“Ahora se puede habitar en el saludable Esquilino y pasear en su llanura soleada, por donde hace poco los desdichados contemplaban el deforme campo por los blancos huesos”.
Horacio. Sátira. I, 8
Mecenas en el jardín de su Villa del Esquilino. C.F. Jalabert. Siglo XIX. Nimes. Museo de Bellas Artes
Fuente: https://latunicadeneso.wordpress.com/2014/07/15/mecenas-el-amigo-de-augusto-y-de-los-poetas/
Gracias a estos versos del poeta Horacio, unos restos arqueológicos encontrados
en el Esquilino se identificaron como los de la villa que Cayo Cilnio Mecenas
se construyó en esa zona de Roma durante los años 40-30 a .C.
Mecenas, el consejero más
leal de Augusto junto con Agripa, era de un carácter muy diferente a estos
últimos, cuyos actos estaban dominados en gran medida por la moderación y la
austeridad. En cambio, Mecenas sentía un gusto desmedido por el lujo y los
placeres, de ahí que se construyera una de las más suntuosas villas de Roma en
esta zona del Esquilino que antes había sido ocupada por un cementerio (de ahí
la alusión de Horacio al campo cubierto de huesos). Para la construcción de la
misma fue necesario cubrir la antigua necrópolis con una gran capa de tierra en
la que se plantaron flores y árboles a la vez que se tuvieron que aplanar
parcialmente los terraplenes de la Muralla
Serviana , dando lugar a uno de los más bellos jardines de la
antigua Roma, los horti Maecenatis, que estaban decorados con numerosas obras
de arte, lo que evidencia el gusto de Mecenas por el coleccionismo de
antigüedades. Sabemos también por las fuentes que Augusto “cuando se encontraba enfermo dormía en casa de Mecenas”.
(Suetonio. Vida de Augusto. 72.2),
por lo que podemos hacernos una idea de la inmensa paz que transmitía el lugar.
Plano del Esquilino con la localizaciòn de los Horti Maecenatis
La elección del sitio vino determinada por dos
factores: el primero, la reforma urbanística promovida por Augusto de alejar
las necrópolis de la ciudad y el segundo, es eminentemente práctico: para
mantener el verdor de tan inmensos jardines se precisaba abundante agua, algo
que no faltaba en el Esquilino al ser lugar de paso de casi todos los
acueductos de Roma. A esto se unía que desde allí podía obtenerse una
espectacular vista de la ciudad.
El edificio encontrado fue
excavado en 1874. Los restos que aún se conservan pertenecen a una gran sala rectangular de 13 x 24 metros . En uno de los
lados cortos la pared se curva en un gran ábside al que se abren una serie de
nichos a modo de ventanales ficticios donde aún pueden verse trazas de la
decoración pictórica. En cada uno de los dos lados más largos se distribuyen 6
nichos. Una techumbre moderna cubre la construcción sustituyendo a la original, hoy desaparecida, que debió ser abovedada.
Auditorium de Mecenas
Fuente: Con licenza CC BY-SA 3.0 http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Maecenas_auditorium.jpg#mediaviewer/File:Maecenas_auditorium.jpg
A los pies del ábside surge
una escalinata de 7 escalones concéntricos que evoca una especie de cavea
teatral lo que dio nombre al edificio, sin embargo la estrechez de los
escalones han identificado el lugar como un ninfeo monumental. Desde el escalón
más alto descendían los flujos que vertían abundante agua en la sala.
Probablemente la escalinata se decoraría con jarrones con flores entre los que
discurriría la corriente lo que unido a la decoración de jardín de los nichos
daba la idea de un magnífico parque subterráneo.
Detalle del ábside
Fuente: Di Lalupa - Opera propria. Con
licenza CC BY-SA 3.0 - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Esquilino_Auditorium_Mecenate_abside_1120084.JPG#mediaviewer/File:Esquilino_-_Auditorium_Mecenate_abside_1120084.JPG
Este ninfeo formaba parte
de un conjunto destinado seguramente a triclinio estivo, es decir, un lugar de
reunión inmejorable para el círculo de poetas que frecuentaban a Mecenas como
corroboran los versos del poeta griego Calímaco grabados en el ábside que
aluden a los efectos del amor y el vino.
Tras su muerte, Mecenas
legó su impresionante villa a Augusto que posteriormente la cedió a su hijastro
Tiberio al regresar de su exilio en Rodas. A éste se deben las espectaculares
pinturas que adornaban el ninfeo, datadas a finales del siglo I d.C. Estos
frescos murales pertenecen al tercer estilo pompeyano y están íntimamente
conectados con las pinturas murales del Triclinio estivo de la villa que su madre, Livia, poseía en Prima Porta.
Detalle de pájaro del ninfeo de Mecenas
Grabado del siglo XIX con las pinturas de jardín del Auditorium de Mecenas
Fuente: Con licenza Pubblico http://it.wikipedia.org/wiki/Pittura_romana_di_giardino#mediaviewer/File:Disegno_degli_affreschi_dell%27auditorium_mecenatis,_1874_circa.jpg
Escenas dionísiacas en el ábside
Fuente: http://ilturistico.it/wp-content/uploads/2014/07/Corte-del-dio-Dionisio-da-sovraintendenzaroma.jpg
Recreación con efectos audiovisuales 3D del Ninfeo de Mecenas
Magnífico lugar que deja al desnudo la paz augústea más preocupada por la artes y los placeres que por la guerra. 'Mecenas' quedó para la historia como protector de artistas.
ResponderEliminarLa verdad que es muy bonito. A Mecenas le debemos el Siglo de Oro de la cultura romana que tan rico legado nos ha dejado. Un saludo
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