Aunque el origen de los
juegos de gladiadores es incierto, algunos escritores antiguos remontan esta
práctica a ritos funerarios etruscos. Por su parte, Tito Livio escribió que luchas
entre hombre armados se celebraron por primera vez en el año 310 a.C. para festejar
una victoria de los campanos contra los samnitas, algo que corroboran unas
pinturas del siglo IV a.C., halladas en la ciudad campana de Paestum, que
escenifican combates entre luchadores. No obstante, el mismo Livio sitúa la
celebración de los primeros juegos de gladiadores como tales durante la primera
guerra púnica contra Cartago, cuando Decimus
Iunios Brutus Scaeva para honrar a su difunto padre, hizo que tres parejas
de gladiadores lucharan a muerte en el Foro Boario de Roma. De ahí que este
tipo de luchas tomen el nombre de munera
(deber de honrar los manes de un antepasado muerto). El desarrollo de la munera
y los tipos de gladiadores viene determinado por el apoyo de Samnio a Anibal,
que provocó una dura campaña de Roma contra sus antiguos aliados campanos. Por
este motivo, el tipo de gladiador más antiguo es el samnita.
La mayoría de los
gladiadores eran esclavos, pero a veces su fama en la arena era tal que
suscitaban la admiración y el reconocimiento popular (incluso muchas mujeres
nobles perdían la cabeza por yacer con ellos). El comercio de gladiadores se
desarrollaba en todo el Imperio y estaba sujeto a supervisión oficial. Muchos
de los prisioneros de guerra eran vendidos como tales. También eran reclutados
como gladiadores los criminales, los condenados a trabajos forzosos y los
voluntarios remunerados. Para los pobres y los no ciudadanos ingresar en una
escuela de gladiadores suponía obtener un oficio, comida, alojamiento y era
además una forma de adquirir fama y forjarse una fortuna, pues se quedaban con
el dinero de los premios y los regalos que recibían. Además, cobraban un sueldo
por combatir. Cada grupo era tatuado de una manera diferente, por ejemplo, los
condenados en la cara mientras los soldados eran marcados en la mano.
La primera escuela de
gladiadores fue probablemente la de Aurelius
Scaurus en Capua, uno de los únicos lanistas cuyo nombre se conoce. El
lanista era quien dirigía la escuela y tenía poder sobre la vida o muerte de
todos sus gladiadores. Todos ellos, ya fueran voluntarios o condenados, estaban
obligados a cumplir un juramento sagrado (sacramentum).
Los novatos se entrenaban con maestros, probablemente gladiadores ya retirados.
En la escuela se usaban armas de madera sin filo. Los entrenamientos podían
extenderse durante nueve horas diarias, los seis días de la semana.
Sus condiciones de vida
eran duras, pero vivían mejor que la mayoría de la población. Se alojaban en
celdas, en diferentes secciones dependiendo de su status, que se ubicaban
alrededor del campo de entrenamiento. Había varios cuerpos: primus palus, secundus palus o rudiarii según la categoría del luchador.
La disciplina era férrea, incluso letal a veces, pues se han encontrado celdas
de castigo tan pequeñas que era imposible estar de pie o sentado. A pesar de
ello estaban bien alimentados y cuidados pues para el lanista perder alguno
suponía grandes pérdidas económicas. Recibían masajes con regularidad y
revisión médica continua y recibían una buena alimentación basada
principalmente en cereales y leguminosas, con poca carne
Los combates como tales
no eran encuentros salvajes en lo que todo valía, sino que existían unas reglas
bien definidas y en la mayoría de los casos los luchadores tenían más
posibilidades de salir con vida que de morir. Las luchas más sangrientas que
acababan en muerte eran sobre todo las que enfrentaban a los condenados a
muerte. El resto de gladiadores muchas veces sobrevivían a los combates pues ni
al lanista ni al organizador de los juegos, el editor (que pagaba por el
alquiler de gladiadores) le interesaba que muriesen. Ni siquiera el público
quería la mayoría de las veces la muerte de un gladiador si luchaba bien y
demostraba valor en el combate. Incluso si perdían, en ocasiones el público era
favorable a perdonarle la vida pues Roma valoraba el valor en la lucha más que
nada en este mundo.
