La relación de Calígula
con su abuela Antonia la Menor varió según la época. Estuvo dominada por el ansia de la mujer por proteger
al único hijo varón de Germánico que quedaba con vida y la gran contrariedad y
repulsa que provocaron en ella los actos de Caligula, ya emperador. Del mismo
modo, éste tan pronto la cubrió de honores como la trató con el más absoluto de
los desprecios.
En un primer momento,
ante la desgracia que devastó su familia, Calígula vivió con su bisabuela Livia
hasta la muerte de ésta. Con posterioridad, cuando contaba 17 años se trasladó
a vivir con su abuela Antonia, hija de Marco Antonio y sobrina de Augusto.
Busto de Antonia Anciana. Siglo I d.C. Venecia. Museo archeologico Nazionale
Cuenta Suetonio que
viviendo con ellos la anciana sorprendió a Calígula manteniendo relaciones
incestuosas con su hermana Drusila. Esta afirmación tiene poca credibilidad
pues ningún autor más lo menciona. Suetonio se refiere al asunto con la palabra
“se cree”, por tanto, ni siquiera él
está seguro.
Lo que sí se acepta de
manera general es que Antonia, que gozaba de gran estima del entonces emperador
Tiberio como viuda de su hermano Druso, fue quien desveló a éste los planes de
Sejano de derrocarlo, al mismo tiempo que procuró salvaguardar a Calígula
haciéndolo enviar a Capri cerca del emperador en el año 31 d.C. para alejarlo
del clima de terror imperante en Roma. Antonia no podía permitir que el último varón de la gens Julia muriera a manos de Sejano
Por ello, al ocupar el
trono imperial Calígula otorgó a su abuela paterna todos los honores que había
gozado la emperatriz Livia.
Sin embargo, a partir de
ahí, se deduce en las fuentes antiguas que a Calígula empezaron a molestarle
profundamente los consejos de una mujer tan recta y austera como Antonia.
Suetonio recoge varios fragmentos en este sentido.“[Calígula] a una amonestación de su abuela Antonia, como si no
bastara con desobedecerla, contestó: recuerda que todo me está permitido y con
todas las personas” (Vida de Calígula,
29,1). En otra ocasión “cuando su abuela
Antonia le pidió una audiencia privada, se negó a recibirla a menos que se
hallara presente el prefecto Macrón” (Vida
de Calígula, 23,2).
Suetonio va más allá
afirmando que “a fuerza de humillaciones
y disgustos, provocó su muerte, administrándole, no obstante, también veneno,
según la opinión de algunos” (Vida de
Calígula, 23,2). Otros piensan que Antonia se suicidó al no poder soportar
la vergüenza del comportamiento de Caligula (que acababa de asesinar a su otro
nieto, Gemelo).
Calígula ni se inmutó ante la muerte de la mujer que
lo había protegido en los peores momentos de su vida. Dicen que incluso
contempló su pira funeraria desde su triclinio. No le rindió ningún honor.
El último pensamiento de
Antonia fue para su marido Druso (muerto en 9 a.C.) pidiéndole perdón por
haberle hecho esperar tanto tiempo.
Druso el Mayor. Siglo I. Roma. Museos Capitolinos
Robert Graves en un
fragmento de Yo, Claudio recoge la última conversación entre Antonia y su hijo, expresando de manera soberbia, el supuesto estado de ánimo de Antonia en los
últimos días de su vida:
- “Estoy a punto de suicidarme, Claudio [...]
- ¿Cómo madre? ¿suicidarte? ¿por qué? ¡Oh, no hagas eso! Ella sonrió agriamente.
- Mi vida es mía ¿no? ¿por qué habrías de disuadirme que me la quite? Sin duda no me echaras de menos ¿verdad?.
- Eres mi madre. Un hombre sólo tiene una madre.
- Me sorprende que hables como un hijo obediente. No he sido una madre obediente para ti. ¿Cómo habría podido esperarse de mí que lo fuera? Siempre fuiste una gran desilusión, una cosa enfermiza, débil, medrosa, tonta. Bien, los dioses me han castigado por no haberte cuidado. Mi espléndido hijo Germánico asesinado, y mis pobres nietos Nerón, Druso y Gemelo asesinados, y mi hija Livila castigada por su maldad, su abominable maldad, por mi propia mano…ese fue el peor castigo que sufrí, ninguna madre sufrió uno peor, y mis nietas arruinadas, y este sucio e impío Calígula…pero tú le sobrevivirás. Creo que serías capaz de sobrevivir a un diluvio universal” (Capitulo XXX).
Antonia se despide de su hijo Claudio antes de morir. Fotograma de la serie Yo, Claudio. 1976
¿Claudio se salvó por su debilidad física o era más listo que los demás?
ResponderEliminarSegún Robert Graves tanía tantas enfermedades que no se pusieron de acuerdo para rematarlo. Era mucho más listo que los demás. Su debilidad física no le afectó a su inteligencia. En mi opinión, después de Augusto, el mejor emperador de la dinastía Julio-Claudia.
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