lunes, 25 de octubre de 2021

Itálica. 2ª Parte

            

Itálica

        

           En época de Adriano se construyeron en Itálica nuevas casas de ricas familias locales, algunas pertenecientes al orden senatorial, en las que imperaba un gran lujo que aún se puede admirar en la suntuosidad y elegancia de los mosaicos que adornaban el pavimento, muchos de los cuales se conservan in situ. Estas casas, de gran influencia helenística, seguían el esquema tradicional de las villas romanas en las que las diferentes estancias se organizaban en torno a un gran patio central.

Las casas más importantes son las siguientes:


  • Casa de la Exedra


Casa de la Exedra


   Debido a su gran tamaño (4000 m2), más que una vivienda se ha identificado como un edificio semipúblico, un colegio privado en el que también vivían sus dueños.

              A los lados de la entrada se distinguen 7 tiendas públicas flanqueando la puerta. Hay dos más en el lateral derecho y otra en el lado posterior. En el centro había un gran peristilo rectangular con una piscina curvilínea. Su pórtico perimetral no se levanta con las columnas tradicionales sino con gruesos pilares de planta cruciforme, que probablemente sustentaban varios pisos superiores. Estos pilares se unirían mediante arcos formando una arcada en cada uno de los pisos. Al patio se abren numerosas habitaciones.


Casa de la Exedra


    Al fondo del peristilo se accede mediante una escalera a la zona de las termas. Dos de las salas de baño se cubren con bóvedas de cuarto de esfera. En uno de los lados hay una palestra rectangular y alargada que termina en una gran exedra cubierta con otra bóveda de cuarto de esfera. Su gran mosaico de opus sectile es de forma rectangular organizado en 15 cuadros enmarcados en mármol gris y con motivo central que representan figuras circulares y motivos estrellados.


  • Casa de Neptuno

    Es igualmente un edificio semipúblico de gran extensión (9000 m2) aunque aún está sin excavar en su totalidad.


Casa de Neptuno


 En la zona de las termas donde se encuentra el mosaico que da nombre al inmueble, uno de los más importantes de la ciudad, que representa al dios Neptuno y su cortejo de criaturas marinas. En blanco y negro, excepto la figura del dios que es monocroma, reproduce a éste sobre un tridente tirado por dos hipopótamos. A su alrededor encontramos centauros, toros, carneros entre otros animales terrestres convertidos en seres marinos  al sustituir sus patas traseras por una cola de pez. Además aparecen delfines, peces, moluscos…


Casa de Neptuno


En el interior encontramos otros mosaicos: uno que representa a una ciudad amurallada en el apreciamos en su interior un laberinto, así que probablemente se trate de Cnosos y otro en el que se disponen una serie de cuadros relacionados con el dios Baco.



  • Casa del patio Rodio


    La organización se logra gracias a varios espacios abiertos consecutivos en torno a los que se distribuyen las diferentes estancias. Entre éstas destaca un patio del tipo rodio, es decir con una de las cuatro galerías más alta que el resto y el tránsito entre niveles solucionado mediante unos peldaños.


  • Casa De Hylas

Es otra gran vivienda que aún no se ha excavado en su totalidad. El peristilum principal estaba presidido por una fuente cuadrada. Éste se comunicaba con un triclinium en el que destaca un mosaico con decoración de alegorías de las cuatro estaciones.


Casa de Hylas

    Al frente se ubicaba otro triclinium más grande con un mosaico principal y flanqueado por dos patios. El situado más al norte comunica mediante una escalera a una antesala que sirve de paso a la habitación con el mosaico de Hylas, que fue raptado por las ninfas ante la mirada atenta de Hércules que preside la composición.


  • Casa de los pájaros



    Domus típica romana que se estructura en torno a un peristilo porticado. Posee una gran número de mosaicos de exquisita factura, entre los que destaca el que da nombre a la casa. Se encentra en un cubículo y en él aparecen diferentes tipos de pájaros.




    En la fachada principal se abren una serie de tiendas asociadas a la vivienda, una de ellas alberga un horno.


Tienda

Patio

  • Casa del Planetario

    Es un edificio residencial de casi 1600 m2. En el mosaico al que debe su nombre se distribuyen 7 medallones en los que se representa el busto de las divinidades planetarias romanas que dan nombre a cada uno de los días de la semana: Venus (Viernes) rodeada de la Luna (Lunes), Marte (Martes), Mercurio (Miércoles), Júpiter (Jueves), Saturno (sábado) y el Sol (Domingo).


