Tras la desaparición de la
escena política de la familia de Germánico y con la perpetua estancia del
emperador en Capri, Sejano vivió el máximo apogeo de su poder siendo nombrado
cónsul junto a Tiberio (éste in absentia)
en el año 31. El poder del prefecto del pretorio era tan inmenso que todos lo
miraban como si él fuese el verdadero emperador. Se le decretaron múltiples
honores: que el día de su cumpleaños fuera reconocido como fiesta nacional, una
embajada de ciudadanos debía recibirlo cada vez que regresaba a Roma y se
ofrecían sacrificios por él al mismo nivel que se ofrecían por Tiberio.
Moneda
emitida en conmemoración del consulado de Sejano
Fuente: De Classical Numismatic Group,
Inc. http://www.cngcoins.com, CC BY-SA 3.0,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2385745
Sin embargo, su cruel
comportamiento acabó suponiendo su ruina.
Ese mismo año, Sejano fue destituido y condenado a muerte por parte del
emperador. Aún hoy los motivos de este desenlace no están claros.
La versión más extendida
es la de Flavio Josefo. Según él, Antonia la Menor (cuñada de Tiberio y madre
de Germánico) alertó a Tiberio de una conjura que Sejano estaba preparando en
Roma para destituirlo. Ella se habría enterado a través de un cliente del
prefecto. En la versión de Dión Casio es el propio Tiberio el que personalmente
decide poner fin a la acumulación de poder de Sejano, ante las señales de que
pretendía suplantarle.
Para no levantar
sospechas (pues Sejano contaba con el favor de los pretorianos), el emperador
lo cubrió de aún más honores, permitiendo incluso que su nombre fuera escrito
junto al suyo en documentos oficiales. Al mismo tiempo le concedió la mano de
su nieta Julia Livila (hija de Druso y de la ex amante de Sejano, Claudia Livila).
No obstante, por otro lado, había parado un proceso contra un enemigo de
Sejano, nombrando a este último sacerdote junto a Calígula, por quien mostraba
cada vez más una singular predilección, jugando la baza del amor del pueblo por
la familia de Germánico. Finalmente, renunció al consulado instando al prefecto
a renunciar también. La gente estaba desconcertada por lo que empezaron a evitar
a Sejano.
Sejano (Patrick Stewart) es
detenido por la guardia pretoriana en un fotograma de la serie Yo, Claudio,
1976
Fuente: http://imperioromanodexaviervalderas.blogspot.com.es/2016/09/poderio-y-caida-de-lucio-elio-sejano.html
El 17 de octubre del año
31, Tiberio nombró secretamente a Quinto Sutorio Macrón como Prefecto del
Pretorio, anteriormente prefecto de las cohortes urbanas. Éste se ganó el apoyo
de parte de los pretorianos. Del mismo modo informó a Sejano de que el
emperador le había concedido la potestas
tribunicia. El Senado fue convocado en el Templo de Apolo Palatino y,
Sejano se dirigió allí exultante con su nuevo logro. Macrón permaneció fuera
del recinto y cambió la guardia por hombres de su confianza. En la sesión del
Senado se leyó una carta enviada por Tiberio en la que alababa a Sejano. De
repente, al final de la misma, el emperador comenzó a acusar enérgicamente al
prefecto de traición, anunciando su destitución y ordenando su arresto inmediato
e ingreso en la Cárcel Marmetina. Durante el traslado, el pueblo lo cubrió de
insultos mientras destrozaban todas sus estatuas a su paso. Mientras, en la Castra Praetoria los pretorianos habían
aceptado ya a Macrón como su nuevo jefe.
Interior de la Cárcel
Marmetina. Siglos IV- II a.C. Roma
El Senado se volvió a
reunir y condenó a Sejano a muerte. Probablemente esa misma noche fue
estrangulado y su cuerpo fue arrojado por la escalera de las Gemonias, después
de haber sido despedazado por una masa enfurecida. Inmediatamente, fueron
ejecutados familiares y amigos de Sejano, incluidos los hijos de éste con su primera
mujer, Apicata. La ejecución de la niña de 11 años fue uno de los actos más
deplorables de la Antigua Roma: como una antigua ley prohibía ejecutar a una
virgen, fue violada antes de ser ejecutada. La pequeña no cesaba de gritar que
no lo volvería a hacer, en alusión a alguna travesura infantil. La madre de los
niños se suicidó después de mandar una carta a Tiberio en la que acusaba a
Sejano de la muerte de su hijo, Druso, con la complicidad de la mujer de éste,
Claudia Livila. Esta confesión fue corroborada por esclavos y la propia Livila.
Según Dión Casio, por deferencia a su cuñada Antonia (madre de Livila), Tiberio
dejó su castigo en manos de ésta. Aunque algunos dicen que Livila se suicidó,
la versión más extendida es que su propia madre la encerró en una habitación
dejándola morir de hambre. Tanto a Livila como a Sejano se le aplicó la damnatio memoriae, de ahí que no hayan
llegado hasta nosotros representaciones fiables de ninguno de los dos.
......¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿y lo peor está por llegar?!!!!!!!!!
ResponderEliminarEfectivamente, Calígula batió todos los records: en sólo tres años fue capaz de destilar una crueldad infinita. De hecho, Tiberio decía de él que estaba criando una víbora para el pueblo romano. Ya te lo dije, que los romanos lloraron a Augusto cada vez más al pasar lo años, viendo que cada nuevo César era peor que el anterior. De todos modos también hay grandes emperadores como Trajano o Marco Aurelio. No todo va ser locura, jjj.
ResponderEliminarClaudio tampoco estuvo mal. Su problema fue estar demasiado enamorado de Mesalina. Pero, ciertamente, con los Césares la máxima habría podido sr la de "otro vendrá que bueno te hará". En cuanto a Calígula, lo único que puedo decir es que evidentmente era un loco y en la locura hay una cierta inocencia. Tiberio y otros no tuvieron esa excusa.
ResponderEliminarDe todos modos, no todo fue culpa dde Tiberio. Si en Roma alguien con poder hubiera tenido más sentido de la compasión y el honor,los hijos de Sejano no habrían pasado por lo que pasaron.
De todos modos hay que recordar que los Césares fueron muy perjudicados por los escritores antiguos, y muchos hechos han sido exagerados. Independientemente que tienes razón con tu dicho, de hecho a Augusto lo lloraron cuando murió, pero 50 años después lo lloraban mucho más. Lamentable lo de los hijos de Sejano. Un saludo
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