Javi! Uno de los grandes defectos del hombre es que es incapaz de aprender de los errores del pasado, si bien la Historia es un ciclo que se repite una y otra vez. La dinastía Julio- Claudia era un avispero y en los últimos años de vida de Augusto aún le quedan más escándalos que afrontar. Y lo que vino tras su muerte, como todo el mundo sabemos, fue muchísimo peor. Un saludo
ResponderEliminar¿Póstumo y Claudio (futuro emperador) habrían sido amigos realmente o solo fueron invenciones de Robert Graves?
ResponderEliminarEn las fuentes no existen evidencias de esa amistad. Un saludo
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