Casa del Planetario


    Algo característico de esta casa es que el peristilo fue dividido en dos: una parte vinculada al área domestica decorada con mosaicos y otra que hacía funciones de patio, en el que las columnas fueron sustituidas por pilares, sobre los que se elevaba una segunda planta.




martes, 12 de octubre de 2021

Itálica. 1ª Parte

        “Fue en esta época cuando los romanos empezaron a enviar cada año a las ciudades conquistadas dos pretores, en calidad de gobernadores o supervisores de mantenimiento de la paz. Escipión dejó allí un pequeño ejército, el más propio de un tiempo de paz, y avecindó a los soldados heridos en una ciudad, que del nombre de Italia, llamó Itálica; ésta fue la patria de Trajano y Adriano, que más tarde llegaron a ser emperadores de los romanos”.

Apiano de Alejandría. Historia Romana

 

Entre esos muros comenzó mi idilio con el mundo romano, cuando siendo apenas una niña de 11/12 años visité por primera vez Itálica en una excursión organizada por el colegio. Aunque no recuerdo nada de aquel día, mi fascinación ante las majestuosas ruinas de la ciudad  fue tan grande, que entre sus calzadas inicié el camino que me llevaría, con varias paradas en Emerita Augusta, al pie del Capitolio, para quedar atrapada en el embrujo del lugar  más legendario y que más amo en el mundo: Roma.


Vista de Itálica

Aproximadamente en el año 203 a.C., Publio Cornelio Escipión en la fase final de la Segunda Guerra Púnica, asentó a los soldados heridos en una ciudad turdetana preexistente en la rivera oeste del río Betis, ubicada a medio camino entre Hispalis (Sevilla) e Ilipa (Alcalá del Río). El texto de Apiano de Alejandría permite deducir que la procedencia de esos soldados era fundamentalmente itálica, y de ahí el nombre elegido por el gran general. Actualmente se encuentra en la localidad de Santiponce.

La ciudad mantuvo en sus orígenes su carácter militar al estar situada en una región  que ofreció durante un tiempo resistencia a la ocupación romana.


Vista de Itálica


Durante la época republicana, Itálica fue una ciudad importante, y mucho más en la etapa imperial.

Probablemente la ciudad fue fundada como colonia Latina, siendo Julio César, aproximadamente en el 45 a.C., quien concedió a Itálica el estatus jurídico de Municipium Civium Romanorum, probablemente como recompensa al apoyo de la ciudad durante la guerra civil contra Pompeyo, aunque no acuñó moneda como tal hasta la época de Augusto. Entre los símbolos de la acuñación predominaron los motivos militares.

La ciudad alcanzó su período de mayor esplendor durante finales del siglo I y el siglo II, durante la época de Trajano y Adriano. Ambos fueron muy generosos con su ciudad natal, ampliándola, embelleciéndola y relanzando su economía. Fue Adriano quien le otorgó el rango de colonia, empezando a conocerse desde entonces como Colonia Aelia Augusta Itálica. En ese momento su organización paso a ser una copia exacta de la Ciudad Eterna. Este emperador amplió la ciudad por el lado norte, creando un nuevo barrio de calles amplias y mansiones grandes. Esta zona mantiene la estructura de las ciudades romanas de trazado hipodámico. Es la conocida con Nova Urbs o Ciudad Nueva.


Vista del Anfiteatro


Los restos conservados son fundamentalmente de esta época entre los que destaca el anfiteatro,  el 4º por capacidad del Imperio Romano. Además se conservan restos del supuesto templo de Trajano, las termas llamadas mayores y menores y los diferentes pavimentos de numerosas casas. La Ciudad Vieja se encuentra casi en su totalidad bajo la actual Santiponce

Las murallas, que en el siglo II tenían una extensión de 3.000 metros y un grosor de 1,5 metros son de mediados del siglo I a.C, aunque Augusto las retocó y Adriano las amplió. Tenían una función defensiva. Aunque están totalmente devastadas, quedan restos visibles en dos puntos: un torreón de tiempos de Augusto en la zona del teatro, que combina el hormigón con sillería y un trozo de época de Adriano en la zona del Anfiteatro, de la que se conserva la cimentación de hormigón.

No obstante, el edificio más importante de la ciudad es el anfiteatro, uno de los más grandes de todo el Imperio Romano. Con una capacidad de 25.000 espectadores y de refinada arquitectura, se construyó en época del emperador Adriano. Aunque hay que decir que su tamaño es desmesurado porque la ciudad sólo contaba con 8.000 habitantes. Su estructura de hormigón estaba recubierta con sillares y placas de mármol.


