Dentro de un programa de
restauración de los edificios del Campo de Marte, arrasados tras el incendio
del año 80, Domiciano construyó en ese área un Estadio para competiciones
atléticas, que siguió el esquema de este tipo de construcción en la antigua Grecia.
Es la única obra de estas características construida en albañilería fuera del
mundo griego.
Con un aforo de 30.000
espectadores, medía aproximadamente 275x106 metros. Elaborado a partir de
bloques de travertino y opus latericium,
tenía forma rectangular, aunque uno de los lados más cortos era semicircular,
concretamente el que acogía las gradas. El otro lado, ligeramente oblicuo, es
por donde salían los atletas y se iniciaban las carreras. Las entradas
principales, que se ubicaban en el centro de los lados largos y del hemiciclo,
eran pórticos con columnas del mármol.
Exteriormente, el
estadio estaba organizado como el Coliseo y el Teatro Marcelo en dos pisos en
altura decorados con arcos de medio punto correspondiendo cada nivel a cada
sector de las gradas.
A veces también se
celebraban también allí luchas entre gladiadores debido a la poca afición que
tenían los romanos por los juegos deportivos.
Actualmente en el lugar donde estaba ubicado el Estadio se sitúa una de las plazas más emblemáticas de Roma: la Piazza Navona, cuya planta se corresponde íntegramente con la del antiguo edificio imperial, respetando sus dimensiones y su forma. Sólo en Roma, una vez más, como un milagro la simbiosis entre su pasado y futuro da lugar a otra obra maestra que fue levantada y decorada por los más importantes artistas del barroco, encabezados por Gian Lorenzo Bernini y Francesco Borrimini; una plaza, la Navona, original y única en el mundo, como tantos otros lugares que encontramos en Roma y hacen de ella la ciudad más mítica del mundo.
Bajo la
espectacular plaza, a unos 5 metros de profundidad, se encontraron en 1936 en
muchos sótanos de la Piazza Navona, en la iglesia de Santa Agnese y en los
subterráneos del Ecole Française de
Roma, los restos del Estadio. Se hallaron también numerosos restos de
esculturas, entre ellas un torso del Apolo Lisio de Praxiteles, del siglo IV
a.C. Actualmente sólo pueden visitarse con un permiso especial.
¿Pero se conservaban las gradas hasta el Renacimiento y Barroco, o se expoliaron antes? Supongo que en los nuevos artículos aprenderemos más sobre su uso existencia.
ResponderEliminarEn el Renacimiento y Barraco no se conservaba más que la planta y los escasos restos hoy bajo la Piazza Navona. Saludos
Eliminar¿Para cuando la muerte de Domiciano?
ResponderEliminarYa queda menos. Imagino que a finales de este mes o principios de junio. Saludos
EliminarSabes en que periodo de expolio la parte visible del estadio?.... Caso curioso que hayan respetado la geometría
ResponderEliminarNo se sabe exactamente, ha sido una cosa progresiva ocurrida durante el devenir de los siglos. Sí, es algo muy curioso y el resultado bellísimo y único. Saludos
ResponderEliminar