Muchas veces los
combates no eran a muerte, sino que duraban hasta que uno de los combatientes
perdía sus armas o se rendía. Esto se indicaba alzando el brazo izquierdo con
el dedo índice extendido, soltando el escudo o colocándose la espada tras la
espalda. En este momento correspondía decidir la suerte del vencido, aunque
influido por la reacción del público. A pesar del mito extendido, el veredicto
no se hacía generalmente con el puño cerrado y el pulgar extendido hacia arriba
o hacia abajo. El gesto existía, y sobre todo lo llevaba cabo el editor, aunque
lo más común era que se hiciera con palabras: mite (liberalo) o iugula
(dególlalo). La mortalidad de gladiadores oscilaba entre el 10 y el 20%,
bastante menor que en otros espectáculos como las carreras de caballos. Aunque
hay que decir que un gladiador sólo luchaba entre dos y cinco veces al año,
siendo menos frecuentes los juegos gladiatorios que las carreras de cuadrigas
en el Circo Máximo. Otro de los mitos,
la famosa frase Ave Caesar
morituri te saluntant, tampoco está confirmado que se usara pues sólo la
recoge Suetonio y en un contexto diferente.
Los gladiadores podían
conseguir su libertad de dos maneras: comprándola con lo que hubieran podido
ahorrar o conquistándola en la arena como premio extraordinario junto a una
espada de madera denominada rudis.
En cuanto a los tipos eran variados:
- Samnita: como indicamos arriba era el más antiguo. Iban armados con casco, yelmo, un escudo grande rectangular, espada corta y brazo derecho y pierna izquierda protegidos.
- Reciario: llevaba una red en la mano derecha, un tridente y un puñal, además de un protector en el brazo izquierdo. Su táctica era mantener alejado al rival para apresarlo con la red.
- Secutor: también conocido como contraretiarius. Portaba una espada corta un casco liso, escudo grande rectangular y protecciones en el brazo y pierna derechos.
- Mirmillón: armado con espada, un casco en forma de pez, escudo de grandes dimensiones y protecciones en el brazo derecho y pierna izquierda.
- Tracio: iba armado con una espada generalmente curva y llevaba un casco rematado con un grifo, escudo pequeño, grebas altas en las piernas y manica en el brazo derecho.
- Hoplomaco: iba armado con lanza y puñal, un casco con visera adornado con plumas, grebas altas, manicas y escudo.
- Provocator: portaba una espada, casco, armadura en el pecho adornada con la efigie de la Gorgona, escudo grande, grebas y protector en el brazo derecho. Sólo se enfrentaban entre ellos.
- Equite: luchaba a caballo. Llevaba una espada larga, casco, escudo redondo y protección para las piernas.
- Paegniarius: usaba como arma un bastón curvo por uno de sus extremos y vestía túnica y casco abierto.
- Sagittario: usaba arco y flechas.
- Dimachareus: portaba dos cuchillos, protegía tanto los brazos como las piernas porque no llevaba escudo. Se piensa que Espartaco pertenecía a este tipo.
- Essedari: luchaba sobre un carro imitando a los guerreros bretones.
- Andabatae: eran los obligados a combatir. Luchaban a ciegas porque sus cascos no tenían agujeros. Eran los condenados a morir en la arena que no habían pasado por ninguna escuela. Cuando acababa el combate se les machacaba la cabeza para asegurarse que moría.
- Gladiatrix: eran mujeres gladiadoras, que existieron desde siempre y luchaban a muerte en la arena, aunque no eran muy frecuentes.
En el año 73 a.C., 200
gladiadores se rebelaron contra Roma bajo el mando de Espartaco. Armados con
utensilios de cocina huyeron de la Escuela de Capua. En su fuga asaltaron un convoy
con armas y se atrincheraron en el Monte Vesubio, uniéndosele multitudes de
esclavos hasta formar un ejército de 80.000 hombres. Durante 3 años mantuvieron
en jaque a las legiones romanas, hasta que Cneo Pompeyo Magno y Licinio Lúculo
se unieron con Craso (incapaz por si solo de sofocar la rebelión) para cercar
al ejercito de esclavos. Murieron 60.000 de ellos. El cuerpo de Espartaco nunca
apareció.