Anfiteatro de Itálica

Como cualquier edificio de estas características tenía tres niveles de graderío en los que se distribuían los espectadores según su ascendencia social. La más baja, la Inma cavea, se componía de seis gradas a las que se accedía por 8 puertas de acceso. Estaba destinada a la clase dirigente, que accedía a su espacioso pódium a través de discretos pasillos, casi privados. La central, la media cavea  constaba de 12 gradas y 14 puertas de acceso y en ella se acomodaba la población más humilde. La última y más elevada, la summa cavea, estaba destinada a las mujeres y los niños y se cubría con un toldo. En esta zona, había pórticos de columnas semejantes a los del Coliseo.


Arena del Anfiteatro de Itálica


En el anfiteatro había también varias salas destinada al culto de Némesis y la Dea Caelestis, que se abrían como otras muchas salas, en el amplio pasillo que se encontraba tras el alto muro del pódium.

Su gran foso central necesitaba pilares para sostener la enorme tapa de madera con espaciosos arcos casi tan anchos como los del Coliseo.


Foso del Anfiteatro de Itálica


Foso del Anfiteatro de Itálica


Este Anfiteatro demuestra el apego de Adriano a su patria natal pues es desmesurado para una provincia discreta y está más pensado para la propia Roma.

En cuanto al teatro, es la obra civil más antigua de Itálica, pues se data entre los siglo I a.C y I d.C. El edificio, que se asienta en una ladera natural sobre el Betis es de piedra caliza y en él se realizaron posteriores reconstrucciones y reformas, especialmente en el siglo II d.C. que lo embellecieron con mármoles polícromos de gran belleza y calidad. En la actualidad, tras varias fases de restauración iniciadas en los años 80, se usa para festivales, destacando el de Itálica.


Teatro de Itálica


Teatro de Itálica


Aunque no existen muchas evidencias arqueológicas hay constancia de una gran templo dedicado al culto de Trajano, el Traianeum, erigido por Adriano. Se encontraba en la una zona de la Nova Urbs, rodeado por una plaza porticada.

Por otra parte, Itálica contaba con dos complejos termales: las menores o de Trajano en la Ciudad Vieja y las mayores en la Nova Urbs. Éstas últimas, muy expoliadas, parece que quedaron inconclusas.

Ambas contaban con las salas típicas de este tipo de edificación: una piscina de agua caliente (caldarium), otra de agua fría (frigidariun), templada (tepidarium), sudatorio (laconicum) y salas para ejercicios (palaestrae).

Las mayores ocupaban una extensión de unos 32.000 m2 y están aún sin excavar. A ellas se accedía a través de una escalinata de mármol que finalizaba en el vestíbulo. Tras éste,  se encontraba la piscina en forma de T, con paredes y suelo revestidos de mármol blanco. A continuación se accedía al resto de estancias. También albergaba una biblioteca, una sala de masajes, una sauna y un vestuario, además de la palestra, que ocupaba la mitad del edificio.


Restos de las Termas Mayores

Termas Mayores


Las menores, que se encuentran en el casco antiguo de Santiponce, están datadas en época de Trajano, lo que se evidencia gracias al método constructivo. Se extendería a través de 1.500 m2 y se localizaban en una zona urbanizada por el primer emperador hispano con edificios público. Quedan vestigios del área central y la trasera de los baños.

Existen trazas de dos acueductos que surtían de agua a Itálica. El más antiguo, datado a comienzos del siglo I d.C. traía agua de dos manantiales junto al río Guadiamar para abastecer la Ciudad Vieja. Gran parte de esta construcción discurre de forma subterránea pero es visible en algunos puntos. Posee una altura de 1,70-80 metros. El canal se cubre con bóveda de cañón. Esta construido en hormigón sin revestimiento de ladrillo, salvo el dovelaje de los arcos puntualmente. Sus lumbreras eran circulares.


Interior del Acueducto del siglo II
Fuente: De Edudemonio - Template:Eduardo Ariza Rojano, CC BY-SA 4.0,  

Tras la ampliación de las nova urbs llevada a cabo por Adriano en el siglo II, se hizo necesaria la construcción de un nuevo acueducto, que recogía agua de numerosos manantiales. Éste se realizó en hormigón, revestido de ladrillo en su totalidad, algo que presentan muy pocos acueductos en el Imperio y ninguno en Hispania. Sus lumbreras son cuadradas, también cubiertas de ladrillo. Contaba de un largo tramo de arquerías para salvar arroyos, hoy casi todas desaparecidas, aunque se conserva un tramo majestuoso en el cruce del río Guadiamar.


Recreación del acueducto del siglo II