“Habitó primero cerca del Foro
Romano, luego en el Palatino, en una casa modesta, nada notable por su amplitud
ni por su adorno, pues sus pórticos eran pequeños, y sus habitaciones carecían
de mármol o pavimento precioso. Durante más de cuarenta años ocupó el mismo
dormitorio tanto en invierno como en verano, aunque sabía por experiencia que
Roma en invierno era poco recomendable para su salud. Para cuando quería
trabajar en privado o sin interrupciones, tenía un lugar reservado en el piso
superior, al que llamaba, su taller”.
Suetonio. Vida de Augusto. 72, 1-2.
Casa de Augusto. Roma 2011
En mis paseos por la Roma de Augusto ningún lugar
me ha emocionado más que las estancias de su casa que aún se conservan en el
Palatino. Reabiertas al público en el 2007 tras 20 años de restauración, tuve
el placer de visitarlas por primera vez en junio de 2011. Independientemente de su indudable valor
artístico y sobre todo histórico, es difícil describir con palabras las sensaciones que te brinda el poder entrar en el interior de la que fue la vivienda del protagonista de
este blog; sin duda alguna, la más hermosa de todas, percibir que te absorbe la misma atmósfera que
envolvió no ya sólo al Príncipe sino al hombre sencillo que se escondía detrás
de él. Recorriendo aquellas habitaciones pude exhalar el mismo
aire que él respiraba e imbuirme de su presencia eterna entre esos muros que
fueron testigos de su vida. Así, a la vez que me deleitaba con las exquisitas pinturas murales que el dueño del mundo contempló cada día,
no me costó imaginarlo departiendo con Agripa y Mecenas, discutiendo con Livia
algún asunto doméstico o paseando entre la frondosa vegetación de sus jardines para
ver como el atardecer cubría de oro el perfil amado de Roma recortándose a los pies del
Palatino. Ningún lugar más idóneo para descubrir al verdadero fundador del
imperio romano.
La casa, mandada
construir por Octavio en el 36
a .C. en la colina más sagrada de Roma, se encontraba en
las cercanías del Lupercal (la cueva convertida en santuario donde según la
leyenda la loba amamantó a Rómulo y Remo) y el Templo de Apolo Palatino con el
que estaba conectada. De esta manera, una vez más el futuro Augusto vinculaba
su imagen a los fundadores de Roma y al dios Apolo.
Fuente: Roma Capitale
Descubierta en 1969 era
relativamente modesta para tratarse de la residencia del que llegaría a ser el
hombre más poderoso del mundo. Aunque sigue el esquema de las domus romanas consistente en combinar estancias más simples de reducidas dimensiones
para el uso privado (entre ellas las de la llamada Casa de Livia) con otros
espacios más amplios destinados a la representación, su complejidad de
estructuras radica en que Octavio la construyó
a partir de la fusión de un grupo de casas antiguas con la que había
comprado al orador Hortensio Ortalo. Sus líneas sobrias, reflejan fielmente la
personalidad de su propietario.
El ala norte (en la
parte privada) alberga las más famosas
estancias de la casa: la Sala
de las máscaras y la Sala
de los pinos, cuyas maravillosas pinturas están ejecutadas magistralmente en el
segundo estilo pompeyano; es decir aquel que se caracteriza por la representación de paisajes arquitectónicos en
los que la profundidad se alcanza a través de la perspectiva. En la primera de
ellas, unas máscaras teatrales coronan la arquitectura fantástica, cuyo espacio
libre permite vislumbrar una panorámica de un paisaje. En el centro de cada una
de las paredes se conserva una imagen de una divinidad rural. Esta estancia
pone de manifiesto la pasión que Augusto sentía por el teatro. La conocida como
Sala de los pinos exhibe, por su parte, guirnaldas de piñas que cuelgan entre
delgadas columnas. Estas habitaciones han sido reabiertas al público el pasado 18 de septiembre.
Sala de las máscaras. Roma 2018
Sala de las máscaras. Roma 2018
Detalle de la Sala de las máscaras. Roma 2018
Sala de los pinos. Roma 2018
Sala de los pinos. Roma 2018
Las cuatro habitaciones situadas en ala este, al lado
septentrional del peristilo, se podían ya visitar desde el año 2007: una de ellas estaba destinada al recibimiento de
visitas (Oecus), otra pertenece a un
dormitorio inferior, mientras que el pequeño estudio del piso superior, es el
que menciona Suetonio como el espacio en donde Augusto solía retirarse en
soledad. La última sala es una especie de rampa en la planta baja que
comunicaba con la superior. Sus dimensiones son reducidas pero están decoradas
con excelentes pinturas también del segundo estilo pompeyano de una altísima
calidad, que reproducen en colores encendidos figuras fantásticas, motivos
animales y vegetales junto a elementos arquitectónicos que dan profundidad a unas
paredes que parecen abrirse al exterior creando ambientes refinados aunque no ostentosos.
Dependencias de la Casa de Augusto. Roma 2013
Peristilo. Roma 2013
Sala con rampa. Roma 2013
Detalle de la bóveda de Sala con rampa. Roma 2013
Oecus. Roma 2013
Oecus. Roma 2013
Detalle de máscara del Oecus. Roma 2013
Dormitorio. Roma 2013
Detalle de Dormitorio. Roma 2013
Estudio de Augusto. Roma 2013
Video de Luigi Manfredi
Siempre pensé que los emperadores romanos (de la dinastía Julio-Claudia) vivieron en la misma casa que Augusto, ¿Fue
ResponderEliminarasí o cada uno tenía un palacio o “domus" propia?
La mayoría de emperadores no eran tan modestos como Augusto y construyeron propios Palacios Imperiales más ostentosos como la Domus de Tiberio, el Palacio de Calígula, la Domus Aurea, la Domus Augustana...Ninguno vivió como emperador en la Casa de Augusto. Un saludo
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